Política

Voto consuelo: ganó Europa

Voto consuelo: ganó Emmanuel Macron o, en realidad, perdió Marine Le Pen. Francia respira aliviada. Europa también. Estaba en juego su futuro. La acechaban la salida del Reino Unido vía Brexit; el euroescepticismo alentado por los partidos de extrema derecha e izquierda, y los influjos de un intruso, Donald Trump. La acechaban sus fantasmas, capaces de corroer la permanencia en la zona euro de uno de sus fundadores. Y la acechaba en Francia, también, el dilema de inclinarse por la prolongación de un modelo en duda, pero aparentemente seguro, y la amenaza de hacerlo volar por los aires bajándole la persiana a la integración. La victoria de Macron contra Le Pen en el ballotage dejó todo como estaba. Por ahora. Le paró los pies a la ola populista de Europa, en parte atenuada por la derrota en marzo del líder holandés de extrema derecha Geert Wilders. Los franceses no libraron un cheque en blanco al ex banquero sin más experiencia política que haber sido ministro de Economía del gobierno socialista de François Hollande. Tampoco sepultaron (leer más)

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Francia 2.0

Los franceses impusieron en el léxico político moderno tres palabras clave: derecha, izquierda y ballotage. En los últimos años aportaron otra, Le Pen, sinónimo de extrema derecha. La palabra Le Pen encontró ahora su antónimo: Macron. Equivale a sensación de alivio. O algo así. No sólo para Francia, sino también para Europa. Eso, un consuelo, representa el pase al ballotage o la segunda vuelta de las presidenciales de Emmanuel Macron, candidato centrista e independiente que defiende sin ambages la cesión de la soberanía a la Unión Europea (UE) y el símbolo totémico del euro, frente a su reverso, Marine Le Pen, abanderada del nacionalismo a ultranza. Son el día y la noche, la confianza y la desesperanza. En la campaña prevalecieron las sospechas de corrupción, las traiciones y las mentiras. Por primera vez desde que el general Charles De Gaulle ordenó redactar la Constitución de la V República, en 1958, los conservadores y los socialistas quedaron lejos del Elíseo y, por cierto, lejos de las bases. No lograron sintonizar con la gente. En el ocaso (leer más)