Política

Al-Qaeda recicla a los yihadistas

El mayor atentado en la historia de Somalia, cometido a mediados de octubre por Al-Shabab, filial de Al-Qaeda, coincidió con la derrota del Daesh o ISIS, llamado a sí mismo Estado Islámico, en Siria. La caída de Raqqa, la capital de facto del Daesh en ese país, provocó muchas bajas y una fenomenal dispersión de yihadistas. Los sobrevivientes, impedidos de regresar a sus países de origen por temor a ser arrestados, en especial los europeos, volvieron a las fuentes. Los recibió Al-Qaeda, la organización de la cual el Daesh se divorció en 2014 para ver cumplido el sueño del califato propio. No resultó casual que Al-Qaeda mostrara músculo en el peor momento del Daesh por medio de su socio Al-Shabab, de raíz sunita con aspiración de crear un califato. En su caso, en el Cuerno de África. La muerte de más de 350 personas en Mogadiscio, la capital de Somalia, como consecuencia de la detonación de bombas ocultas en camiones, demostró que, más allá de las diferencias entre grupos que en el fondo no dejan (leer más)