Economía

Igualmente desiguales

La desigualdad no es sólo consecuencia de la creciente brecha entre pudientes y no pudientes, sino también de la disparidad salarial entre los trabajadores Apenas uno de cada cuatro trabajadores en el mundo tiene un empleo estable, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las otras tres cuartas partes sobreviven con empleos temporarios o contratos de corto plazo, trabajan de modo informal o en forma independiente o, lamentablemente, engrosan la infausta legión de desempleados. La precariedad laboral aguijonea en el planeta con mayor rigor que en otros tiempos, sobre todo después de la crisis global de 2008. Demanda débil de trabajadores y crecimiento lento de oportunidades han sido una constante desde entonces. La enorme brecha entre pudientes y no pudientes, así como entre el salario de un hombre y el de una mujer, tocó techo tanto en los países desarrollados como en los emergentes. En los 34 enrolados en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), el 10 por ciento de las personas más ricas gana 9,6 veces más que el 10 por ciento (leer más)