Sociedad

Dos por tres deja de ser seis

Dos por tres era seis antes de la pandemia. Ese resultado pasó a ser tan impreciso como la cuarentena, que no dura 40 días. Cada gobierno mide el impacto del COVID-19 según su propia tabla de multiplicar. La falta de pruebas de detección lleva a muchos a dudar de las cifras oficiales. ¿De qué hablamos cuando nos referimos a los fallecidos? Duda recurrente. ¿De personas que murieron por coronavirus o con coronavirus? Si España no registra las bajas en geriátricos y en hogares; Francia sólo incluye las de los hospitales, y el Reino Unido descarta en sus estadísticas las infecciones respiratorias, dos por tres lejos está de ser seis como en 2020 A.C. (antes del Coronavirus). En Estados Unidos, el número de muertos por coronavirus o con coronavirus supera a las 2.977 víctimas de los atentados contra las Torres Gemelas. La duda, apunta el Financial Times, radica en la proporción de muertes respecto de los que efectivamente contrajeron la enfermedad. El 4,7 por ciento, tasa superior a la de la gripe y la neumonía, “no (leer más)

Política

La uberización de la política

MADRID – En perspectiva, como dice la canción For What It’s Worth, aquella que entonaba Stephen Stills en los años sesenta, “aquí está pasando algo. El qué no está del todo claro”. No está del todo claro el peligro que entraña el cambio climático ni el paso de la globalización a la interconexión ni la uberización de los ambientes de trabajo ni el poder de los teléfonos inteligentes acoplados a la nube. Esta vertiginosa mutación, escribió Thomas Friedman en The New York Times, puede convertir a las personas en periodistas, fotógrafos, cineastas, innovadores y emprendedores. También puede ser aprovechada por criminales de la peor estofa. Donald Trump no ocupa el centro del universo, pero todo gira a su alrededor. Y hasta quienes detestan su política exterior y sus malos modales, que no son pocos, saben que, por odioso que sea, el mundo mira más a Estados Unidos que a China, Rusia o la Unión Europea, sus competidores, cuando deben fijar políticas o hacer inversiones. Esa suerte de mentalidad colonizada, como suelen llamarla aquellos que alardean (leer más)

Política

A río revuelto, ganancia de Putin

De haber una Tercera Guerra Mundial “por partes”, como la definió el papa Francisco, ¿cuándo comenzó? De haber una versión remozada de la Guerra Fría, ¿quién está ganándola? Estados Unidos forjó su poder con la victoria en la Segunda Guerra Mundial y la desintegración de la Unión Soviética, pero Donald Trump pateó el legado, en especial el de Barack Obama, y estrenó sus propias guerras. Tanto la comercial y tecnológica contra China como la de mayor impacto contra Irán desde que decidió retirarse del acuerdo nuclear de 2015. La rutina de la provocación de Trump benefició a otro autócrata, acaso más astuto: Vladimir Putin. El asesinato selectivo del general iraní Qasem Soleimani, una flagrante violación de la soberanía de Irak, resultó ser el prólogo de contactos vertiginosos de Putin con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel; de una visita estratégica al dictador sirio Bashar al Assad, ahijado del régimen de los ayatolás, y de un intento fallido de tregua en Libia, forjado en Moscú, entre el mariscal Jalifa Hafter, (leer más)

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Postales de la era Putin

Hinde Pomeraniec, editora cultural de Infobae, conductora del programa radial Vidas prestadas, miembro de la Academia Nacional de Periodismo y exconductora de Televisión Pública Argentina Noticias Internacional, propone en su nuevo libro, Rusos de Putin, postales de una era de orgullo nacional y poder implacable, una faceta distinta de los dominios de Vladimir Putin. Un viaje al país más grande de la Tierra con la mirada atenta en los avatares políticos y sociales sin descuidar la vida cotidiana. En síntesis, «el mundo fue testigo del nacimiento de un nuevo tipo de líder. Antes que Donald Trump, antes que Jair Bolsonaro, Putin inauguró una manera irreverente, soez, casi impropia de manejarse ante la prensa (y el mundo)». Lo publica una década después de Rusos, postales de la era Putin. Además Muertos, heridos y detenidos han provocado en India las protestas multitudinarias contra la ley de ciudadanía, que permite conceder permisos a inmigrantes irregulares de países vecinos siempre que no profesen el islam. La modificación legal, impulsada desde comienzos de este año por el primer ministro Narendra (leer más)

Política

Los nuevos indignados

Un año después, los chalecos amarillos siguen movilizándose cada sábado en Francia. Las protestas contra el aumento del precio del combustible pasaron a ser contra las políticas del presidente Emmanuel Macron. Le torcieron el brazo. De menor a mayor, como ocurrió en otras latitudes, una crisis destapó la olla de otra. La de la gobernabilidad en un planeta que gira a varias velocidades al mismo tiempo en función del cabreo de las sociedades. No sólo por razones económicas, sino también en demanda de libertades y de reformas o en contra de la corrupción, del fraude y de la desigualdad. Los nuevos indignados brotan como hongos. La fisura social y política dista de aquella que comenzó en 2008. El gobierno británico vaticinaba un año antes de la crisis hipotecaria de los Estados Unidos una mayor “tensión e inestabilidad tanto en las sociedades como entre ellas”. Eso iba a dar “lugar a expresiones de malestar, como el desorden, la violencia, la criminalidad, el terrorismo y la insurgencia”. Acertó. En 2011 estalló la frustrada Primavera Árabe y aparecieron (leer más)

Política

El muro que no cayó

STEPANAKERT, Nagorno Karabaj – En la Línea de Control, la última frontera, la guerra continúa. No pasa un día sin una denuncia de violación del alto el fuego, dicen por separado en latitudes diferentes un militar armenio y un diplomático azerí. De las ruinas de los bombardeos entre ambos bandos de 1991 a 1994 brota musgo y desolación. Un cuarto de siglo después, 14 familias de agricultores se animan a retirar los escombros para aprovechar la tierra. Tierra de Armenia, la República de Artsaj, no reconocida por la comunidad internacional, y tierra de Azerbaiyán, que denuncia su usurpación. Rémora irresuelta de la desintegración de la Unión Soviética tras la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. La peor catástrofe geopolítica del siglo XX, como llama Vladimir Putin al final de la era soviética, derivó en más de 30.000 muertos y casi 700.000 desplazados durante los tres años de combates en Nagorno Karabaj y los siete distritos adyacentes que reclama Azerbaiyán. Los armenios de esta región montañosa, con el apoyo del ejército (leer más)

Política

El califato sin califa

Poco antes de su muerte, Abu Bakr al Baghdadi, alias el califa Ibrahim, había reformulado la distribución geográfica del Daesh, ISIS o Estado Islámico en una veintena de países. El divorcio de las huestes del otro difunto más buscado por Estados Unidos, Osama bin Laden, selló las diferencias. El autoproclamado califato supuso algo ajeno al ideario de Al-Qaeda. Un estadio superior: establecerse en regiones bajo el imperio de la sharia (ley islámica), de modo de aprovechar el malhumor social frente al maltrato de las autoridades chiitas, aupadas por Irán y tropas extranjeras, contra la otra rama del islam, la sunita. De pronto, un grupo de hombres vestidos de negro arribó a Mosul, la segunda de Irak. Despuntaba junio de 2014. Portaban armas, pero, a diferencia de los soldados iraquíes, mandones y corruptos, se mostraban respetuosos. Con su presencia, en especial frente a los edificios públicos, cesaron los saqueos. Un día decidieron retirar los bloques de hormigón que afeaban las fachadas. ¿Era el final del caos derivado de la guerra iniciada con la invasión de Estados (leer más)

Política

Ofensiva turca, dilema armenio

EVERÁN, Armenia – En el frente, las tropas rusas patrullan la zona invadida por las turcas, empeñadas en expulsar a los kurdos, fijar una zona de seguridad y repatriar a más de tres millones de refugiados sirios. En la retaguardia, a la sombra del genocidio armenio, no reconocido por Turquía, el viceministro de Asuntos Exteriores de Armenia, Grigor Hovhannissyan, busca un delicado equilibrio entre Siria y Rusia, “países amigos”, y la diáspora armenia en Siria, a merced de la renovada tensión. Desde el comienzo de la guerra, unos 30.000 armenios regresaron al país. La mitad se quedó en forma definitiva. El retiro de las tropas de Estados Unidos del norte de Siria estrenó un nuevo castillo de naipes en Medio Oriente. Lo aprovechó el presidente de Turquía, Recep Tayip Erdogan, para cercar a los kurdos, considerados terroristas por sus vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y ajustar cuentas con la Unión Europea, madrina de la Federación Democrática del Norte de Siria, el Kurdistán sirio, donde viven cuatro millones de personas que (leer más)

Política

La guerra dentro de la guerra

EVERÁN, Armenia – La orden de Donald Trump de replegar a sus tropas del norte de Siria y la consecuente ofensiva militar de Turquía contra los kurdos, primera minoría étnica del país, supone otra cuota de inestabilidad en Medio Oriente. El presidente Recep Tayip Erdogan decidió adueñarse de esa franja con el apoyo de brigadas árabes, antes enemigas del dictador Bashar al Assad, ahora amalgamadas en el Ejército Nacional Sirio, para neutralizar las amenazas contra su territorio de los kurdos, aliados de Estados Unidos, y facilitar el retorno de los refugiados sirios. ¿En qué contexto estalla otra guerra dentro de la guerra? Arabia Saudita acusa de Irán de haber atacado sus instalaciones petroleras, pero no pasa a mayores. Israel ejecuta operaciones militares contra las filiales de Irán en Siria, Líbano, Gaza e Irak, pero también rehúye a una confrontación. Estados Unidos se aparta del acuerdo nuclear y aplica sanciones económicas contra el régimen de los ayatolás. Tampoco prevé ir más allá. En la guerra de Yemen, la coalición saudita procura repeler desde 2015 a los (leer más)

Política

Juego de patriotas

Si el futuro pertenece a los patriotas, no a los globalistas, como dejó dicho Donald Trump ante la Asamblea General de la ONU, tanto él como el primer ministro británico, Boris Johnson, están en problemas. La integración en bloques desde la década del noventa, durante el apogeo de la globalización, permitió a muchos países liberarse del yugo de los golpes y de las revoluciones. No es el caso de Estados Unidos ni el del Reino Unido, sujetos ahora a la evaluación de los excesos de sus mandatarios. Líderes alfa que se ven a sí mismos como fundadores de movimientos, más allá de los partidos a los cuales representan. El juego de patriotas llevó Trump a comprometer al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en la investigación de las actividades en su país de Hunter Biden, hijo del exvicepresidente Joe Biden, como ejecutivo de la empresa de gas Burisma Holdings. Novato, Zelensky accedió a su pedido. La Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría opositora, impulsa un proceso de destitución o impechament contra Trump por la (leer más)

Economía

El crudo ataque contra Arabia Saudita

Los ataques con drones contra las refinerías de la compañía Aramco en Abqaiq y Khurais, Arabia Saudita, aparentemente perpetrados por rebeldes huthis de Yemen, despertaron la intranquilidad de Donald Trump no sólo por su impacto, la mayor suba del precio del petróleo en 28 años y el mayor corte repentino de la producción en la historia, sino también por la amenaza de Irán contra aquello que Franklin Roosevelt, uno de sus predecesores, creía que formaba parte del patrimonio norteamericano: las reservas de crudo sauditas. ¿Un correlato de la guerra de Yemen o una represalia del régimen de los ayatolás? Esa es la cuestión. Hubo una fecha clave: el 8 de agosto. No el de 1974, cuando por única vez renunció un presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, sino el de 1944, antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Ese día, el 8 de agosto de 1944, tres décadas antes de la consumación del caso Watergate, Roosevelt y Winston Churchill se repartieron las reservas de petróleo de Medio Oriente. Le iba a decir el mandatario (leer más)

Sociedad

Amazonía: ¿catástrofe brasileña o mundial?

Cuando Jair Bolsonaro se trenzó con Emmanuel Macron por la ayuda económica del G7 para aplacar los incendios y la deforestación de la Amazonía invocó la soberanía. La soberanía sobre una fuente imprescindible de oxígeno, colosal sumidero de dióxido de carbono, que impacta en las corrientes oceánicas y en el clima mundial. La selva amazónica, compartida por Brasil y otros ocho países, perdió más de un 20 por ciento de su terreno en las últimas seis décadas. Sólo en agosto hubo unos 31.000 focos de incendio, casi el triple que en el mismo mes de 2018. Arrasaron una superficie equivalente a 4,2 millones canchas de fútbol. Bolsonaro apeló al orgullo nacional frente a la alarma mundial. Culpó de los incendios a las organizaciones no gubernamentales, amonestó a su par de Francia por haber tratado a Brasil como “una colonia o una tierra de nadie” y, tras meses de humo, prohibió temporalmente las quemas a agricultores, ganaderos, madereros, mineros y petroleros. Nada nuevo, pues cada año arrasan miles de hectáreas. Las de 2019 superaron las previsiones (leer más)

Política

Protestas a cuatro bandas

En Puerto Rico, las protestas por la filtración de mensajes de un grupo de Telegram con chistes sexistas y homófobos, desprecio por las víctimas del huracán María y amenazas con tono de broma contra rivales políticos provocaron la dimisión del gobernador Ricardo Rosselló. Más de mil personas fueron arrestadas en Rusia mientras emitían imágenes por YouTube en defensa del líder de la oposición, Alexei Navalny, supuestamente envenenado mientras permanecía detenido. En Sudán, el consejo militar que terminó con la dictadura de tres décadas de Omar al Bashir canceló el acceso a internet para sofocar el ardor popular. Los checos realizaron en Praga la concentración más grande desde la caída de la Cortina de Hierro. Exigían la renuncia del primer ministro, Andrej Babis, acusado de corrupción. Cerca de mil personas fueron arrestadas en Kazajistán en medio de acusaciones masivas contra Kasim-Yomart Tokáyev, elegido presidente tras un recuento de votos considerado irregular. El final de la autocracia de Bashir en Sudán coincidió con las protestas que evitaron la candidatura para un quinto mandato en Argelia de Abdelaziz (leer más)

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Inmigración en clave electoral

En medio de una escalada de la tensión racial en Estados Unidos por el anuncio de la deportación de 2.000 centroamericanos, Donald Trump atacó a cuatro legisladoras demócratas de diversos orígenes. Fijó de ese modo un tema dominante de su agenda electoral: la inmigración. Blanco de los insultos de Trump fueron Alexandria Ocasio-Cortez, neoyorquina de origen puertorriqueño; la afroamericana Ayanna Pressley, nacida en Cincinatti; Rashida Tlaib, de Detroit, hija de palestinos, e Ilhan Omar, que arribó al país cuando era una niña desde Somalia. Trump marca el terreno para su reelección con la inmigración como caballito de batalla El rechazo a la inmigración, así como la promesa electoral de levantar un muro frente a México y el posterior decreto para prohibir el ingreso en Estados Unidos de ciudadanos de varios países musulmanes, marca el tono de la campaña de Trump por la reelección en 2020. El de la confrontación. La Cámara de Representantes, presidida por Nancy Pelosi, demócrata como sus cuatro pares invitadas a regresar a sus países como si fueran extranjeras, reprobó los dichos (leer más)

Política

Hong Kong abre el paraguas

Escribió Thomas Jefferson en las vísperas de la Revolución Francesa que era “buena cosa una breve rebelión de cuando en cuando”, algo “tan necesario en el mundo político como las tormentas en el mundo físico”. Poco después iba a ser elegido presidente de Estados Unidos. El tercero en la historia. Ejerció el cargo entre 1801 y 1809. Aquella reflexión volcada en París, donde Jefferson vivió entre 1784 y 1789, halla su correlato 230 años después tanto en Francia por el reclamo de los chalecos amarillos contra la pérdida del poder adquisitivo como en Hong Kong por el proyecto de ley que iba a permitir entregar sospechosos a China. Las protestas lograron sus fines: el presidente francés, Emmanuel Macron, anuló el impuesto sobre los combustibles, leitmotiv de la irrupción social, y la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, suspendió sin plazo el proyecto de ley de extradición. El proyecto tenía letra y música del régimen comunista de China. El de Xi Jinping. El presidente con facultades ampliadas en el gobierno y en el partido está (leer más)