Política

Cien años en cien noches

Franklin Delano Roosevelt concedió 100 días al Congreso de Estados Unidos para la sanción del paquete de leyes del New Deal. Desde entonces, 1933, son la gracia que pide todo presidente nuevo para ser evaluado. En su discurso inaugural, John Fitzgerald Kennedy también aludió a los 100 días. Que quedaron inscriptos en la historia mucho antes, como los transcurridos entre la fuga de Napoleón de la isla de Elba y la batalla final de Waterloo, aunque, en realidad, hayan sido 116. Lejos de esos episodios, Donald Trump desacreditó la marca en su primer mandato. La llamó “estándar ridículo”. Curiosamente, Trump hizo por ese motivo el primer viaje oficial de trabajo dentro del país desde que asumió su segundo mandato, el 20 de enero. En el condado de Macomb, Michigan, bastión electoral republicano en el cual operan las industrias automotrices General Motors, Ford y Stellantis, insistió en golpearse el pecho a 100 días de haber asumido el cargo por haber impulsado el cambio más profundo en Estados Unidos en 100 años. Y advirtió: “Solo acabamos de (leer más)

Economía

Mucho para pocos

Dólares más, dólares menos, el patrimonio del hombre más rico del planeta, Bill Gates, equivale al 0,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) de los Estados Unidos. Su fortuna, estimada en 86.400 millones de dólares por la revista Forbes, supera en forma individual el PBI de 125 países. Entre ellos, once de América latina. De ser un país, el creador de Microsoft, con inversiones en Canadian National Railway, la red ferroviaria más extensa de Canadá, y Ecolab Inc., empresa que presta servicios de agua, higiene y energía, ocuparía el lugar número 67 en el mundo. Los multimillonarios como Gates eran 62 en 2015. Cabían en un autobús de dos pisos. En 2016 entraban en un carrito de golf. En 2017 quizá vayan en una moto. El crecimiento económico global beneficia con creces a los más ricos en desmedro de los más pobres. Ocho personas (ocho hombres, en realidad) concentran igual riqueza que 3.600 millones, la mitad más pobre de la población mundial, según la organización no gubernamental Oxfam. El grupo se ha reducido en (leer más)

Economía

Igualmente desiguales

La desigualdad no es sólo consecuencia de la creciente brecha entre pudientes y no pudientes, sino también de la disparidad salarial entre los trabajadores Apenas uno de cada cuatro trabajadores en el mundo tiene un empleo estable, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las otras tres cuartas partes sobreviven con empleos temporarios o contratos de corto plazo, trabajan de modo informal o en forma independiente o, lamentablemente, engrosan la infausta legión de desempleados. La precariedad laboral aguijonea en el planeta con mayor rigor que en otros tiempos, sobre todo después de la crisis global de 2008. Demanda débil de trabajadores y crecimiento lento de oportunidades han sido una constante desde entonces. La enorme brecha entre pudientes y no pudientes, así como entre el salario de un hombre y el de una mujer, tocó techo tanto en los países desarrollados como en los emergentes. En los 34 enrolados en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), el 10 por ciento de las personas más ricas gana 9,6 veces más que el 10 por ciento (leer más)