A 100 años del Tratado de Sèvres

En la conferencia regional sobre el Tratado de Sèvres, organizada por el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica, participaron Oscar López Goldaracena, Marcelo Taborda, Gunther Rudzit y Jorge Elías




Tratado de Sèvres: ¿letra muerta después de un siglo?
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“El Tratado de Sèvres es el tratado de paz firmado entre las potencias aliadas y Turquía finalizada en la Primera Guerra Mundial. Su contenido es de interés para varios pueblos de la región de Medio Oriente y del Cáucaso Sur en particular, y es de suma relevancia para los reclamos reivindicatorios de los derechos del pueblo armenio”.

De ese modo abrió la conferencia sobre el centenario de ese pacto Hagop Tabakian, director del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica.

En ese tratado, agregó, se mencionan “crímenes de lesa humanidad, se delimitan territorios y fronteras, se reconocen los derechos de las minorías, las obligaciones y responsabilidades que debe asumir Turquía, el Imperio Turco-Otomano, por sus actos”.

El primer orador, el reconocido periodista de política internacional Jorge Elías, planteó: “La coincidencia con el genocidio contra el pueblo armenio perpetrado por los Jóvenes Turcos, que eran militares de nueva formación de la Academia de la Guerra, entre 1915 y 1923, no resulta casual».

En nombre del nacionalismo o de la bestialidad, añadió, «el genocidio armenio pasó a ser el prólogo del Holocausto”.

Elías se refirió también a la actual política del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para quien “las disputas actuales son parte de un juego de poder nacionalista que no es exclusivo de Turquía«.

Por eso, explicó, se habla de «la venganza de Erdogan contra Sèvres».

A su turno, el periodista cordobés Marcelo Taborda comenzó hablando acerca de “las injusticias que terminó consagrando al no cumplirse la letra de lo que se había pactado en su momento”, así como también de la poca influencia en estos tratados de algunas naciones que no tienen tanto peso en la geopolítica internacional».

“Esto que pareciera ser parte de una historia que fue dejada definitivamente atrás no lo es tanto y lo podemos visualizar en un escenario que tal vez pagó también su precio por el incumplimiento de muchos de esos: el de Siria con la actual guerra que comenzó en 2011 y que todavía no ha acabado, y en la que algunos de esos protagonistas parecieran repetirse”, continuó Taborda.

Era una referencia al pueblo kurdo, que fue nuevamente “olvidado o dejado de lado por quienes manejan el tablero. Esas historias que parecieran ser de otro siglo o de otro tiempo recobran vigor en circunstancias que son lamentablemente muy actuales”.

Consultado sobre las lecciones que dejó el Tratado de Sèvres, Taborda habló de la necesidad del cumplimiento del derecho internacional, que a veces cae en “letras muertas o en meras expresiones de deseos, sobre todo cuando responde a grandes intereses”.

Goldaracena afirmó que el incumplimiento del Tratado de Sèvres derivó en el conflicto en Artsaj (Nagorno Karabaj)

Oscar López Goldaracena, quien integra el Foro Nagorno Karabagh en Uruguay y en 2019 viajó al Foro Pro Artsaj, habló de los efectos vinculantes para Turquía del Tratado de Sèvres y el arbitraje que deriva del mismo, una cláusula compromisoria arbitral, que tiene que ver con “el derecho del pueblo armenio a recuperar el ejercicio de soberanía sobre sus territorios ancestrales”.

“Ese arbitraje, dijo, se llevó a cabo y fue concertado de acuerdo con las normas vigentes del derecho internacional de la época y es un arbitraje del punto de vista jurídico válido”.

El jurista planteó que “el laudo del presidente Wilson ponía fin al genocidio, porque implicaba recuperar para el pueblo armenio aquellos elementos de identidad cultural que le daban cohesión como pueblo».

Lo esencial del genocidio cultural, para comprenderlo, expuso, es que se puede eliminar un pueblo sin exterminarlo físicamente.

«Basta eliminar los elementos materiales e inmateriales que le dan cohesión, aquellos elementos de interacción del individuo con el medio que le dan sentido de pertenencia a esa nación, a ese pueblo. Y vaya si el territorio es un elemento esencial de identidad de un pueblo”.

El incumplimiento del Tratado de Sèvres, dijo, derivó en el conflicto en Artsaj (Nagorno Karabaj), dado que el tratado “señala que la línea fronteriza entre Armenia y Azerbaiyán será determinada por acuerdo directo entre las partes y lo considera una zona en conflicto o territorio en disputa”.

Gunther Rudzit recordó que “cuando el Tratado de Lausana eliminó el control turco de las áreas ricas de petróleo, se consideró favorable para Moscú«

Gunther Rudzit recordó que “cuando el Tratado de Lausana eliminó el control turco de las áreas ricas de petróleo, se consideró favorable para Moscú, ya que impidió que Turquía se restableciera nuevamente como una fuerza militar de una manera muy rápida que pudiera contestar el control soviético recién implementado en el Cáucaso”.

“Los tratados internacionales siempre han tenido sus creaciones e implementaciones directamente ligadas a los intereses de las grandes potencias».

Por esta razón, agregó, «muchos están abandonados, como el Tratado de Sèvres, ya que las potencias occidentales no tenían ningún interés directo en el Cáucaso, y mucho menos involucrarse en una nueva guerra”.

Este artículo fue publicado originalmente en Diario Armenia. Lea el original.



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