Líderes alfa, presidentes beta
Lo del botón nuclear “mucho más grande y más poderoso” de Donald Trump en respuesta a la supuesta facilidad con la cual Kim Jong-un podría oprimir el que tiene “siempre” en su escritorio no sólo refleja las bravuconadas en las cuales ambos suelen embarcarse, sino, también, la vena despiadada de la cual se jactan. El botón nuclear no existe. Ni en Estados Unidos ni en Corea del Norte. De estallar una guerra nuclear, Trump y Kim deberían seguir protocolos que podrían demorarla o, inclusive, abortarla. El asunto es otro. La egolatría de uno y del otro se codea con el autoritarismo, aparentemente más habitual en Pyongyang que en Washington. En el mundo, creo yo, prevalecen los líderes alfa sobre los presidentes beta. Estruendosos unos; recatados los otros. Un profesor universitario de Michigan, otro de Harvard y otro de Toronto se preguntan en un meduloso análisis publicado en la revista Foreign Affairs si la democracia está a salvo en Estados Unidos. La respuesta es negativa. No hablan de fascismo, sino de autoritarismo competitivo, “sistema en el (leer más)