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Política

Miedos compartidos

La patética imagen del niño sirio que apareció ahogado en una playa de Turquía despertó conciencias en Europa y desató una fenomenal ola de solidaridad con los migrantes, pero no eliminó los prejuicios   Durante el verano boreal, el aluvión de migrantes que ingresó en Europa superó todas las previsiones. En las islas griegas, los turistas se quejaban de pasar las vacaciones en medio de campos de refugiados. En Francia acampaban cerca de Calais para cruzar el Canal de la Mancha rumbo al Reino Unido, renuente a recibirlos. En Alemania, la atmósfera cosmopolita de grandes ciudades como Berlín, Hamburgo, Múnich y Colonia se vio alterada por ataques con cócteles Molotov contra albergues de refugiados. Sólo en julio y agosto de 2015 hubo 131 incidentes de esa magnitud, según la policía alemana, así como agresiones verbales y físicas contra los extranjeros. ¿Pudo haber cambiado esa actitud hostil, alentada por grupos nazis y de extrema derecha, la tremenda foto del niño sirio que apareció ahogado en una playa de Turquía mientras intentaba ir con su familia a (leer más)

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Sociedad

Cerrado por reformas

Frente a la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, los países europeos recortan servicios y derechos para frenar la avalancha Entre enero y finales de agosto de 2015 cruzaron el Mediterráneo más de 300.000 migrantes, de los cuales 200.000 arribaron a Grecia, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La legión, el triple que en igual período de 2014, huye de guerras, conflictos, hambrunas y otras miserias. En ocho meses, dice la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), murieron en el mar 2.500 personas sin incluir los 71 asfixiados en un camión abandonado cerca de Viena, Austria, ni los más de 110 ahogados e intoxicados por las emanaciones del barco frente a las costas de Libia. En 2014 fueron 3.500. Sin ayuda por el incumplimiento de los Estados donantes, la situación tiende a agravarse, advirtió la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA). La frontera de Siria, en guerra interna desde 2011, ha sido sellada a cal y canto tanto por las fuerzas rebeldes que combaten (leer más)

Sociedad

Aviso de retorno

Más de la mitad de los 60 millones de personas que se han visto forzadas a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos o refugiados en otros países son menores de edad Dentro de la maleta, expuesta al escáner, había un cuerpo acurrucado. Los agentes de la Guardia Civil de España, apostados en el enclave africano de Ceuta, cerca de Marruecos, no podían creerlo. Era un niño de ocho años de edad. Estaba plegado sobre sí mismo. La penosa estampa de Adou, en posición fetal para burlar los controles y reunirse con su padre, Alí Ouattara, marfileño de 42 años radicado en Sevilla, resume los pesares de los 60 millones que, a raíz de las guerras, los conflictos y las persecuciones, se han visto forzados a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos o refugiados en otros países. La mitad son menores. En 2014, 42.500 personas por día pasaron a ser refugiados, desplazados internos o solicitantes de asilo, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Es la cifra (leer más)

Política

Plan de evasión

En un viernes sangriento de Ramadán, especial para los musulmanes, el Estado Islámico exhibe su escaso respeto por la vida en cuatro atentados sincronizados en tres continentes que agudizan el drama de los desplazados y de los refugiados En el mes del Ramadán, rito máximo de los musulmanes, el grupo radical Estado Islámico (EI) o ISIS, musulmán sunita, ingresó a sangre y fuego en la ciudad siria de Kobane y alentó a los suyos a liquidar enemigos. Eran personas de a pie que, durante el sangriento viernes 26 de junio de 2015, cayeron como muñecos en parques de diversiones durante atentados sincronizados en Francia, Túnez y Kuwait. Tanta crueldad, con su ristra de muertos y heridos, procuró escudarse en una cita de la revista Dabiq, órgano de propaganda del EI: “Nadie mejor que Alá maquina complots”. Al Shabab, filial de Al-Qaeda, también mató ese día a decenas de soldados en Somalia. Parte del mundo está pagando el desatino de haber declarado la guerra contra a Irak tras la voladura de las Torres Gemelas y, casi (leer más)

Política

La libertad es la esclavitud

¿Qué lleva en Occidente a hombres y, sobre todo, a mujeres a incorporarse a las filas del grupo radical Estado Islámico y de Al-Qaeda? Desde el 5 de julio de 2014, cuando Abu Bakr al Bagdadi se autoproclamó el primer califa en varias generaciones desde el gran púlpito de la mezquita de Al Nuri, de Mosul, Irak, el Estado Islámico (EI) no ha dejado de sumar voluntades. La mayoría son jóvenes que, de no ser confiscados sus pasaportes, emigran de Francia, Bélgica, el Reino Unido, Alemania, Holanda, Australia, Indonesia y los Estados Unidos, entre otros países, rumbo a los enclaves conquistados por el grupo sunita en Irak, Siria y Libia. Suelen dar el salto desde Turquía, cuyo gobierno vigila a 12.500 personas, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿Qué atractivo ejerce el EI, también llamado ISIS y Daesh, sobre los occidentales, especialmente sobre las mujeres, más allá de que sean musulmanes? No sólo el EI, en realidad. De más de la mitad de los países del mundo parten mujahidines (combatientes) para nutrir sus (leer más)

Foto: ACNUR
Sociedad

Contrabandistas de almas

Tarde, como siempre, la Unión Europea se ha comprometido a combatir un negocio que consiste en meter personas desesperadas en barcos desvencijados para cruzar el Mediterráneo desde África En los cuatro primeros meses de 2015, más de 36.000 migrantes han cruzado el mar Mediterráneo desde el norte de África. La mayoría arribó a Italia, Malta y Grecia, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Perdieron la vida 1.776. En 2014 fueron 3.500. Tarde, como siempre, reaccionó la Unión Europea (UE) frente a la desdicha de aquellos que el papa Francisco llamó “hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscaban una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras”. Hombres y mujeres, agregó, “que buscaban la felicidad”. La felicidad era una utopía en el barco que se hundió con 900 personas a bordo en su ruta hacia Italia. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, reunidos de urgencia, acordaron apretar las clavijas contra los contrabandistas de almas, hundiendo sus naves cuando están vacías. Para ello decidieron (leer más)

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Hombres de negro

Otra atrocidad ha sido difundida en un video por el Estado Islámico, esta vez contra presuntos etíopes cristianos en Libia, donde en febrero fueron ejecutados 20 egipcios coptos y un ghanés  Dos masacres en un instante componen el nuevo video del grupo sunita Estado Islámico (EI), titulado Clarividencia. Está grabado en Libia, sumida en un caos desde la caída y la ejecución de Muamar el Gadafi el 20 de octubre de 2011. Dos hileras de etíopes cristianos, unos 30 en total, machan en fila rumbo a la muerte. Serán decapitados unos y baleados los otros. Sin piedad. Por ser, según dice en inglés uno de los verdugos, viles “cruzados” cuyo único fin en este mundo es “asesinar musulmanes”. En Libia, con dos gobiernos, dos parlamentos y constantes combates que rozan la guerra civil, el EI ejecutó en febrero a 20 egipcios coptos y un ghanés, razón por la cual Egipto bombardeó su territorio. Es el tercer país que el EI pretende convertir en parte del califato. Entre el 10 de junio y el 23 de (leer más)

Sociedad

La ignorancia es la fuerza

La estupidez no tiene límite cuando los gobiernos pretenden tapar el sol con un dedo censurando o controlando aquello que les resulta incómodo El gobierno chino hizo desaparecer en un pispás un documental sobre la contaminación ambiental que había sido visto por 200 millones de personas en cinco días. No era conveniente que el video Under the Dome (Bajo la Cúpula), de la periodista Chai Jing, circulara alegremente por las redes sociales. En Tailandia, la novela 1984, de George Orwell, se ha convertido en un símbolo de protesta desde que el general Prayuth Chan-ocha, primer ministro gracias al golpe militar que culminó con su nombramiento el 21 de agosto de 2014, decidió inhibir su lectura. El mismo título, publicado en 1949, bate récords de venta en los Estados Unidos por el escándalo de espionaje masivo denunciado por Edward Snowden. La estupidez no tiene límite cuando manda la censura. Tampoco tiene límites cuando los medios de comunicación engañan a sus lectores, oyentes o televidentes con versiones tergiversadas de la realidad, de modo de apoyar una causa nacional, como (leer más)

Política

Tiempos violentos

El atentado terrorista en Túnez delata la intención de los fundamentalistas de hacer descarrilar el proceso de democratización posterior a la Primavera Árabe La masacre terrorista en el museo tunecino del Bardo puso de nuevo en evidencia la fragilidad de los sistemas de seguridad. En este caso, los del único país del norte de África en el cual, durante la Primavera Árabe, prosperó la democracia tras la caída de una dictadura. El asesinato de una veintena de turistas a tiro de piedra de Europa ha sido reivindicado por el Estado Islámico (EI). Fue el atentado más grave desde la revolución de 2011. Tuvo un blanco preciso: el turismo extranjero, principal fuente de ingresos del país. Pone cuesta arriba la gestión del primer ministro Habib Essid, elegido en febrero de 2015 por la Asamblea de Representantes del Pueblo. Menos trascendencia adquirió casi a la misma hora la matanza de más de 150 personas en Saná, capital de Yemen, tras brutales ataques del grupo sunita EI contra mezquitas chiitas. Poca gente va de vacaciones a ese país. (leer más)

Política

El juego del miedo

Los vanos esfuerzos para detener las atrocidades del grupo Estado Islámico en Medio Oriente ponen en un aprieto a las potencias occidentales En 2014 murieron en Afganistán 3.699 civiles, un 25 por ciento más que en el año anterior, según la Misión de Asistencia de la Organización de las Naciones Unidas en ese país (Unama, en inglés). Resultaron heridos 6.849 civiles, un 21 por ciento más que en 2013. En promedio, el número de víctimas civiles aumentó en un año un 22 por ciento. Por primera vez, los combates mataron y lesionaron a más gente que las bombas en las carreteras y los atentados suicidas. Desde 2009, cuando comenzaron a contarse las bajas y los daños de la guerra contra el régimen talibán, iniciada en 2001, murieron 17.774 civiles y resultaron heridos 29.971. Frente a esos pavorosos guarismos, ¿cómo debe responder Occidente a las masacres rituales del grupo sunita Estado Islámico (EI) en Medio Oriente? En Afganistán, el despliegue de tropas de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) tras la voladura de las Torres Gemelas (leer más)

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La otra cara de la guerra

Los ataques informáticos contra gobiernos y compañías privadas, cada vez más frecuentes y preocupantes, entrañan el riesgo de una mayor intromisión estatal en la intimidad de las personas Antes de desembarcar en Irak, el Pentágono alertó a George W. Bush sobre la posibilidad de congelar las cuentas bancarias de Saddam Hussein en el exterior por medio de un sabotaje informático. Era un plan secreto. Los Estados Unidos podían ganar la guerra sin lanzar un solo misil. Hussein no iba tener dinero para pagarles a sus tropas ni para reponer suministros. El presidente norteamericano caviló un instante. El riesgo era la eventual réplica: un fenomenal ciberataque capaz de desatar una crisis financiera global. Ni su gobierno ni los de sus aliados estaban en condiciones de contrarrestar un golpe de esa magnitud. Lo desechó. Más de una década después, los atentados terroristas en Francia, cuyo gobierno se opuso entonces a la guerra contra Irak, desnudaron la otra cara de aquello que el papa Francisco insiste en llamar Tercera Guerra Mundial “por partes”. Lo hizo esta vez durante (leer más)

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Tercera Guerra, primera parte

Cuando cayó el Muro de Berlín afloró una pregunta: “What’s left?”. Traducido: “¿Qué queda?”, “¿qué es izquierda?” o, fusionado, “¿qué queda de la izquierda?”. Veinticinco años después, aflora la misma pregunta para la Primavera árabe, iniciada en Túnez y diseminada en otros países en 2011: ¿qué queda de aquellas protestas laicas y políticas, no religiosas, que apuntaban al establecimiento de democracias, con alternancia en el poder e instituciones capaces de mediar entre el legado oprobioso de las dictaduras y las monarquías y los dictados radicales del Islam? En Túnez, Egipto y Libia cayeron los dictadores vitalicios, antes apañados por los gobiernos occidentales. En Siria estalló la guerra civil. En Irak, los milicianos del Estado Islámico (EI) garabatean ahora en las fachadas de las casas de los cristianos la decimocuarta letra del alfabeto árabe, nun (ن). Es la inicial de nasrani (nazareno). Los nazarenos, devotos de Jesús de Nazaret, son presas del pánico frente a la limpieza religiosa, pariente de la étnica, que ha emprendido el grupo sunita, separado de Al-Qaeda. Los moradores de las casas (leer más)

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Vencer no es convencer

Como ocurrió otras veces, el  Estado Islámico utiliza a la religión como excusa para imponer su califato en Irak, Siria y, de ser posible, otros países, mientras persigue y masacra a aquellos que considera infieles En las fachadas de las casas de los cristianos de Irak, los fanáticos del Estado Islámico (EI) garabatean la decimocuarta letra del abecedario árabe, nun (ن). Parece una carita sonriente con un solo ojo. Es la inicial de la palabra nasrani (nazareno). Los llaman nazarenos (nasara, plural de nasrani) por su fe en Jesús de Nazaret. Son presas del pánico frente a la limpieza religiosa, pariente de la étnica, que emprende el grupo sunita. Los moradores de las casas, sujetos a la sharia (ley islámica), deben convertirse al islam o, en el mejor de los casos, huir para no ser decapitados, crucificados o fusilados; las mujeres corren el riesgo de ser violadas o humilladas. La religión vuelve a ser motivo de conflicto. En realidad, pocas veces ha dejado de serlo. El discurso político siempre procuró nutrirse de inspiración divina y (leer más)

Política

Luz, cámara, terror

El Estado Islámico, como antes Al-Qaeda, pone a occidentales contra occidentales en una guerra de imágenes y prédicas fríamente calculada En la película promocional “El sonido de las espadas”, un dron capta imágenes desde el cielo en la ciudad de Fallujah, Irak, y desciende a un infierno de sangre y fuego coronado por la cobardía, exhibida como valentía, de ejecutar con disparos en la nuca a enemigos desarmados, de rodillas y con las manos atadas, con el latiguillo “Dios es el más grande”. Los tildan de apóstatas. Mientras tanto, la bandera negra del Estado Islámico (EI) ondea en señal de victoria en el extremo superior izquierdo de la pantalla. Las escenas son espeluznantes. Procuran intimidar a los disidentes y reclutar mujahidines (combatientes) para la la jihad (guerra santa) en otros países. El terror y la mentira corren como pólvora en las redes sociales, utilizadas como vehículo de propaganda del EI. Los videos son editados como piezas de Hollywood. Están hablados en árabe con subtítulos en inglés o viceversa. En uno de ellos, la plegaria del (leer más)

Política

Pegar donde más duele

El Estado Islámico se vale de las técnicas de comunicación más modernas para amenazar sin escrúpulos a aquellos que no acepten su demencial interpretación del islam El Estado Islámico (EI) martilla donde más duele. La espeluznante decapitación del periodista Steven Sotloff, difundida por las redes sociales con más prudencia y respeto que la de su colega James Foley, retrotrajo a los norteamericanos a 1993. Entonces, la imagen del cadáver desmembrado de un soldado arrastrado por las calles de Mogadiscio, Somalia, llevó a demócratas y republicanos a jurar que nunca más iba a comandar sus tropas “un Boutros Boutros-Ghali”, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El helicóptero de los cascos azules había sido derribado por los rebeldes del general Mohamed Farah Aidid, luego presidente. Bill Clinton ordenó la vuelta a casa de los suyos. Somalia, desahuciada por la comunidad internacional, continuó desangrándose por el integrismo, la piratería y los señores de la guerra. Aquella derrota de los Estados Unidos, comparada una y mil veces con la sufrida en Vietnam, impidió que movieran (leer más)