Sociedad

Solidaridad en cuotas

Mientras Europa asimila el impacto de la legión de refugiados sirios y de otras nacionalidades, los países de la península Arábiga envían donaciones y los americanos amplían sus cupos   “Los refugiados prefieren ir a Europa”, dijo Roberto Khatlab, director del Centro de Estudios y Culturas de América Latina en la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik, del Líbano. Le había preguntado por qué no van a los países de la península Arábiga, más ricos, cercanos y, en principio, amables por la religión y el idioma. Cuatro millones de refugiados viven en el Líbano, Jordania y Turquía, fronterizos con el caos de Siria e Irak. Con su respuesta, Khatlab, brasileño de origen libanés, se mostró cauto frente a las críticas contra Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes y Omán por mantenerse distantes del drama de los refugiados, más allá de sus generosas donaciones. Sus rentas per cápita superan las de otros países de la región. Durante la primera conferencia del seminario Mediatizaciones II, organizado por la Fundación Nínawa Daher en la Facultad de Ciencias (leer más)

Foto: ACNUR
Sociedad

Contrabandistas de almas

Tarde, como siempre, la Unión Europea se ha comprometido a combatir un negocio que consiste en meter personas desesperadas en barcos desvencijados para cruzar el Mediterráneo desde África En los cuatro primeros meses de 2015, más de 36.000 migrantes han cruzado el mar Mediterráneo desde el norte de África. La mayoría arribó a Italia, Malta y Grecia, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Perdieron la vida 1.776. En 2014 fueron 3.500. Tarde, como siempre, reaccionó la Unión Europea (UE) frente a la desdicha de aquellos que el papa Francisco llamó “hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscaban una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras”. Hombres y mujeres, agregó, “que buscaban la felicidad”. La felicidad era una utopía en el barco que se hundió con 900 personas a bordo en su ruta hacia Italia. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, reunidos de urgencia, acordaron apretar las clavijas contra los contrabandistas de almas, hundiendo sus naves cuando están vacías. Para ello decidieron (leer más)