
Putin hoy, Thatcher ayer
Por Santos Goñi Marenco (*) La diplomacia es un arte que tiene sus reglas, algunas ya escritas, otras que se van escribiendo a medida que avanza hacia sus objetivos. Actuando discretamente y sin descanso, busca la paz proponiendo a los estados modos de superar el impasse negociador en que suelen hallarse. Hoy destaca el que separa a Volodimir Zelenski de Vladimir Putin, mientras los Estados Unidos intenta convencerlos de poner fin a la guerra en Ucrania. En juego está nada menos que la defensa de lo que cada uno considera su soberanía e integridad territorial. A mediados de 1982 nuestro país y el Reino Unido venían saliendo de una situación bélica en el Atlántico Sur. Desde entonces, nuestra diplomacia contó con la ayuda de la de los Estados Unidos para ir superando animadversiones de la contraparte británica. Esto duró hasta que fue posible iniciar conversaciones directas entre ambas partes, cuyo modus operandi y “savoir faire diplomatique” no se alejaron demasiado de los que hoy, con conocimiento de Ucrania, utilizan la diplomacia estadounidense y europea ante (leer más)