Economía

Truss la Breve

Ocho días median entre la dimisión de la primera ministra británica, Liz Truss, y la designación de un nuevo líder del Partido Conservador. Casi nada. La sucesión a plazo fijo, el 28 de octubre, corre el riesgo de ser precipitada. El último proceso de selección duró dos meses mientras Boris Johnson, que había renunciado, permanecía en Downing Street. Los tories fueron desechando candidatos hasta que Truss se impuso a Rishi Sunak, ex secretario del Tesoro, el 5 de septiembre. Recibió al día siguiente la bendición de Isabel II, fallecida dos días después. Tras 44 días de vértigo, Truss tiró la toalla frente a Carlos III. Su mandato resultó ser el más breve de la historia. El récord anterior: los 119 días de George Canning, de abril a agosto de 1827, antes de morir. En cierto modo, Truss sufrió su propia agonía, la política, poco después de deshacer las maletas en Downing Street. Quería verse reflejada en el espejo de Margaret Thatcher, pero su fallido plan económico remeció los mercados y derivó en un caos financiero (leer más)

Actualidad

Sentimientos encontrados con Gorbachov

Poco antes del amanecer del siglo XXI, dos mundos convivían en el mundo. El Muro de Berlín separaba al comunismo del capitalismo. Veinte años después de su caída, en 2009, Mikhail Gorbachov grabó un disco romántico en memoria de Raisa Maximovna, su difunta esposa. Había muerto en 1999 mientras recibía tratamiento contra la leucemia en Alemania, reunificada desde 1989 gracias a su marido y al canciller de la región occidental, Helmut Kohl. Gorbachov, el padre de la glasnost (apertura) y de la perestroika (transformación), interpretó siete de los 10 títulos del álbum Canciones para Raisa con el músico ruso Andréi Makarévich. Eran las favoritas de ella. Eran, en su voz cascada, el tributo a 45 años de matrimonio. Esa prueba de amor conmovió más a la gente que su evolución ideológica o las gestiones secretas con el presidente de los Estados Unidos, George Bush, así como con su antecesor, Ronald Reagan, y el papa Juan Pablo II, entre otros, para tumbar el Muro de Berlín, terminar con la Guerra Fría y aventar los fantasmas de (leer más)

Actualidad

That’s all, folks!

Boris Johnson era el periodista favorito de la primera ministra Margaret Thatcher. La deslumbró un artículo de su autoría, El Plan Delors para gobernar Europa, publicado en la primera plana de la edición dominical de The DailyTelegraph. Johnson era el corresponsal en Bruselas. Jacques Delors, exdiputado socialista francés en el Parlamento Europeo y exministro de Economía en el primer gobierno de François Mitterrand, presidió la Comisión Europea entre 1985 y 1995. Su plan, según Johnson, era ir más allá del Tratado de Maastricht de 1992 e investir un presidente europeo permanente. ¿Semilla del resentimiento británico hacia el continente, cristalizado en el Brexit? Político se nace, pero, a veces, se hace o, en ocasiones, se deshace. Son las reglas del juego. Thatcher se vio obligada a renunciar el 22 de noviembre de 1990 tras 11 años de gobierno. Había perdido la confianza de los suyos, los conservadores. En una situación similar se encuentra Johnson, primer ministro por el mismo partido desde el 24 de julio de 2019. En apenas 48 horas renunciaron 57 funcionarios. Entre ellos, (leer más)

Economía

Brexit, año uno

El mundo cambió en forma vertiginosa en los últimos años. Tanto que un divorcio puede celebrarse con el mismo regocijo que una despedida de soltero. Lo expresaban las caras del primer ministro británico, Boris Johnson, y de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando firmaban, cada uno por su lado, cual matrimonio desavenido, el final de un vínculo que duró lo suyo, 47 años, después de cuatro años, seis meses y una semana de idas y venidas. Las negociaciones comenzaron tras el referéndum por el Brexit, en junio de 2016, y concluyeron al filo del último día de 2020. Resultó ser el broche del peor año de nuestras vidas. El acuerdo comercial supone un telón de cierre y otro de apertura tanto para Londres como para Bruselas. La Cámara de los Comunes evitó el riesgo de un epílogo a las bravas. Un Brexit duro. Lo sorteó con 521 votos a favor y 73 en contra, de modo de aceitarle el camino a Johnson para seguir con una agenda a plazo fijo: (leer más)

Política

El corte inglés

Por Jorge Elías A comienzos de 2013, David Cameron anunció que, de ganar las elecciones, iba a plantearles a los suyos si el Reino Unido debía seguir siendo un miembro de la Unión Europea (UE). Pretendía apaciguar el airado reclamo de soberanía de buena parte de su partido, el conservador, y del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), liderado por Nigel Farage. ¿Quién iba a imaginar que, aceptado el reto, la diputada laborista Jo Cox iba a ser cruelmente asesinada por un desquiciado de ultraderecha después de defender en un acto político la permanencia del reino en la UE y que esa muerte inútil no iba a serenar los ánimos secesionistas de más de la mitad de la población? La salida del Reino Unido de la UE, la primera de un Estado miembro, ahonda la crisis de un continente en apuros frente a una economía débil, problemas de deuda, legiones de inmigrantes e inestabilidad geopolítica al sur y al este de sus fronteras. Se trata de un reproche al consenso de posguerra, aquel (leer más)

Sociedad

Gato por liebre

La alcaldía de un pueblo de Alaska tiene la particularidad de ser regida por un gato en lugar de un ser humano, lo cual, aunque sea simbólico, es directamente proporcional con la ausencia de corrupción Stubbs nació el 12 de abril de 1997. Lo encontraron en una caja con otros gatitos en una tienda de Talkeetna, Alaska, Estados Unidos. El dueño de la tienda se quedó con ellos. A los tres meses, el cachorro atigrado amarillo de rabo corto (de ahí su nombre) pasó a ser el alcalde del pueblo frente al descontento de la gente con los candidatos (humanos, todos ellos). Lo eligieron por amplia mayoría. Desde entonces, el gato Stubbs (más respeto: Mayor Stubbs) administra a puro maullido los destinos de ese distrito histórico cuya alcaldía es, en realidad, simbólica. Su popularidad, tras casi dos décadas de hegemonía, continúa en alza. No cualquier alcalde va desnudo por la calle, duerme siestas interminables y se deja mimar impúdicamente por los contribuyentes. Los habitantes de Talkeetna, menos de 1.000, están felices de haber convertido a (leer más)