Política

Colombia: adiós a las armas

Por Jorge Elías La carta temblaba en las manos de María (1). Eran retazos manuscritos de su padre, Julián. Estaban despojados de contenido y de emociones, pegados, cual collage, sobre un papel que, a trasluz, frente y dorso, no aportaba más datos que la marca de agua. “Me están dando comida y…”. Y nada más. Nada había en esa primera señal de vida después de dos semanas de absurda incógnita que diera una sola pista sobre la suerte de ese colombiano de 63 años de edad que había sido secuestrado el 19 de septiembre de 1997, a la 1.30 de la tarde, poco antes de arribar a su finca, en el municipio de Hualvas, a dos horas en coche desde Bogotá. Lo tenían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En 2016, esas escenas de terror deberían entrar en el arcón de los recuerdos. De los malos recuerdos que dejaron 52 años de guerra. «Nos acostumbramos tanto a la guerra que se nos ha olvidado cómo se siente la paz», dijo el presidente de Colombia, (leer más)