Actualidad

El GPS de Armenia avisa: recalculando

En un mundo en blanco y negro, el GPS de Armenia trina: recalculando. Está más cerca de la Unión Europea y de la OTAN que de Rusia. Lo dejó entrever con suma prudencia el canciller de ese país, Ararat Mirzoyan, durante una breve visita a Buenos Aires. La aproximación a Occidente, se apresuró a aclarar, no guarda relación con la de Ucrania, envuelta en una guerra sin fin contra Rusia, sino con la reivindicación de un territorio avasallado, Nagorno Karabaj, a expensas de Azerbaiyán. Miles de residentes de etnia armenia debieron huir mientras una misión de paz rusa miraba al costado. Eso ocurrió en septiembre de 2023 en un enclave del Cáucaso Sur en disputa tras la desintegración de la Unión Soviética. En los papeles, la República de Artsaj, como la llaman los armenios, forma parte de Azerbaiyán, pero se trata de un Estado independiente de facto. Más de 100.000 personas debieron refugiarse en Armenia después de la guerra. Quedan 10 o 15. “En Nagorno Karabaj hubo una limpieza étnica”, concluyó Mirzoyan. Una pieza del (leer más)

Actualidad

El zar del siglo XXI

Vladimir Putin se hizo reelegir para un quinto período después de casi un cuarto de siglo en el poder. Si concluye el nuevo mandato, superará por un año a Stalin, el presidente que más tiempo permaneció en el Kremlin durante la extinta Unión Soviética. Más aún si Putin, a los 80 años, en 2030, insiste en reincidir. ¿Su fórmula? De manual: voltear posibles rivales como muñecos en un parque de diversiones. El último fue el activista Alexei Navalny, muerto en febrero en una prisión del Ártico después de haber sobrevivido a un envenenamiento en 2020. Otro, Boris Nemtsov, recibió cuatro tiros en la espalda en Moscú en 2015. Lápidas rusas pavimentan el derrotero de Putin, solo alternado con Dmitri Medvédev, encargado ahora de dirigir la industria militar como vicepresidente del Consejo de Seguridad, en medio de la guerra contra Ucrania. Medvédev fue presidente de Rusia entre 2008 y 2012 mientras Putin ejercía el cargo de primer ministro. El tándem dejó de ser necesario desde 2021, cuando la Duma (Cámara baja) sancionó la ley que le (leer más)

Actualidad

Lápidas rusas

Tres días antes de la muerte del líder opositor ruso Alexei Navalny en una de las prisiones más alejadas de la civilización, en lo peor de Siberia, la Guardia Civil de España halló en un garaje municipal de Villajoyosa, Alicante, el cadáver de Maxim Kuzminov. Era un piloto ruso que había desertado a los 28 años de la guerra contra Ucrania en un helicóptero de combate. Cinco balazos, distribuidos prolijamente entre la cabeza y el pecho, habían acabado con su vida. Labor de sicarios, de modo de advertir qué podía ocurrirles a los traidores. Kuzminov había recibido medio millón de dólares de Ucrania a cambio de su defección. En septiembre de 2023, al mes siguiente de la fuga, ofreció una rueda de prensa en Kiev flanqueado por militares ucranianos. Criticó al régimen de Vladimir Putin y explicó las razones por las cuales estaba en contra de la guerra. Fue su sentencia de muerte. El Kremlin le prometió que no iba a vivir lo suficiente para ser sometido a juicio. Cumplió. En el helicóptero militar Mi-8 (leer más)

Economía

El bolsillo de los rusos

Rusia está en guerra, por más que sus autoridades insistan en descafeinarla con el mote de operación militar especial. La palabra guerra roza la herejía en los dominios de Vladimir Putin, así como invasión y ofensiva. A poco de comenzar la brutal embestida contra Ucrania, siete de cada 10 rusos estaban de acuerdo con la defensa de la población que habla su idioma en la región del Donbass, independizada por la Duma (Parlamento ruso) como si formara parte de su soberanía. Lo confirman encuestas de dudosa credibilidad en las cuales no se sabe si los consultados responden lo que piensan o lo que suponen que esperan que piensen. La propaganda del Kremlin hizo lo suyo con una suerte de choque de civilizaciones entre Rusia y Occidente. Varias semanas después de los primeros estrépitos, largas filas de rusos pugnan por comprar azúcar, sal y pan. Cada ciudadano puede adquirir seis kilos de azúcar y otros tantos de sal en puntos de reparto establecidos por el régimen. El desabastecimiento y la inflación suben a la velocidad en (leer más)

Economía

Las propinas de Trump

Los presidentes, primeros ministros y otros gobernantes son los únicos seres que, como los reyes y los mendigos, pueden ir por el mundo con los bolsillos vacíos. No suelen llevar dinero ni tarjetas de crédito o de débito ni, en algunos casos, las gafas de lectura. La tienen fácil. Les basta hacer un gesto para disponer de aquello que necesitan. Donald Trump subía al Air Force One el 17 de septiembre de 2019. Del bolsillo trasero de su pantalón se asomó un billete de 20 dólares. Lo captó el fotógrafo Tom Brenner, de la agencia de noticias Reuters. La duda surgió de inmediato: ¿qué paga si todos los gastos corren por cuenta de la Casa Blanca? Le gusta dejar propinas. Una faceta desconocida y, a la vez, reveladora de su intimidad. “¡Sí, llevo dinero! –confesó Trump a los periodistas, intrigados por la rareza, durante el viaje de vuelta de California a Washington, y sacó un fajo de billetes del mismo bolsillo–. No uso billetera porque no he tenido una tarjeta de crédito en mucho tiempo, (leer más)

Catalejo

Me falta algo: ¡mi hija!

Errar es humano y ser primer ministro británico es divino, aunque David Cameron haya olvidado a su pequeña hija de ocho años en un pub Por Jorge Elías Nadie es perfecto. Menos aún en el difícil arte u oficio de ser padre. David Cameron olvidó a su hija de ocho años de edad en un pub. Lo advirtió apenas arribó con su mujer, Samantha, a la residencia de Chequers. Estaban Arthur, de seis años, y Florence, de casi dos. Faltaba Nancy. Los Cameron se miraron en silencio, perplejos. Como suelen viajar en dos vehículos por razones de seguridad, el primer ministro británico creyó que la pequeña estaba con su madre y viceversa. Ocurrió en 2012. Era domingo. Habían ido a almorzar con otras dos familias y sus custodios habituales al pub The Plough Inn, en Cadsden, Buckinghamshire, cerca de la casa de campo de los primeros ministros. Me consuela la distracción de Cameron después de haber dejado de propina en un restaurante a mi propia hija, Macarena, cuando tenía cinco años de edad. Me di (leer más)