Cultura

Las mil y una noches de Borges

SMARA, Sahara Occidental – Días antes de morir a los 86 años en Ginebra, Suiza, el escritor argentino Jorge Luis Borges tomó clases de idioma árabe. Unas pocas. Más por curiosidad que por necesidad. La curiosidad, precisamente, llevó a Borges a adentrarse en mundos distantes, aparentemente inalcanzables, a causa de una pasión. La pasión por la lectura. Frente a cualquier circunstancia, fuera polémica o no, Borges proponía una nueva lectura. La lectura, volcada en la escritura, era algo así como la munición de su vida y de sus textos. De esos textos que, por ser universales, trascienden fronteras caprichosas, como la de Oriente y Occidente. Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo nació el 24 de agosto de 1899 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Era Borges a secas, hijo de Jorge Guillermo Borges, abogado y profesor de psicología con ambiciones literarias, y de Leonor Acevedo Suárez, uruguaya, traductora. Borges era más que un escritor universal. Era un escritor cosmopolita que, por circunstancias de su época, se vio privado del premio Nobel de Literatura, no (leer más)