Política

Un fantasma recorre Europa

Por Jorge Elías En la Revolución Francesa, en 1789, el nacionalismo comenzó a ser una certeza en Europa. Cayó en desgracia después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. La semilla de la Unión Europea (UE), germinada en los años cincuenta con la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, resultó ser el mejor antídoto contra catástrofes de esa magnitud. El Brexit (la salida del Reino Unido del bloque) vigorizó ahora el instinto de defender el interés nacional. La avalancha de crisis ha recreado un fantasma y, como dijo presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, “las antiguas certezas están llegando a su fin”, así que “no nos hagamos ninguna ilusión”. Este mundo, parecido en apariencia al anterior a los grandes acuerdos, dista del mundo del siglo XVIII, cuando no había conciencia del Estado nacional, y del mundo del siglo XX, marcado por los extremos entre el fascismo y el comunismo. Es un mundo supuestamente más pacífico, aunque lidie con los horrores del terrorismo y de conflictos inconclusos como los de Siria, Irak, Sudán del Sur, (leer más)