Economía

La guerra del petróleo

El desplome del precio del crudo altera los equilibrios geopolíticos globales, regionales y locales y, por si fuera poco, se cobra cerca de 100.000 puestos de trabajo MADRID.– La mancha se expande. No sólo por el desplome del precio del petróleo, del orden del 60 por ciento en un año, sino, también, por sus consecuencias. La redistribución de los beneficios entre los países productores e importadores supone una fenomenal volatilidad geopolítica por la cual pierden los vendedores, con presupuestos atados a mayores ingresos, y ganan los compradores, bendecidos por la depreciación. Eso no es todo. Las grandes compañías del sector han recortado en un año cerca de 100.000 puestos de trabajo en todo el mundo, sobre todo en las áreas de exploración, servicios y administración. Se trata de un traslado de poder de los países productores a los consumidores, acaso una crisis de magnitud como la de 1973. En aquella ocasión, la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo, integrada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Egipto, Siria y Túnez, así como (leer más)