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El zar del siglo XXI

Vladimir Putin se hizo reelegir para un quinto período después de casi un cuarto de siglo en el poder. Si concluye el nuevo mandato, superará por un año a Stalin, el presidente que más tiempo permaneció en el Kremlin durante la extinta Unión Soviética. Más aún si Putin, a los 80 años, en 2030, insiste en reincidir. ¿Su fórmula? De manual: voltear posibles rivales como muñecos en un parque de diversiones. El último fue el activista Alexei Navalny, muerto en febrero en una prisión del Ártico después de haber sobrevivido a un envenenamiento en 2020. Otro, Boris Nemtsov, recibió cuatro tiros en la espalda en Moscú en 2015. Lápidas rusas pavimentan el derrotero de Putin, solo alternado con Dmitri Medvédev, encargado ahora de dirigir la industria militar como vicepresidente del Consejo de Seguridad, en medio de la guerra contra Ucrania. Medvédev fue presidente de Rusia entre 2008 y 2012 mientras Putin ejercía el cargo de primer ministro. El tándem dejó de ser necesario desde 2021, cuando la Duma (Cámara baja) sancionó la ley que le (leer más)

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Crimen sin castigo

A dos años y unos días del comienzo de la guerra, Rusia no ha conquistado la región del Donbás. Ucrania tampoco ha podido recuperarla. La guerra en la Franja de Gaza desvió un poco la atención, pero Ucrania cobra nuevamente relieve por las presidenciales del 17 de marzo en Rusia, en las cuales Vladimir Putin no tiene oponentes de fuste, y la reciente muerte del líder opositor Alexei Navalny en una prisión de Siberia. «La muerte de Navalny va a seguir siendo un misterio durante años”, reflexiona Vladimir Rouvinski, oriundo de Siberia, director del Laboratorio de Política y Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad ICESI de Cali, Colombia, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea enfrentan dificultades internas para renovar la ayuda a Ucrania mientras Rusia, con el apoyo de China e India, supera el bloqueo económico. En el medio han muerto y han resultado heridos miles de civiles y de soldados. La llamada operación militar especial emprendida por Putin el (leer más)

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Lápidas rusas

Tres días antes de la muerte del líder opositor ruso Alexei Navalny en una de las prisiones más alejadas de la civilización, en lo peor de Siberia, la Guardia Civil de España halló en un garaje municipal de Villajoyosa, Alicante, el cadáver de Maxim Kuzminov. Era un piloto ruso que había desertado a los 28 años de la guerra contra Ucrania en un helicóptero de combate. Cinco balazos, distribuidos prolijamente entre la cabeza y el pecho, habían acabado con su vida. Labor de sicarios, de modo de advertir qué podía ocurrirles a los traidores. Kuzminov había recibido medio millón de dólares de Ucrania a cambio de su defección. En septiembre de 2023, al mes siguiente de la fuga, ofreció una rueda de prensa en Kiev flanqueado por militares ucranianos. Criticó al régimen de Vladimir Putin y explicó las razones por las cuales estaba en contra de la guerra. Fue su sentencia de muerte. El Kremlin le prometió que no iba a vivir lo suficiente para ser sometido a juicio. Cumplió. En el helicóptero militar Mi-8 (leer más)

Política

Candidato ruso por triplicado

Cuando los ciudadanos de San Petersburgo acudan a las urnas el domingo 19 de septiembre para renovar el parlamento regional deberán estar muy atentos. Tres boletas tendrán el mismo nombre y fotos de una persona con el mismo aspecto. El problema es que no corresponden al mismo candidato por el Partido Liberal Yabloko, el diputado Boris Vishnevsky, opositor al presidente de Rusia, Vladimir Putin. Corresponden a Vishnevsky, el original, y a dos dobles que se pusieron su nombre, se raparon para parecer calvos y se dejaron crecer la barba encanecida, de modo de confundir a los electores. Insólito. Vishnevsky, de 65 años, compite consigo mismo por triplicado. Los dos fantasmas aparecieron en las boletas. Uno que antes se llamaba Viktor Bykov, tenía bastante pelo, no usaba bigote y barba ni exhibía credenciales políticas, excepto su adhesión al partido de Putin, pasó a ser Boris Vishnevsky. El otro, antes Alexei Shmelev, también ajeno a la política, era el  director de ventas en una empresa de San Petersburgo. ¿Es legal? Sí, según la Comisión Electoral, pero no (leer más)

Política

Una guerra fuera de foco

Si toda guerra representa un fracaso de la diplomacia, como dejó dicho el parlamentario británico Tony Benn sobre las del Canal de Suez, Malvinas, Libia e Irak, la de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán refuerza su teoría. Era una guerra acallada hasta que espabiló de buenas a primeras, en julio de 2020, los fantasmas de los 25.000 muertos y de los casi 700.000 desplazados entre 1991 y 1994. En 1988, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética, a la cual pertenecían ambas naciones, Azerbaiyán reclamó como propio el territorio, llamado a sí mismo República de Artsaj, cuya población vive al cobijo de Armenia. Fue el comienzo. La guerra entre un país de mayoría cristiana (Armenia) y otro de mayoría musulmana (Azerbaiyán) ahonda aún más las diferencias Ambos bandos, separados por la llamada Línea de Control, se acusan mutuamente de haber efectuado ahora el primer disparo. La culpa, como en toda guerra, es del otro. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, y el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, alertan a los suyos sobre la (leer más)