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El papel de Luiz Inácio Lula da Silva como ex presidente de Brasil
Leer más http://revistafal.com/estadista-o-corrupto/
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Getting your Trinity Audio player ready… Las diferencias entre el rey y Chávez resumieron las dificultades que tienen España y la región para vincularse entre sí Al son de una ranchera, Hugo Chávez insinuó apenas arribó a Santiago, Chile, sede de la XVII Cumbre Iberoamericana, que algo tramaba: “No soy monedita de oro / pa’ caerles bien a todos; / así nací y así soy, / si no me quieren, ni modo”, desafinó. Iba a ser la primera gota de una lluvia de agravios e indiscreciones que pretendió que fueran divertidos, pero que, en realidad, no causaron gracia a nadie. En Venezuela, la inminente reforma constitucional, pasaporte para su reelección indefinida y otras delicias del socialismo del siglo XXI, había dejado un tendal de heridos entre estudiantes universitarios que se lanzaron a rechazarla en las calles. Lejos de reparar en ello, cada vez más encerrado en su laberinto, Chávez creyó que el foro iberoamericano era algo así como una reunión de consorcio. Le dijo a su par brasileño: “Lula, ahora que eres un magnate petrolero, (leer más)
Getting your Trinity Audio player ready… Durante el Mundial, varios gobiernos intentan capitalizar el prestigio de sus seleccionados para obtener réditos extradeportivos y medir el pulso del electorado Cada cuatro años, el escritor uruguayo Eduardo Galeano cuelga en la puerta de su casa de Montevideo un curioso cartel manuscrito: “Cerrado por fútbol”. No lo quita hasta que se consagra el campeón. Es el sueño de muchos gobiernos, deseosos de tomarse un respiro de los problemas cotidianos o, en algunos casos, de medir el pulso del electorado en un momento de distracción. En ese paréntesis llamado Mundial, el planeta rueda al compás de la pelota. Casi en forma milagrosa, las diferencias políticas se esfuman hasta en los países cuyos seleccionados no se han clasificado. En 2010, el gobierno socialista de España quiso atesorarlo con un controvertido plan de reforma laboral. La Roja, marca registrada del seleccionado, iba a ser campeón mundial, pero perdió el primer partido y sembró dudas hasta el siguiente. Decía entonces The New York Times que “el ascenso a la categoría de gran (leer más)
Getting your Trinity Audio player ready… De cotizarse más alto el rechazo que la adhesión, el candidato ultraderechista Jair Messias Bolsonaro hubiera estado cerca de ganar en la primera vuelta las presidenciales de Brasil. Tanto Bolsonaro como Fernando Haddad, designado por Lula desde la prisión como candidato por el desflecado Partido dos Trabalhadores (PT), rivales en la segunda vuelta del domingo 28, cosechan más espanto que esperanza en un país corroído por la violencia, la recesión y la corrupción. El odio radicalizó a Brasil, relegando a los candidatos moderados al papel de acompañantes o sostenes de la democracia. Bolsonaro arrasó en la primera vuelta, acaso como Jean-Marie Le Pen en las presidenciales de Francia de 2002, recuerda Marcelo Cantelmi en Clarín. Entonces, la democracia creó anticuerpos. Terminó siendo reelegido Jacques Chirac. El presidente conservador había ganado la primera vuelta a diferencia de Haddad, casi 20 puntos por debajo de Bolsonaro. En Brasil, la fisura social, resumida en “nosotros contra ellos”, no fue inventada por Bolsonaro, sino por Lula desde el primer escándalo de corrupción que (leer más)
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