Política

La ultraderecha se desinfla en Holanda

Al filo de la campaña, Turquía metió la cola en las elecciones de Holanda. La crisis entre ambos gobiernos aireó la xenofobia contra los musulmanes en particular y contra los extranjeros en general. Intentó sacarle rédito el líder del Partido de la Libertad (PVV), Geert Wilders, un provocador nato. En la campaña, Wilders tildó a los marroquíes de “escoria” y le sugirió al diputado holandés de origen turco Tunahan Kuzu que se fuera del país. En respuesta, Kuzu le reprochó que su partido instaba a prohibir el Corán y cerrar las mezquitas como, en los años treinta, el régimen nazi instaba a prohibir la Torá y cerrar las sinagogas. Era el momento Wilders de la historia, con el Brexit y Donald Trump como estandartes, pero perdió. Su derrota en las parlamentarias holandesas resultó un alivio para los partidos centristas. De haber ganado, difícilmente iba a ser el primer ministro, sobre todo por las alianzas que requiere el sistema, pero tapizaba el camino de otras agrupaciones euroescépticas. Wilders llegó a ser el favorito en algunas encuestas. (leer más)