Sociedad

Prohibido besarse

Una novela sobre el amor entre una israelí y un palestino, vedada en el currículum universitario de Israel por el gobierno de Netanyahu, recibió una peculiar respuesta en Tel Aviv   Por Jorge Elías Un beso pone en movimiento los 34 músculos faciales y otros 134 corporales. Da placer, pero también implica cierto esfuerzo y algún peligro. Un mililitro de saliva anida 100 millones de bacterias. Los nepaleses optaron por lo sano: no besarse. En China, recuerdo, un periódico advertía en los años noventa que la costumbre de besar era una «práctica vulgar, rayana en el canibalismo» que había sido implantada por los «invasores europeos». En Sudáfrica no pueden besarse los menores de 16 años. En la India, el beso en público es tabú. Peor es en Indonesia: la sharia (ley islámica) castiga el beso con prisión, multas y latigazos. En Israel, el beso resultó ser una réplica a la decisión del Ministerio de Educación de excluir del currículum universitario la novela Gader Jayá (Borderline, en inglés; Una barrera viva, en castellano), de Dorit Rabinyan, (leer más)

Economía

Terminator versus Wall-E

¿Cómo será el mundo en 2050? La tendencia hacia el deterioro del empleo seguro, con robots capaces de reemplazar al ser humano, plantea un gran desafío para la próxima generación El futuro puede ser mejor de lo que los pesimistas entienden o peor de lo que los optimistas están dispuestos a explorar. En la ciudad japonesa de Sasebo, un dinosaurio mecánico y una mujer androide atienden con una sonrisa a los huéspedes del hotel Henn na (hotel Raro), sustituyendo al personal humano. En Buenos Aires, casi en coincidencia con su inauguración, más de mil científicos y expertos en inteligencia artificial y otras tecnologías se pronunciaron contra la proliferación de robots militares que, sin intervención humana, pueden ser “ideales para asesinatos, desestabilización de naciones, sometimiento de poblaciones y crímenes selectivos de etnias”. El escritor norteamericano de origen ruso Isaac Asimov acuñó la palabra robótica sin pensar, quizá, que la humanidad iba a verse envuelta en la discusión sobre los límites éticos de las máquinas. No se trata de drones ni de misiles, sino de seres autónomos (leer más)

Cultura

Huelga de princesas

En el mundo nacen entre 104 y 106 niños por cada 100 niñas, lo que amplía la brecha entre los sexos y nutre un fenómeno llamado con justa razón “masculinización alarmante” No es el fin del mundo previsto por Nostradamus, los mayas y el mago Merlín, sino algo tal vez más aterrador: en momentos en que la humanidad cruza la barrera de los 7.000 millones de habitantes, hay 57 millones más varones que mujeres. En otros términos, sobran varones o, peor aún, faltan mujeres. La catástrofe, llamada con impiadosa justicia “masculinización alarmante”, revela ribetes apocalípticos: nacen entre 104 y 106 niños por cada 100 niñas. ¿Qué sentido tendrá postergar la jubilación y vivir más de 100 años en un planeta que, por exceso de varones, será como esas discotecas en las cuales no hay con quién bailar? El sueño de crear territorios de solteros, abrigado por unos pocos, terminará siendo la pesadilla de muchos, de pronto sorprendidos por las consecuencias de atrocidades, como los abortos selectivos, que inclinan la balanza hacia la procreación de varones (leer más)

Cultura

Dime dónde vives y te diré cómo eres

En el mapamundi de los estereotipos no se salva nadie: los españoles trabajan poco, los alemanes no tienen gracia, los franceses pecan de vanidosos y los argentinos somos infumables ¿Son los españoles tan perezosos como consideran los alemanes? ¿Son los alemanes tan disciplinados como suelen describirlos los griegos? ¿Son los griegos tan escandalosos como los juzgan los británicos? ¿Son los británicos tan flemáticos como presumen los japoneses? ¿Son los japoneses tan eficientes como creen los norteamericanos? ¿Son los norteamericanos tan ególatras como cavilan los mexicanos? ¿Son los mexicanos tan machistas como observan los brasileños? ¿Son los brasileños mejores que nosotros, los argentinos? ¿Somos los argentinos infumables por vernos como italianos que hablamos español y vivir en una réplica de París en el Cono Sur? La vuelta al mundo en miles de estereotipos depara un mapamundi sinuoso, como el concebido por el artista eslovaco Martin Vargic. Incluye 1.800 etiquetas de naciones, ciudades y océanos con nombres tan elocuentes como Maltrato Animal para España, Comunistas para Rusia, Metrosexuales para Suecia, Black Metal para Noruega, Pelirrojos para Irlanda, (leer más)