Actualidad

La ficción, la realidad y el Perú

Cuenta el filósofo esloveno Slavoj Žižek que circula un dicho entre los corresponsales en América Latina que demuestra su veracidad en cada ciclo electoral: en la región conviven la ficción, la realidad y, cual categoría en sí mismo, el Perú. Caja de resonancia de una incesante sucesión de presidentes depuestos y de una fenomenal impopularidad de los políticos. El país de Mario Vargas Llosa tiene por primera vez una presidenta, Dina Boluarte, después de la destitución de Pedro Castillo por permanente incapacidad moral. Era un sinónimo de locura. Pasó a ser la metáfora de un flagelo que no respeta fronteras: la corrupción. Castillo batió un récord. En un año, cuatro meses y siete días de gestión, entre el 28 de julio de 2021 y el 7 de diciembre de 2022, hizo más de 17 cambios de gabinete. En números redondos: juraron más de 70 ministros. Ninguno le dio resultado. Y, al final, fracasó en su intento de disolver el Congreso, al estilo de Alberto Fujimori en 1992, para evitar la tercera moción de vacancia (juicio (leer más)

Política

Víctima de sí mismo

Desafiante en su papel de víctima, Donald Trump se rehusó a declarar sobre las prácticas empresariales de su compañía en Nueva York poco después de que el FBI emprendiera una redada sin precedente en su mansión con refugio nuclear y club de golf privado de Mar-a-Lago, Palm Beach, Estado de Florida. Lo usual en otras latitudes resulta una rareza en Estados Unidos, no habituado al allanamiento de la propiedad de un expresidente, su domicilio fiscal desde 2019. Trump y los suyos compararon al gobierno de Joe Biden, desmarcado de los procesos judiciales, con el de países rotos del Tercer Mundo. Más precisamente con Nicaragua bajo el régimen de Daniel Ortega. La Ley de Registros Presidenciales de 1934 obliga a los expresidentes de Estados Unidos a entregar todo el material relacionado con su gestión. Trump, acusado dos veces de haberse quedado con registros confidenciales, está involucrado en una extensa serie de pesquisas por su conducta personal y política, así como por su desprecio del Estado de Derecho. Lo pinta de cuerpo entero el asalto del Capitolio (leer más)

Política

La gripecita ideológica

Una gripecita, como llama Jair Bolsonaro al coronavirus, no amenaza a la humanidad ni frena la economía global. De tratarse de algo pasajero, en Brasil no hubieran cavado fosas comunes para las víctimas ni la mayoría de los 27 gobernadores estaría en vilo frente al efecto devastador de la pandemia. La veta política de un gobierno de porte militar llevó al ministro de Exteriores, Ernesto Araújo, a tomar del libro Pandemic! COVID-19 shakes the world (¡Pandemia! COVID-19 sacude al mundo), del filósofo esvoleno Slavoj Žižek, una tesis alucinante. La de un plan de instaurar el comunismo “sin naciones ni libertad” y crear “un gran campo de concentración”. Bolsonaro, como Donald Trump con su burrada de evaluar inyecciones de desinfectante, pastillas de detergente y rayos ultravioleta como paliativos, se supera a sí mismo. Cada día. En el camino perdió a su ministro estrella, el de Justicia, Sergio Moro, puntal como juez del caso Lava Jato, y se deshizo en un “divorcio consensuado” del ministro de Salud, Luiz Mandetta, médico, partidario de aplicar las medidas preventivas de (leer más)

Política

Utopía a plazo fijo

Acordado el tercer rescate de Grecia, el primer ministro Alexis Tsipras renuncia y convoca a elecciones con la certeza de revalidar su mandato y, de ser reelegido, de despojarse de los radicales propios y ajenos El renunciante primer ministro griego Alexis Tsipras podría suscribir las palabras del cómico y político italiano Beppe Grillo: “No estamos en guerra contra el Estado Islámico ni contra Rusia, sino contra el Banco Central Europeo (BCE)”. Es casi lo mismo que quiso decir otro renunciante, Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas de Grecia, ahora en las antípodas de Tsipras, cuando consideró que los bancos habían sustituido a los tanques. En inglés, banks rima con tanks. En ese momento, el 12 de julio de 2015, la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) aceptaba a contramano de su discurso las imposiciones de la troika formada por la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). De los griegos no sólo heredamos la democracia, sino, también, la utopía. El escritor británico Tomás Moro usó en 1516 esa palabra para crear una (leer más)