Chile alza la voz
En Chile había cólera contenida. El aumento de la tarifa del metro hizo volar por los aires la tapa de una olla a presión en la cual hervían reclamos y postergaciones. La situación comenzó a agravarse cuando la violencia estalló en las calles, con un gobierno desorientado, el de Sebastián Piñera, que primero habló de una guerra contra un enemigo sin líder y, cinco días después, con toque de queda, represión y excesos, pidió perdón por no haber entendido el mensaje de la sociedad. La ebullición continúa en Chile, más allá de las rectificaciones del gobierno “El tardío reconocimiento de la gravedad de la situación y la legitimidad de los reclamos por parte del presidente, con su marcha atrás y llamado al diálogo, contrastaron con medidas que devolvieron la memoria de los tiempos más oscuros de la historia del país”, dice Martín Schapiro, analista internacional. Los disturbios mutaron en un movimiento mayor y heterogéneo que puso sobre la mesa otras demandas, principalmente el aumento de las pensiones bajo el sistema privado heredado de la dictadura (leer más)