Política

Fraude, golpe y viceversa

Floja de papeles, con apenas un tercio de aprobación legislativa, la senadora opositora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales y de su plana mayor. En tiempos de convulsión global, con Chile en llamas, Ecuador en suspenso, Panamá en vilo y Haití en caos, entre otros desbordes, el apuro por llenar el vacío de poder llevó a Áñez, vicepresidenta segunda del Senado, a asumir en forma interina el gobierno con una legitimidad dudosa. Acaso como la de la vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz, tras la decisión del Congreso de suspender al presidente, Martín Vizcarra, resuelto a disolverlo. Aráoz duró menos de 24 horas en el cargo. En el caso de Bolivia, como en el de Venezuela cuando Juan Guaidó se autoproclamó presidente encargado, el gobierno de Estados Unidos, al igual que el de Brasil y pocos más, se apresuró a reconocer a Áñez como presidenta. Morales, asilado en México tras las irregularidades con tono de fraude en las elecciones del 20 de octubre denunciadas por la Organización de los (leer más)

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La crisis forzosa de Perú

Era inevitable una crisis. La de dos presidentes de Perú respaldados por dos poderes diferentes del Estado, como ocurrió hace 27 años tras el autogolpe perpetrado por Alberto Fujimori. Esta vez, el presidente Martín Vizcarra disolvió el Congreso y convocó elecciones anticipadas para el 26 de enero de 2020. El Congreso, dominado por el fujimorismo, declaró la suspensión de funciones de Vizcarra, cuyo mandato vence en 2021, y designó en su lugar a la vicepresidenta Mercedes Aráoz. La decisión tomada por Vizcarra de disolver el Congreso unicameral y convocar a nuevas elecciones parlamentarias en un lapso no mayor a los cuatro meses está contemplada en la Constitución de 1993, aprobada en un referéndum durante el gobierno de Fujimori, explica el periodista Pablo Biffi. La precipitada elección de miembros del Tribunal Constitucional por parte de la oposición apresuró el cierre del Congreso La efímera presidencia de Aráoz, que renunció en menos de 24 horas, cerró un ciclo de dos años de enfrentamientos entre ambos poderes. Vizcarra heredó el gobierno de su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski, preso (leer más)