Política

¿Irán a la guerra?

Tanto Irán como Estados Unidos niegan la contingencia de una guerra, pero uno se prepara para lo peor y el otro refuerza su flota en el Golfo Pérsico. La comanda el portaaviones USS Abraham Lincoln. El del cartel de “misión cumplida” en Irak, con la presencia de George W. Bush, en 2003. Por si fuera poco, el Pentágono dejó trascender que alistaría 120.000 efectivos si el régimen teocrático efectúa un ataque o avanza en sus planes nucleares con fines bélicos. Irán abre el paraguas. Dice que no estuvo involucrado en el embate con drones de la insurgencia chiita de Yemen, que apadrina, contra uno de los mayores oleoductos de Arabia Saudita tras el sabotaje contra cuatro barcos, dos de los cuales eran petroleros sauditas, frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos. En Yemen, la coalición de Arabia Saudita, principal exportador de crudo del planeta, está en guerra desde 2015 contra los huthis, apoyados por Irán. Esa guerra por delegación, o proxy war, puede definir tanto el poder del reino sunita como el destino de (leer más)

Política

Bolsillos vacíos y manos blancas

El nuevo presidente del Partido Popular (PP) de España, Pablo Casado, se impuso dos premisas: “Manos blancas y bolsillos vacíos”. O viceversa. Nada nuevo bajo el sol, más allá de haber derrotado en el XIX Congreso Extraordinario del PP a la exvicepresidenta del último gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Fue el desenlace de la bofetada que les propinó la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy. El presidente depuesto se aferró a su libreto. La trama de corrupción Gürtel no contaminó a su gobierno. El PP sólo resultó sancionado civilmente por obtener beneficios ilícitos de la actividad punible de otros. En resumen, manos blancas y bolsillos vacíos, como si nada hubiera pasado. En cierta ocasión, Adolfo López Mateos, presidente de México entre 1958 y 1964, recibió un aviso inquietante de un colaborador: “No son pocos, señor, quienes se aprovechan de la generosidad de usted y están hincándole el diente al presupuesto”. Lejos de perder la calma, López Mateos meditó un instante, hurgó en sus bolsillos y extrajo un atado de cigarrillos Delicados. Encendió uno, (leer más)

Actualidad

Confesión de parte

El ex primer ministro británico Tony Blair reconoció que la decisión de invadir Irak se basó en una información «errónea» Muchos mandatarios mintieron. Pocos lo admitieron. Mintieron Bill Clinton sobre su “relación inapropiada” con Monica Lewinsky,  Carlos Menem sobre las estéticas “picaduras de avispas” en su rostro y George W. Bush sobre las armas de destrucción masiva en poder de Saddam Hussein, entre otros. Lo mismo hicieron José María Aznar y Tony Blair en vísperas de la guerra contra Irak. Más de una década después, el ex primer ministro británico ha pedido perdón por aceptar como válidos los datos «erróneos» sobre los que se justificó la invasión y posterior guerra. La información provenía de los servicios de inteligencia británicos y norteamericanos. Desde entonces a Blair lo llaman Bliar (asociación de su apellido con la palabra mentiroso en inglés). En una entrevista con CNN, Blair o Bliar ha dicho ahora: «Quiero pedir perdón por los erróneos datos de inteligencia que recibimos. También quiero pedir perdón, por cierto, por algunos errores en la planificación y, desde luego, por (leer más)

Política

Beneficio de inventario

¿Qué hacen los jefes de Estado con los presentes que intercambian entre sí cada vez que se ven? No todos se incorporan a los patrimonios nacionales A veces, una mueca vale más que mil palabras. La del Papa al recibir el crucifijo con la hoz y el martillo que le obsequió Evo Morales creó revuelo en medio mundo por su aparente intencionalidad política. La obra del padre jesuita Luis Espinal, asesinado por la dictadura boliviana en 1980, forma parte ahora del patrimonio del Vaticano y, de seguir la suerte de otros presentes, será rifada. Es la fórmula que aplica Francisco con la mayoría de los regalos que recibe: desde un coche Fiat y bicicletas hasta una cafetera han sido sorteados. Evita de ese modo que junten polvo. Cada boleto vale 10 euros. La recaudación va a parar a la caridad. Como están las cosas, los jefes de Estado deberían ahorrarse los obsequios que se hacen entre sí. Ninguno es capaz de apreciarlos ni, menos aún, de disfrutarlos. Se trata de un trámite protocolar que rige (leer más)