Actualidad

Punto de inflexión

El punto de inflexión en matemáticas es el momento en el cual la función cambia de tendencia. Una función puede tener varios puntos de inflexión o, quizá, ninguno. La recta no tiene un punto de inflexión. En la recta, Rusia desplegó fuerzas militares y realizó ejercicios en Bielorrusia para torcer la voluntad de los ucranianos de Kiev de estrechar lazos con la OTAN. El eventual asalto, descafeinado por Vladimir Putin, chocó con el escepticismo de su par de Estados Unidos, Joe Biden, y con las dudas de la Unión Europea. El intríngulis mantiene en vilo a todo el mundo frente a la posibilidad de una guerra que, en realidad, nadie quiere. El Ministerio de Defensa de Rusia ilustra la supuesta desescalada con imágenes de trenes que llevan vehículos blindados y tanques por un puente de Crimea, la península anexada en 2014. No hay carteles. ¿Vuelven a Rusia o van a Ucrania? Otra inquietud, planteada por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg: ¿por qué no se repliegan también las tropas? Porque Putin se resiste (leer más)

Política

La madre de todas las ciudades rusas

Pocas veces Ucrania estuvo en el foco de los conflictos internacionales, excepto cuando Rusia decidió arrebatarle la península de Crimea, en 2014, y comenzó a incitar y armar a los separatistas de la región sudeste de Donbas. Por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial un Estado se apropió del territorio de otro en Europa o, en ese caso, en el límite difuso entre los dominios de la Unión Europea y los retazos de la antigua Unión Soviética. Fue la guerra más sangrienta desde las balcánicas de los noventa: murieron más de 14.000 personas. Rusia amenazó varias veces a Europa con cortarle el gas en respuesta a las sanciones mientras esgrimía la defensa de los suyos en la región ucraniana llamada Novorossiya (Nueva Rusia), partidaria de la secesión. En papel mojado se convirtieron los acuerdos de Minsk, negociados por Francia y Alemania en 2015 para exigir el cese el fuego, el retiro de las armas pesadas y el control de Ucrania sobre su frontera con Rusia, así como elecciones locales y un (leer más)

Economía

No mires arriba ni abajo

El aumento del precio del combustible derivó en Francia en la aparición de los chalecos amarillos, contrarios a las políticas de Emmanuel Macron. Idéntica medida, con la excusa de racionalizar el consumo, desató protestas en Irán, Ecuador y Haití. Países distantes, aguijoneados por problemas estructurales recurrentes. Otro pueblo, el de Kazajistán, encerrado entre Rusia y China en Asia Central, estalló el 2 de enero por una decisión similar de su impopular presidente, Kasim-Yomart Tokáyev. La abortó al rato. Tarde. La gota desbordó el vaso y causó, en una refriega brutal, 164 muertos, más de 1.300 heridos y casi 8.000 detenidos. Las protestas, reprimidas a sangre y fuego por las fuerzas de seguridad de Tokáyev, provocaron la intervención militar de Rusia vía Vladimir Putin, siempre atento a preservar alfiles autócratas como los de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, y de Azerbaiyán, Ilham Aliyev. Kazajistán, gobernado por el mismo partido desde que se independizó de la extinta Unión Soviética en 1991, Nur Otan, se refugió bajo el alero de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), de la (leer más)

Actualidad

Estados golpeados

En octubre de 2021 hubo un golpe de Estado en un Estado golpeado: Sudán. Cayó el primer ministro, Abdalla Hamdok. Quedó bajo arresto domiciliario. Lo repusieron al mes siguiente frente a un dilema: la suspensión de millones de dólares de ayuda internacional. Hamdok renunció el segundo día de 2022. No pudo formar gobierno. Habían pasado 42 días después del acuerdo que alcanzó con la junta militar mientras disfrutaba de una apacible jubilación. Las calles estallaron con una consigna que no respeta fronteras: que se vayan todos. Civiles, militares y afines. La hoja de ruta de la transición consistía en democratizar un país sometido durante tres décadas a la dictadura de Omar al Bashir, depuesto durante el año de las protestas a cuatro bandas, 2019. La de Sudán resultó ser la sexta asonada militar de 2021 después del ciclo iniciado el 1 de febrero en Myanmar, antes Birmania, en el sudeste asiático. Le siguieron otras en Mali, Guinea-Conakry y Chad mientras en Níger hubo un intento fallido al igual que en Sudán un mes antes de (leer más)

Política

Amor sin fronteras

Rusia despliega tropas en su frontera con Ucrania. Aviones militares de China sobrevuelan el espacio aéreo de Taiwán con el fin de anexarla a la fuerza y mostrar músculo en el mar de China Meridional. Turquía regatea sin pudor el precio de tecnología militar rusa en abierta contradicción con su membresía en la OTAN y con la caída de su moneda, la lira. Irán, liberado del acuerdo nuclear debido a los pataleos del gobierno de Donald Trump, negocia con ventaja su eventual retorno a los carriles de 2015. ¿Hechos aislados o pulseada entre la supuesta debilidad de unos y la no menos supuesta pujanza de los otros? El tono de la confrontación de potencias “no occidentales” con Occidente, observa Josep Piqué, exministro de Asuntos Exteriores de España, en el portal Política Exterior, refleja el desafío a la hegemonía adquirida por Estados Unidos tras su victoria en la Guerra Fría. No se trata de una nueva versión de la disputa que dividió en dos al mundo durante décadas, sino de una proxy war (guerra por delegación) (leer más)

Sociedad

Bla, bla, bla

La crisis sanitaria eclipsó la emergencia climática en 2020. Comprensible. Hasta cierto punto. Un año después, con repetición de incendios, sequías, inundaciones, huracanes y olas de calor sin precedente, la cumbre mundial sobre el cambio climático COP26 o Conferencia de las Partes arroja un resultado provisional magro. “Bla, bla, bla”, a los ojos de la activista sueca Greta Thunberg. Dos contradicciones. La primera: en un par de días aterrizaron en Glasgow, Escocia, unos 400 aviones. Dejaron una huella de 13.000 toneladas de dióxido de carbono entre desplazamientos aéreos y terrestres. La segunda: los faltazos del país más contaminante del planeta, China, y de Rusia. El grito de Greta, “bla, bla, bla”, anticipa el fracaso de dos semanas de sesiones, entre el 31 de octubre y 12 de noviembre, a cinco años y once meses de la firma del Acuerdo de París sobre el cambio climático. La ONU consiguió el 12 de diciembre de 2015 el compromiso de 195 naciones para detener el aumento de la temperatura mundial merced a la eliminación progresiva de los gases (leer más)

Actualidad

Afganistán, punto y aparte

El 911, número de teléfono de emergencias en Estados Unidos, pasó a ser el símbolo de un aniversario doloroso. El de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Veinte años y monedas después hubo otra catástrofe: la caída de Afganistán en manos de la supuesta versión edulcorada del régimen talibán. El mundo pasó página rápidamente, como si se tratara de un episodio más de la segunda temporada de una serie de televisión, mientras decenas de personas intentaban huir del tormento de la sharía (ley islámica). Uno de cada tres afganos no sabe “de dónde saldrá su próxima comida”, dice el secretario general de la ONU, António Guterres. La odisea empezó a finales de agosto con la fuga del presidente Ashraf Ghani y el retiro de las tropas norteamericanas después de 20 años de ocupación. La consternación de los afganos, en su afán de huir de la inminente opresión, provocó estupor durante unas semanas en la comunidad internacionales. Un rato, en realidad. Después, punto y aparte. O el repaso del fiasco de cuatro presidentes de (leer más)

Política

Candidato ruso por triplicado

Cuando los ciudadanos de San Petersburgo acudan a las urnas el domingo 19 de septiembre para renovar el parlamento regional deberán estar muy atentos. Tres boletas tendrán el mismo nombre y fotos de una persona con el mismo aspecto. El problema es que no corresponden al mismo candidato por el Partido Liberal Yabloko, el diputado Boris Vishnevsky, opositor al presidente de Rusia, Vladimir Putin. Corresponden a Vishnevsky, el original, y a dos dobles que se pusieron su nombre, se raparon para parecer calvos y se dejaron crecer la barba encanecida, de modo de confundir a los electores. Insólito. Vishnevsky, de 65 años, compite consigo mismo por triplicado. Los dos fantasmas aparecieron en las boletas. Uno que antes se llamaba Viktor Bykov, tenía bastante pelo, no usaba bigote y barba ni exhibía credenciales políticas, excepto su adhesión al partido de Putin, pasó a ser Boris Vishnevsky. El otro, antes Alexei Shmelev, también ajeno a la política, era el  director de ventas en una empresa de San Petersburgo. ¿Es legal? Sí, según la Comisión Electoral, pero no (leer más)

Actualidad

El embrión de otra teocracia

Pocos países adoptaron la teocracia como forma de gobierno: Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen con la sharía (ley islámica) y el Vaticano con una monarquía cristiana encarnada en el Papa. ¿Está Afganistán, bajo las barbas del régimen talibán, en vías de convertirse en un emirato en el cual su eventual presidente o líder ejerza el poder político en calidad de ministro de Dios? La debacle de las instituciones democráticas, más allá de la corrupción, el narcotráfico el fraude y otros lícitos frecuentes, descarriló en el embrión de un gobierno de facto de dudosa credibilidad puertas adentro y de peligrosa caladura en la comunidad internacional. No se trata de un fenómeno aislado. Joe Biden subestimó al régimen talibán. En público, al menos, confió en que el retiro de las tropas norteamericanas acordado por su antecesor, Donald Trump, no iba a envalentonar a los creadores de Al-Qaeda. Estados Unidos invirtió o despilfarró 83.000 millones de dólares desde 2001 en entrenar y equipar a los militares afganos en el refugio de Osama bin Laden, ejecutado 10 (leer más)

Política

¿En qué manos queda Afganistán?

Desde la ejecución de Osama bin Laden en su madriguera de Pakistán, en 2011, tanto el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como su sucesor, Donald Trump, barajaron la posibilidad de poner punto final a la guerra más larga de la historia de su país. La declarada en 2001 por George W. Bush contra el régimen talibán en Afganistán, vecino de Pakistán, en represalia por la voladura de las Torres Gemelas. Veinte años después del comienzo, Joe Biden ha decidido el retiro de las últimas tropas norteamericanas antes de una fecha simbólica, el 11 de septiembre. El contingente, de 100.000 efectivos cuando Obama asumió la presidencia, ronda entre 2.500 y 3.000 en la actualidad. La guerra en sí, un escudo ante la amenaza de atentados en Estados Unidos, perdió interés entre los norteamericanos, enfocados en la crisis sanitaria, puertas adentro, y en la recomposición de la imagen nacional ante los desafíos de China y Rusia, puertas afuera. Un eventual resurgimiento de Al-Qaeda, engendro terrorista con sello talibán y firma de Bin Laden, figura entre (leer más)

Economía

La pesada herencia

Donald Trump tiró tanto de la cuerda en la guerra comercial y tecnológica con China que el cierre del consulado de ese país en Houston por «espionaje ilegal masivo» pareció ser un incidente más. En julio de 2020, mientras Estados Unidos lidiaba con la catástrofe sanitaria provocada por el coronavirus en vísperas de las presidenciales de noviembre, el régimen de Xi Jinping interpretó su decisión como una “provocación política” y, en reciprocidad, ordenó la clausura del consulado norteamericano en Chengdu. Ojo por ojo, en principio, pero, en el fondo, ambas medidas “representan actos de extrema gravedad” a los ojos del diplomático argentino Ricardo Arredondo. Sobre todo, como explica Arredondo en el artículo Diplomacia, espionaje y orden mundial: el cierre de consulados de China y Estados Unidos, publicado en la Revista Española de Derecho Internacional, por una escalada de tensiones que amenaza con romper la relación bilateral entre ambas potencias a raíz del “ascenso de China, el declive de Estados Unidos y la rivalidad por la primacía del poder mundial”. Nada menos. La plana mayor de (leer más)

Política

Una guerra fuera de foco

Si toda guerra representa un fracaso de la diplomacia, como dejó dicho el parlamentario británico Tony Benn sobre las del Canal de Suez, Malvinas, Libia e Irak, la de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán refuerza su teoría. Era una guerra acallada hasta que espabiló de buenas a primeras, en julio de 2020, los fantasmas de los 25.000 muertos y de los casi 700.000 desplazados entre 1991 y 1994. En 1988, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética, a la cual pertenecían ambas naciones, Azerbaiyán reclamó como propio el territorio, llamado a sí mismo República de Artsaj, cuya población vive al cobijo de Armenia. Fue el comienzo. La guerra entre un país de mayoría cristiana (Armenia) y otro de mayoría musulmana (Azerbaiyán) ahonda aún más las diferencias Ambos bandos, separados por la llamada Línea de Control, se acusan mutuamente de haber efectuado ahora el primer disparo. La culpa, como en toda guerra, es del otro. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, y el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, alertan a los suyos sobre la (leer más)

Política

¿Naciones Unidas?

En secreto, como si estuviera en falta, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, asumió su sexto mandato. Juró «servir al pueblo de la República de Bielorrusia, respetar y proteger los derechos y libertades de las personas y los ciudadanos». Una ironía, casi, después de 26 años en el cargo y de la brutal represión de las protestas tras las elecciones del 9 de agosto. Quizá como el primer golpe de Estado durante la pandemia. El de Mali, apoyado por la población tras dos meses de concentraciones multitudinarias contra el régimen de Ibrahim Bouabakar Keita, alias IBK. ¿Naciones Unidas? Naciones Unidas expresó su “gran preocupación por las denuncias de tortura y otros tratos crueles e inhumanos a las personas detenidas” en Bielorrusia, cuyo gobierno no ha sido reconocido por la Unión Europea, y abogar por la paz en Mali, África. ¿Qué más podía hacer frente al atropello del régimen de Lukashenko después de renovar su mandato en elecciones no supervisadas por ningún organismo internacional bajo el padrinazgo de Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad con (leer más)

Política

Brotes, rebrotes y rebotes

Los brotes de rabia en Hong Kong comenzaron el 9 de junio de 2019 por una provocación. Un proyecto de ley iba a permitir la extradición de sospechosos de delitos a China. La iniciativa, impulsada por la jefa ejecutiva, Carrie Lam, con el consentimiento del régimen de Xi Jinping, marchaba a contramano del estatus de la región administrativa especial desde que dejó de ser una colonia británica. “Un país, dos sistemas”, según la Ley Básica de 1997. Los brotes derivaron en rebrotes en otras latitudes en solidaridad con aquellos que, desde el primer minuto, no dejan de ganar las calles para exigir que se respeten sus derechos. Las protestas en Estados Unidos comenzaron casi un año después, el 25 de mayo de 2020, en medio de la crisis sanitaria global, por otra provocación. El brutal asesinato de un ciudadano negro, George Floyd, bajo la rodilla de un policía blanco, Derek Chauvin, enardeció a Black Lives Matter (Las vidas negras importan). El colectivo nació curiosamente en 2013, durante el gobierno del primer y único presidente norteamericano (leer más)

Política

El reparto del poder

Cómo termina la hegemonía de Estados Unidos. No se trata de una duda, sino de una tesis sobre el reparto del poder de los académicos norteamericanos Alexander Cooley y Daniel H. Nexon. La pandemia tuvo una respuesta internacional fatto in casa, con el cierre de fronteras, el rebrote del nacionalismo y la consecuente crisis global. En un mundo menos cooperativo, guiado por el lema America First de Donald Trump y por los caprichos de otros autócratas, el informe Perspectivas de la economía global, del FMI, vaticina para 2020 el crecimiento de un solo país entre los grandes. China, curiosamente. O casualmente. Un uno por ciento magro para las llamadas tasas chinas, pero significativo por haber sido la cuna del coronavirus, haberle escamoteado información a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y haberse convertido en el enemigo externo imperioso de Trump, en medio de la guerra comercial y tecnológica, de cara a su afán de ser reelegido en noviembre. En el reparto del poder, el régimen de Xi Jinping se mostró como el único capaz (leer más)