Política

Las otras explosiones del Líbano

Las explosiones en el puerto de Beirut desnudaron las otras tragedias del Líbano. Las vinculadas con la crisis socioeconómica, la corrupción y la pandemia. Un cóctel catastrófico que, con el tendal de muertos, heridos, desaparecidos y desamparados por la detonación de nitrato de amonio, fermentó aún más el cabreo popular, iniciado en octubre, y apuró la renuncia del primer ministro, Hassan Diab, y de los suyos. Otro síntoma del mismo mal. Los libaneses llevan mucho tiempo sin sintonizar con la clase política. En un arrebato de impotencia, le suplicaron al primero en visitar las ruinas, Emmanuel Macron, que vuelva a implantarse el protectorado de Francia. La independencia de Francia en 1943, tras haber sido parte del imperio otomano entre 1516 y 1918 y de haber sido desmembrada de la Siria Otomana al final de la Primera Guerra Mundial, derivó en la aplicación de un sistema único: el confesionalismo. Único y engorroso. Un lastre, basado en el censo de 1932, en el cual cohabitan 18 confesiones religiosas. El poder debe repartirse por ley entre un presidente (leer más)

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Piñera levanta vuelo en Chile

En esta edición: A una semana de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 19 de noviembre, en Chile no impera el ambiente de campaña de otras ocasiones. Una de las mayores preocupaciones es que vuelva a producirse una alta abstención, como la de 2016, cuando sólo un 35 por ciento de los votantes concurrió a las urnas en las elecciones municipales. El descontento, que se debe a la crisis de representación de los partidos políticos, ha hecho mella en la alianza de centro izquierda que gobernó el país desde el retorno de la democracia, con excepción del período de Sebastián Piñera, actual favorito. La segunda vuelta, de ser necesaria, será el 17 de diciembre. Además: La renuncia a su cargo del primer ministro de Líbano, Saad Hariri, por temor a sufrir un atentado como el que se cobró en 2005 la vida de su padre, Rafik Hariri, primer ministro de 1992 a 1998 y de 2000 a 2004, hizo recrudecer la crisis política de su país, donde Arabia Saudita e Irán libran una suerte de (leer más)

Política

Juego de tronos, capítulo Arabia Saudita

Medio Oriente ha sido bendecido por los mayores yacimientos del mundo, pero, a su vez, ha sido carcomido por las disputas domésticas y por la injerencia extranjera. Desde el acuerdo Sykes-Picot de 1916, cuando los británicos y los franceses se repartieron la región, las tiranteces llevaron a disimular las guerras y los conflictos por los recursos bajo el manto de la política o de la religión. Los países ricos en petróleo y gas, expuestos a la volatilidad de los precios en el mercado internacional, padecen una maldición. La maldición de los recursos, como ocurre en Arabia Saudita. Sus ciudadanos, por regla general, soportan la desigualdad por el descuido de otros factores productivos. En los últimos seis años, sobre todo después de la Primavera Árabe, la región tuvo dos caras. La de la violencia y la frustración, por un lado, y la de la globalización y la ostentación, por el otro. Dos caras y dos velocidades, con países sumidos en conflictos, como Siria, Irak y Libia, y países encaramados en las grandes ligas, como Arabia Saudita, (leer más)