Política

Doble vara con los narcos

Y uno se pregunta: ¿hay narcos buenos y narcos malos? Es igual con las dictaduras: ¿las hay buenas y las hay malas? Son narcos y dictaduras a secas. Así como no existe el embarazo a medias, tampoco caben las vacilaciones en esos casos. El dictador nicaragüense Anastasio Somoza “puede ser un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. Le atribuyen esa frase a Franklin D. Roosevelt. Pertenece, en realidad, a su secretario de Estado, Cordell Hull. En esos tiempos, Estados Unidos premiaba el anticomunismo, cual estigma de la Guerra Fría, a pesar del virtual elogio para regímenes represivos y corruptos. De contradicciones está plagada la historia. En América Latina y el Caribe, la supuesta izquierda enrolada en el capitalismo de amigos del socialismo del siglo XXI aborrece el legado de las dictaduras militares, pero convalida con vítores o silencios las violaciones de los derechos humanos en Venezuela y Nicaragua, sucursales de Cuba, la casa matriz. Para el régimen fraudulento de Nicolás Maduro, cobijado por esa facción, pesa ahora no sólo el mote de (leer más)

Actualidad

La propaganda del siglo XXI

Umberto Eco llamó populismo mediático a una rutina de Silvio Berlusconi cuando estaba al frente del gobierno de Italia: anunciaba sus proyectos por televisión para evaluarlos en sondeos de opinión antes de enviarlos al Congreso. Con esa fórmula se ahorraba el disgusto de un rechazo, así como una muestra de debilidad política. Berlusconi, dueño de un imperio de medios de comunicación, movía los hilos a su antojo e inspiró a autócratas de derecha y de izquierda. En América Latina, Hugo Chávez fue un poco más allá con su Aló Presidente. En el programa, emitido por la televisión estatal de Venezuela, tendió un puente hacia la gente. Logró su cometido: concentrar a los otros poderes del Estado en un puño, el suyo, base del desteñido socialismo del siglo XXI. Hablaba, cantaba, hablaba, protestaba, hablaba, reía, hablaba, hablaba y hablaba durante tres horas o más. Prescindía de ese modo de situaciones incómodas en terrenos peligrosos en los cuales no se sentía el dueño de la palabra. En breves intervalos, rodeado de guardaespaldas, picoteaba su plato favorito, arepas (leer más)