Solidaridad en cuotas
Mientras Europa asimila el impacto de la legión de refugiados sirios y de otras nacionalidades, los países de la península Arábiga envían donaciones y los americanos amplían sus cupos “Los refugiados prefieren ir a Europa”, dijo Roberto Khatlab, director del Centro de Estudios y Culturas de América Latina en la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik, del Líbano. Le había preguntado por qué no van a los países de la península Arábiga, más ricos, cercanos y, en principio, amables por la religión y el idioma. Cuatro millones de refugiados viven en el Líbano, Jordania y Turquía, fronterizos con el caos de Siria e Irak. Con su respuesta, Khatlab, brasileño de origen libanés, se mostró cauto frente a las críticas contra Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes y Omán por mantenerse distantes del drama de los refugiados, más allá de sus generosas donaciones. Sus rentas per cápita superan las de otros países de la región. Durante la primera conferencia del seminario Mediatizaciones II, organizado por la Fundación Nínawa Daher en la Facultad de Ciencias (leer más)