Economía

El gran negocio de la guerra

Si alguien vende paraguas, impermeables o botas, le vendría bien que llueva a menudo. A cántaros, en lo posible, por más que las tormentas provoquen inundaciones y otras desgracias. En ese plan, las empresas fabricantes de armamento y equipo militar sonríen frente a la tragedia ajena. En 2023, una de cada seis personas en el mundo ha estado expuesta a un conflicto armado, según el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB). No solo se trata de las guerras en Ucrania y en la Franja de Gaza, sino de otras, más de 50 en curso, por las cuales el gasto mundial en defensa ha crecido como nunca después de la Segunda Guerra Mundial. Tanto la lluvia como la guerra deparan pingües ganancias por el aumento de la demanda de paraguas, impermeables, botas, tanques, arsenales y municiones. La necesidad de combate en ambos casos crece a medida que se multiplican las tormentas y los tormentos. La compañía norteamericana Lockheed Martin, la mayor exportadora de armas del mundo, vio crecer su capitalización bursátil más de un 10 % (leer más)

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El año de las urnas y de las armas

«El sistema político que conocemos como democracia ha mostrado una enorme capacidad de adaptación a los nuevos momentos históricos», afirma Aníbal Pérez-Liñán, profesor e investigador de Ciencia Política y de Estudios Globales en la Universidad de Notre Dame, de Estados Unidos, durante una entrevista en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. No es un programa más, sino el número 100 de este ciclo de 15 minutos semanales y monedas, como solemos decir, que comenzó el 5 de febrero de 2022. Coincide con los primeros albores de un año signado por las urnas y por las armas. ¿Qué marcará 2024? Será un test de estrés para el sistema democrático por la cantidad de elecciones. Casi medio mundo irá a las urnas. Y, también, un enigma sobre el impacto que podrían tener en ellas y en las sociedades en general los conflictos en curso. «Hay que hacer una diferencia fundamental entre la capacidad para llegar al poder y la capacidad para gobernar» En especial, el de la Franja de Gaza después de la masacre cometida (leer más)

Actualidad

La larga sombra de Irán

Cuenta Ruth Margalit, columnista de la revista The New Yorker, que sus dos hijos entraron en su habitación a eso de las siete de la mañana y se acurrucaron en la cama con los ojos llorosos. Sonaban las sirenas. “Nos metimos en las escaleras de nuestro edificio, nuestro espacio seguro a falta de cualquier otro en esta antigua zona de Tel Aviv, continúa. Algunos vecinos estaban allí, en pijama, “sonriendo torpemente”. Luego pispearon las pantallas de sus teléfonos y comprobaron que no había motivo para sonrisa alguna. Cincuenta años y un día después de la guerra de Yom Kipur, la milicia islamista Hamas había lanzado un ataque terrorista sin precedente por aire, por tierra y por mar contra Israel. Era Simjat Torá, uno de los días más alegres del calendario judío. Hamas justificó la operación como una defensa de la Mezquita de Al-Aqsa. Un lugar sagrado para musulmanes y judíos en Tierra Santa. Como dijo alguna vez David Ben Gurion, padre del Estado judío y del laborismo, Israel paga caro su “exceso de historia”. En (leer más)

Actualidad

Estados golpeados

En octubre de 2021 hubo un golpe de Estado en un Estado golpeado: Sudán. Cayó el primer ministro, Abdalla Hamdok. Quedó bajo arresto domiciliario. Lo repusieron al mes siguiente frente a un dilema: la suspensión de millones de dólares de ayuda internacional. Hamdok renunció el segundo día de 2022. No pudo formar gobierno. Habían pasado 42 días después del acuerdo que alcanzó con la junta militar mientras disfrutaba de una apacible jubilación. Las calles estallaron con una consigna que no respeta fronteras: que se vayan todos. Civiles, militares y afines. La hoja de ruta de la transición consistía en democratizar un país sometido durante tres décadas a la dictadura de Omar al Bashir, depuesto durante el año de las protestas a cuatro bandas, 2019. La de Sudán resultó ser la sexta asonada militar de 2021 después del ciclo iniciado el 1 de febrero en Myanmar, antes Birmania, en el sudeste asiático. Le siguieron otras en Mali, Guinea-Conakry y Chad mientras en Níger hubo un intento fallido al igual que en Sudán un mes antes de (leer más)

Política

Aplausos y cacerolazos

Las treguas duran poco. En ambientes polarizados, el cabreo previo persiste. Solapado. Llamado a silencio. En clave política, para evitar que caiga la democracia en cuarentena, de modo de no tensar demasiado la cuerda y recrear el nacionalismo que provocó las dos grandes guerras del siglo XX. Algunos gobiernos se envalentonaron con los aplausos para los imprescindibles, que no son ellos, pero también se sorprendieron con los cacerolazos por su mala o morosa gestión de la crisis. Brotaron reacciones encontradas con media humanidad enclaustrada. Amores y resentimientos, como si nada hubiera cambiado. El mentado equilibrio entre la economía y la salud, versión Donald Trump, Jair Bolsonaro o Andrés Manuel López Obrador, dio de bruces con la realidad de sus países, acuciados por la pandemia, y con el declive de las instituciones; las discrepancias dentro de los gobiernos y entre los gobiernos, como entre los de la Unión Europea o entre Estados Unidos y Canadá; los reclamos de los opositores, y los planteos de los indignados que pusieron patas arriba al planeta en 2019. El ministro (leer más)

Sociedad

Convulsión global

El divorcio no es sólo entre el Reino Unido y la Unión Europea. El divorcio global es más traumático que el Brexit. Coincide en tiempo y forma, pero, más allá de eso, el único hilo conductor es la protesta de las sociedades contra los gobiernos y, cual mar de fondo, contra el sistema. El oasis en el cual vivía Chile, versión Sebastián Piñera, se convirtió de pronto en un polvorín por el aumento de la tarifa de un servicio público, el metro, como ocurrió con el combustible en Ecuador y en Francia o, el colmo, con la pretensión de gravar un impuesto sobre las llamadas de voz de WhatsApp en el Líbano. Nadie previó los estallidos. La ira popular aguijonea la víscera más sensible, el bolsillo, pero también brota por otros motivos, como el acuerdo alcanzado por Boris Johnson en Bruselas para rubricar el Brexit, la caprichosa intención de declarar la independencia de Cataluña, el rechazo de los ciudadanos de Hong Kong al avasallamiento de China, el clamor de los haitianos contra el presidente Jovenel (leer más)

Política

Protestas a cuatro bandas

En Puerto Rico, las protestas por la filtración de mensajes de un grupo de Telegram con chistes sexistas y homófobos, desprecio por las víctimas del huracán María y amenazas con tono de broma contra rivales políticos provocaron la dimisión del gobernador Ricardo Rosselló. Más de mil personas fueron arrestadas en Rusia mientras emitían imágenes por YouTube en defensa del líder de la oposición, Alexei Navalny, supuestamente envenenado mientras permanecía detenido. En Sudán, el consejo militar que terminó con la dictadura de tres décadas de Omar al Bashir canceló el acceso a internet para sofocar el ardor popular. Los checos realizaron en Praga la concentración más grande desde la caída de la Cortina de Hierro. Exigían la renuncia del primer ministro, Andrej Babis, acusado de corrupción. Cerca de mil personas fueron arrestadas en Kazajistán en medio de acusaciones masivas contra Kasim-Yomart Tokáyev, elegido presidente tras un recuento de votos considerado irregular. El final de la autocracia de Bashir en Sudán coincidió con las protestas que evitaron la candidatura para un quinto mandato en Argelia de Abdelaziz (leer más)

Política

Hong Kong abre el paraguas

Escribió Thomas Jefferson en las vísperas de la Revolución Francesa que era “buena cosa una breve rebelión de cuando en cuando”, algo “tan necesario en el mundo político como las tormentas en el mundo físico”. Poco después iba a ser elegido presidente de Estados Unidos. El tercero en la historia. Ejerció el cargo entre 1801 y 1809. Aquella reflexión volcada en París, donde Jefferson vivió entre 1784 y 1789, halla su correlato 230 años después tanto en Francia por el reclamo de los chalecos amarillos contra la pérdida del poder adquisitivo como en Hong Kong por el proyecto de ley que iba a permitir entregar sospechosos a China. Las protestas lograron sus fines: el presidente francés, Emmanuel Macron, anuló el impuesto sobre los combustibles, leitmotiv de la irrupción social, y la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, suspendió sin plazo el proyecto de ley de extradición. El proyecto tenía letra y música del régimen comunista de China. El de Xi Jinping. El presidente con facultades ampliadas en el gobierno y en el partido está (leer más)

Política

Moros contra cristianos

Seis años y monedas después de la Primavera Árabe, Egipto restauró el estado de emergencia. La medida, en vigor durante 83 de los últimos 103 años, aumenta los poderes de la policía e restringe la libertad de movimiento. El presidente Abdel Fatah al Sisi echó mano de ella, con la venia del Parlamento, después de los atentados contra la Catedral de San Marcos, en Alejandría, y la Iglesia de San Jorge, en Tanta. Ambos coincidieron en forma intencional con el Domingo de Ramos, puntal de las evocaciones de la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo. También coincidieron con los preparativos para la visita a Egipto del papa Francisco, prevista para el 28 y el 29 de abril. Nada es casual: el Daesh, ISIS o Estado Islámico midió el impacto de las masacres contra los coptos. La palabra copto deriva del término griego aigyptos, razón por la cual copto y egipcio son casi sinónimos. Esa rama cristiana, blanco de ataques durante la Navidad de 2016, compone una minoría en la población egipcia, de mayoría (leer más)

Política

El Eje del Mal, versión Donald Trump

Donald Trump le hizo saber al primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, que el compromiso de Barack Obama de acoger en suelo norteamericano a 1.250 refugiados era “estúpido”, sobre todo después de imponer el veto migratorio a siete países de mayoría musulmana. El diálogo telefónico con un aliado que combatió codo a codo con los Estados Unidos en Afganistán e Irak terminó mal. Duró 25 minutos, 35 menos de lo previsto. También le había hecho saber a su par de México, Enrique Peña Nieto, que iba a enviar tropas del otro de la frontera para detener a los “bad (malos) hombres” a menos que el ejército mexicano se esforzara en controlarlos. En dos semanas en la Casa Blanca, Trump llevó al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a tildarlo de “amenaza exterior” y al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, a exigirle que deponga el veto migratorio contra los ciudadanos y los refugiados de Siria, Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen porque viola las obligaciones de los Estados (leer más)

Sociedad

Muchos refugiados, grandes beneficios

Por Jorge Elías Los miran mal y los tratan peor. Quizá porque no saben que los refugiados no representan el costo ni el peligro que muchos declaman, sino el beneficio que pocos conocen. Lo dicen a coro el Banco Mundial (BM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) frente a una realidad lacerante: 65 millones de personas, la pavorosa cantidad de personas que debió abandonar sus hogares a la fuerza, equivalen a la población del Reino Unido, de Francia o de Tailandia. Dos tercios de ellos, 41 millones, son desplazados que buscan protección en sus países. El resto, 24 millones, se aventura al exterior. Es la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Los refugiados escapan de la violencia de Siria, Afganistán, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, la República Democrática del Congo, la República Centroafricana, Birmania, Eritrea y la ahora pacificada Colombia. Nueve de cada diez prueban fortuna en países en desarrollo. En el Líbano y Jordania, limítrofes con Siria, representan el 18 y el nueve por ciento de (leer más)

Sociedad

Aviso de retorno

Más de la mitad de los 60 millones de personas que se han visto forzadas a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos o refugiados en otros países son menores de edad Dentro de la maleta, expuesta al escáner, había un cuerpo acurrucado. Los agentes de la Guardia Civil de España, apostados en el enclave africano de Ceuta, cerca de Marruecos, no podían creerlo. Era un niño de ocho años de edad. Estaba plegado sobre sí mismo. La penosa estampa de Adou, en posición fetal para burlar los controles y reunirse con su padre, Alí Ouattara, marfileño de 42 años radicado en Sevilla, resume los pesares de los 60 millones que, a raíz de las guerras, los conflictos y las persecuciones, se han visto forzados a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos o refugiados en otros países. La mitad son menores. En 2014, 42.500 personas por día pasaron a ser refugiados, desplazados internos o solicitantes de asilo, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Es la cifra (leer más)