Economía

¿Listos para trabajar cuatro días por semana?

En un mundo en el cual la informalidad representa más del 70 por ciento del empleo y un tercio del Producto Bruto Interno (PBI) de los países emergentes, Islandia se apunta un éxito relativo. El de la reducción de la jornada de trabajo. De trabajo formal. Un experimento realizado entre 2015 y 2019 en el ayuntamiento de la capital, Reikiavik, y en el gobierno nacional sin disminución del salario. En una isla de poco más de 350.000 habitantes, nueve veces menos que la ciudad de Buenos Aires, el ensayo tuvo su lógica: acortar el trabajo a cuatro días por semana para repartirlo entre los trabajadores disponibles. La tasa de desempleo de Islandia, de todos modos, alcanza el 7,3 por ciento. Los participantes del estudio del laboratorio de ideas británico Autonomy y de la Asociación Islandesa por una Democracia Sostenible, algo así como el uno por ciento de la población económicamente activa, pasaron de una semana de 40 horas de trabajo a una de 35 o 36. Entre 2019 y 2021, el 86 por ciento de (leer más)

Economía

La burbuja de la desigualdad

En 2020 se perdieron cuatro veces más empleos en el mundo que durante la crisis financiera global de 2008. Lacónico, el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el impacto de la pandemia en el mercado laboral pronostica “una recuperación lenta, desigual e incierta, a menos que los progresos iniciales se respalden con políticas de recuperación centradas en las personas”. Esos progresos iniciales, los previstos tímidamente para mediados de 2021, se ven agravados por una baja generalizada de las horas de trabajo y de los ingresos. En un solo año se esfumaron 255 millones de puestos de trabajo. El virus de la desigualdad, como se titula otro estudio, el de la organización no gubernamental Oxfam, ahonda el abismo ente un extremo y el otro de las sociedades. La chispa desencadenó la ola de protestas distantes y no coordinadas previas a la expansión del coronavirus. En 2019, el planeta vivía sumido en estallidos relacionados con la polarización de los países, la uberización de la política y el renacimiento de los nacionalismos mientras crecía la (leer más)

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España juega a los dados

La campaña para las elecciones generales de este domingo en España aporta como novedad el grado de fragmentación política: cinco partidos compitiendo a escala nacional, como si se tratara de una partida de dados. Cuatro candidatos presidenciales, Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), protagonizaron dos debates en dos días consecutivos con intercambios de golpes directos. El quinto, Santiago Abascal, líder del partido ultraderechista Vox, no estuvo por falta de representación parlamentaria, pero no por ello estuvo ausente. La clave de las elecciones de España son las alianzas, ya que ninguno podrá gobernar sin una mayoría en el Congreso de los Diputados El presidente del gobierno, Sánchez, dijo: «No está en mis planes intentar pactar con un partido (Ciudadanos) que ha intentado poner un cordón sanitario al PSOE«. Rivera aseguró que es el único que ha dicho con quién quiere pactar y volvió a tender la mano al PP para formar un gobierno de coalición. Casado acusó a Sánchez de ser como una «matrioska», una muñeca rusa, con (leer más)

Política

El rédito político del odio

De haber ocurrido en Europa o en Estados Unidos, la masacre provocada por Brenton Tarrant, ciudadano australiano de 28 años, pudo haber conmovido a la opinión pública primero y engrosado las estadísticas después. Ocurrió en Nueva Zelanda, donde los tiroteos masivos son tan raros como los crímenes de odio. Tarrant cargó las armas en su coche, condujo hasta dos mezquitas cercanas de Christchurch, se puso un casco con una cámara y, cual videojuego, disparó contra todo aquel que se cruzara en su camino. Mató a 50. En vivo y en directo por las redes sociales. Por la masacre, la primera ministra Jacinda Ardern planteó endurecer la ley sobre la venta de armas: la edad mínima para poseerlas es de 16 años y, de tratarse de semiautomáticas, de 18. Tarrant usó cinco armas. Tenía licencia para portarlas. Curiosamente, mientras Nueva Zelanda restringe las armas, otro país, en otro continente, Brasil, uno de los más violentos del planeta, en el cual hubo 10 muertos en un tiroteo masivo en un colegio público, el presidente Jair Bolsonaro quiere (leer más)

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Estupor en Nueva Zelanda

En 36 minutos, el ciudadano australiano Brenton Tarrant, de 28 años, terminó con la vida de 49 personas e hirió a otras tantas, algunas de gravedad, en el ataque que perpetró contra dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda. Tarrant había trabajado de entrenador personal y era miembro de un club de tiro al cual acudía a menudo. Una de las masacres, la de la mezquita Al Noor, fue transmitida en vivo por el propio Tarrant por Facebook con una cámara en la cabeza que le permitió hacer un streaming durante 17 minutos de los asesinatos, de los momentos previos, del auto en el que viajaba y de su arsenal. El viernes era un día especial en Nueva Zelanda. El día en el cual Aotearoa (el país de la nube blanca, según los maoríes) perdió la inocencia En un manifiesto colgado en su cuenta de Twitter, Tarrant se describe a sí mismo como un «blanco común, de una familia normal que ha decidido defender una postura para asegurar el futuro de su gente». Su objetivo: atacar (leer más)

Sociedad

La diversidad rompe tabúes

La transexualidad era hasta enero una enfermedad mental para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata ahora de una disfunción sexual, no de un trastorno psicológico. La tardía adecuación corre a tono con la ruptura de tabúes frente a la diversidad. Estados Unidos tiene por primera vez una candidata a gobernadora transgénero por un gran partido, Christine Hallquist en Vermont, y Alemania ha aprobado la introducción de un tercer género en el registro civil. En los formularios figurará “masculino”, “femenino” y, en caso de que los padres no puedan determinar el sexo de su hijo, “diverso”. En 2013, Alemania ha sido el primer país europeo que permitió a los padres dejar en blanco la casilla que indicaba el sexo de un bebé en su partida de nacimiento, admitiendo en forma implícita el tercer género. Los llamaba “intersexuales”. El gobierno de Angela Merkel se vio forzado a cumplir una sentencia del Tribunal Constitucional que lo obligaba a introducir la tercera alternativa. De lo contrario, aquellas personas que no sienten varones ni mujeres se sentirían (leer más)

Otras voces

Los cinco países con más mujeres empresarias

Por Pablo Diez | esglobal Éstos son, según un estudio de referencia en la materia, los Estados con mayor porcentaje de mujeres emprendedoras. Uganda Atendiendo a la proporción de mujeres sobre el total de emprendedores del país, Uganda figura en primera posición, con un 34,8%. Se trata de un dato especialmente meritorio, no sólo por tratarse de una economía de bajos ingresos, sino también porque otros indicadores de los que depende la iniciativa empresarial femenina (autonomía financiera de las mujeres, acceso a crédito, nivel educativo, estereotipos culturales, etcétera) son poco halagüeños. Las deficiencias formativas son elementos inhibidores especialmente importantes para las potenciales empresarias. Muchas de las que acaban llevando adelante sus proyectos ven sus progresos lastrados por ese motivo. Por ejemplo, la falta de conocimientos de gestión lleva a diseños infructuosos tales como la acumulación de diferentes líneas de negocio, sin haber consolidado antes las que resultan rentables. Buena parte del empresariado femenino ugandés funda sus compañías no por la abundancia de oportunidades, sino obligado por la supervivencia. Muchas mujeres se convierten en empresarias porque es su única (leer más)

Economía

Todos somos iguales, pero algunos son más iguales que nosotros

En enero de 2001, la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, escaló el Aconcagua con su marido, Peter. Alcanzó la cima. Era un poco excéntrica. La conocí en octubre de ese año en Auckland. Conducía su propio coche. Arribó sola, sin custodios ni asistentes, al comité del Partido Laborista. Sobre el escritorio apoyó un bolso que, por sus jorobas, parecía repleto de esas cosas de las cuales las mujeres no pueden prescindir. No todas las mujeres, en realidad. Mary McAleese, presidenta de Irlanda, me confesó que, en lugar de un bolso, prefería “llevar solamente” a su marido: “Martin carga el dinero, las llaves y todo eso”. Martin asintió con una sonrisa cómplice.