Economía

El nuevo realismo, versión Trump

Lo llaman nuevo realismo. Se trata de una forma elegante de explicar la política exterior de Estados Unidos. Algo así como un reconocimiento de las esferas de influencia sin incurrir en el intervencionismo del pasado con el fin de evitar conflictos con grandes potencias, como China, más allá del zarandeo mutuo de porcentajes y sanciones. La guerra comercial transita ahora por otra vía: Donald Trump amenazó con imponerles aranceles desproporcionados a las importaciones de 14 países. Entre ellos, aliados como Japón, Corea del Sur, Tailandia y Bangladesh. ¿Cómo lo comunica? Por carta. A la antigua. Por esa razón, el secretario de Estado, Marco Rubio, canceló sus visitas a Tokio y Seúl. Una señal de las renovadas tensiones. En respuesta, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, sometido a acusaciones sin fundamento de persecución de blancos en su país cuando estuvo en el Salón Oval con la ingrata compañía de su compatriota Elon Musk, luego separado del gobierno norteamericano, sostuvo que el arancel del 30% que Trump pretendía imponerle lejos estaba de ser acertado. El presidente en (leer más)

Política

Pilotos de tormentas

Entre tanto ismo, el mundo pasó del nacionalismo, causante de las dos guerras mundiales del siglo XX, al globalismo, latente al final de la Guerra Fría, y derrapó en el populismo. Mote ambiguo, frecuente tanto en derechas como en izquierdas. Representa la proyección de líderes cabreados con el sistema que, casualmente, se valen del sistema para monopolizar el poder. Una curiosa alquimia totalitaria, a veces bajo el alero de la democracia. Suelen jugar al límite, como quien tira de la cuerda hasta vulnerar las potestades de los otros poderes. ¿Qué otros poderes, se preguntan, si ellos representan al pueblo? Las órdenes ejecutivas de Donald Trump, mientras barre áreas y programas estatales con la ayuda del hombre más rico del mundo, Elon Musk, son una respuesta a los anhelos de su pueblo. Lo votaron por esa razón y, también por esa razón, le extendieron un cheque en blanco para dominar los otros poderes: el legislativo y el judicial. Como apuntan Steven Levitsky, profesor de Estudios Latinoamericanos y Gobierno en la Universidad de Harvard, y Lucan A. (leer más)

Actualidad

Ucrania queda lejos o Putin está cerca

Detrás de los encuentros y de los desencuentros de toda cumbre internacional siempre quedan dudas. Los 27 de la Unión Europea (UE) mantienen una posición más o menos unánime sobre la invasión de Rusia a Ucrania. En otros términos, la guerra no es en Ucrania, sino contra Ucrania. Quizá porque la padecen en carne propia cerca de sus fronteras y asimilen a simple vista el dolor de los refugiados. En la otra orilla del Atlántico, los 33 de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC) muestran diferencias. Matices. E, inclusive, visiones opuestas, como las de Nicaragua, Cuba y Venezuela, o sesgadas, como la de Brasil. El régimen de Daniel Ortega bloqueó el comunicado conjunto y quedó fuera de la firma, renuente a condenar los estragos provocados por Vladimir Putin en Ucrania. Que tampoco figuraron finalmente. Alzó la voz el presidente de Chile, Gabriel Boric, ante la posibilidad de que cualquier país podía ser blanco de una agresión similar. En vano. Su par de Colombia, Gustavo Petro, forjado en la guerrilla, admitió que (leer más)