Trump versus Trump
Melania Trump despierta más compasión que afecto. O, quizás, ambos sentimientos a la vez. Sus gestos durante la primera gira internacional de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos dejaron entrever que no se siente cómoda en su papel de primera dama ni, menos aún, en el de esposa. Le rechazó en un par de ocasiones la mano. Lo interpretó Michael D’Antonio, uno de los biógrafos de Trump, como una “muestra de que el presidente y la primera dama están encerrados en una guerra de señales y símbolos”. Señales y símbolos que disimulan en casa. Ella permanece en Nueva York con el hijo de ambos, Barron, de 10 años de edad, mientras él vive en Washington. Los desplantes de Melania a su marido, captados por las cámaras durante la gira, cobraron vigor con la campaña en las redes #FreeMelania (libertad para Melania). Ella misma había desatado la controversia en enero con un “me gusta” a un tuit del escritor Andy Ostroy. El texto era provocador: «Parece que el único muro que Donald Trump ha (leer más)