Política

Colombia: adiós a las armas

Por Jorge Elías La carta temblaba en las manos de María (1). Eran retazos manuscritos de su padre, Julián. Estaban despojados de contenido y de emociones, pegados, cual collage, sobre un papel que, a trasluz, frente y dorso, no aportaba más datos que la marca de agua. “Me están dando comida y…”. Y nada más. Nada había en esa primera señal de vida después de dos semanas de absurda incógnita que diera una sola pista sobre la suerte de ese colombiano de 63 años de edad que había sido secuestrado el 19 de septiembre de 1997, a la 1.30 de la tarde, poco antes de arribar a su finca, en el municipio de Hualvas, a dos horas en coche desde Bogotá. Lo tenían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En 2016, esas escenas de terror deberían entrar en el arcón de los recuerdos. De los malos recuerdos que dejaron 52 años de guerra. «Nos acostumbramos tanto a la guerra que se nos ha olvidado cómo se siente la paz», dijo el presidente de Colombia, (leer más)

Política

El cabreo global

A las rebeliones de izquierda y de derecha, así como al nacionalismo y al islamismo, no las une el amor, sino el supuesto espanto frente a la globalización, a la cual no renuncian   Por Jorge Elías La batalla es económica, me dirán. Y tienen razón. Pero detrás de los intereses perdura otra batalla, la cultural, prima hermana de la política. Desde 1995 hasta entrados los años 2000 estuve con frecuencia en Chiapas, México. Cubrí como periodista el levantamiento de los zapatistas, iniciado el primer día de 1994. Percibí entonces que un movimiento indígena que surgía como detractor del sistema pasaba a ser el principal ususario de las armas del sistema. Era la mejor vía para aprovecharse de las flaquezas ajenas, más allá de apelar a las fortalezas propias para exigir reivindicaciones. El incipiente correo electrónico obraba como el salvoconducto del subcomandante Marcos. Era un arma infalible. Cada comunicado que redactaba desde la enmarañada selva Lacandona, en el límite con Guatemala, era publicado al día siguiente en el diario La Jornada, de la ciudad de México. (leer más)

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Zapatistas 2.0

El ejército de Marcos, de cuya aparición en el sur de México se cumplen veinte años el 1 de enero, resultó ser un pionero en el uso en defensa propia de un arma más poderosa que el fusil, Internet Llovía a cántaros en Oaxaca, al sur de México. Eran las dos de la mañana. La caravana arribaba en ómnibus destartalados a la Plaza de la Danza, un claro entre casas bajas de estilo colonial. Transcurría septiembre de 1997. Por primera vez el ejército del subcomandante Marcos o el Sub a secas, como se hacía llamar, marchaba desde la enmarañada selva Lacandona, en el Estado de Chiapas, hasta la polifacética ciudad de México. El presidente Ernesto Zedillo y el anterior, Carlos Salinas de Gortari, habían sido sordos a sus reclamos desde que empezaron los tiros, el 1 de enero de 1994. Esa fecha, de la cual se cumplen dos décadas, señalaba el ingreso de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC, en español; Nafta, en inglés). Nafta echó al fuego el (leer más)