Sociedad

La cuenta regresiva

La humanidad se encamina hacia una catástrofe. El Reloj del Juicio Final o Doomsday Clock quedó a 90 segundos de la medianoche. ¿Qué significa eso? El Boletín de Científicos Atómicos, creado en Chicago en 1947, ubicó las agujas en la misma posición que en 2023, el año más caluroso jamás registrado. La falta de mejoras, con las agujas clavadas en el mismo sitio del cuadrante, refleja la percepción de los científicos atómicos, asistidos por nueve premios Nobel, sobre el cambio climático; el deterioro en los acuerdos de reducción de armas nucleares; el avance de la inteligencia artificial, y las guerras en curso en Ucrania y la Franja de Gaza. En síntesis, “los científicos atómicos creen que la humanidad está más cerca que nunca de la aniquilación”, dice el informe. En 2023 no solo hizo mucho calor. La Tierra padeció inundaciones, incendios forestales y otros desastres relacionados con el clima que afectaron a millones de personas. Ítem incorporado en 2007 entre los riesgos para la humanidad. La cuenta regresiva hasta la medianoche, como llaman al punto (leer más)

Economía

El ganador de una guerra ajena

Alfombra roja para Xi Jinping y salvavidas del mismo color para Vladimir Putin. La premisa: terminar con las sanciones unilaterales contra Rusia y respetar la integridad territorial de todos los países. ¿Incluido Ucrania, al cual Rusia le arrebató la mayor parte de la península de Crimea, concretamente la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastopol, así como también los territorios del este y del sur de las provincias de Donetsk y de Lugansk? Puntos suspensivos sobre la propuesta de paz china abrazada por Putin el 21 de marzo como la base de supuestas negociaciones en la cuales falta la voz de la otra parte. La de Volodomir Zelenski. En este enjambre de idas y venidas, con una cumbre maquillada por una amistad sin límites en Moscú, predominan los intereses, Xi hizo suyo el papel de gran mediador en la guerra de Ucrania días después de lograr que se reconciliaran enemigos íntimos como Arabia Saudita e Irán por medio del establecimiento de relaciones diplomáticas. De prosperar el plan chino de 12 puntos para terminar (leer más)

Política

Documento irracional de identidad

“Identidad es una palabra peligrosa”, dispara el historiador británico Tony Judt en el ensayo revisionista y premonitorio Edge People. Tan peligrosa es la palabra identidad que, una década después de la muerte de Judt, siembra de nuevo la semilla de aquello que cosechó las peores catástrofes del siglo XX: el nacionalismo. La división no terminó al final de la Segunda Guerra Mundial. Continuó durante la Guerra Fría. Cayó el Muro de Berlín, en 1989, y dos mundos parecieron integrarse. Era una ilusión óptica. La identidad, esa palabra peligrosa, volvió a enarbolarse. Esta vez, dentro de los países, más allá de las rivalidades internacionales. Le ocurría a Judt: “Crecí en Inglaterra y el inglés es el idioma en el que pienso y escribo. Londres, mi lugar de nacimiento, sigue siendo familiar para mí por los muchos cambios que ha visto a lo largo de las décadas. Conozco bien el país; comparto algunos de sus prejuicios y predilecciones. Pero cuando pienso o hablo inglés instintivamente uso la tercera persona: no me identifico con ellos”. ¿Acaso se identifica (leer más)

Política

¿Naciones Unidas?

En secreto, como si estuviera en falta, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, asumió su sexto mandato. Juró «servir al pueblo de la República de Bielorrusia, respetar y proteger los derechos y libertades de las personas y los ciudadanos». Una ironía, casi, después de 26 años en el cargo y de la brutal represión de las protestas tras las elecciones del 9 de agosto. Quizá como el primer golpe de Estado durante la pandemia. El de Mali, apoyado por la población tras dos meses de concentraciones multitudinarias contra el régimen de Ibrahim Bouabakar Keita, alias IBK. ¿Naciones Unidas? Naciones Unidas expresó su “gran preocupación por las denuncias de tortura y otros tratos crueles e inhumanos a las personas detenidas” en Bielorrusia, cuyo gobierno no ha sido reconocido por la Unión Europea, y abogar por la paz en Mali, África. ¿Qué más podía hacer frente al atropello del régimen de Lukashenko después de renovar su mandato en elecciones no supervisadas por ningún organismo internacional bajo el padrinazgo de Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad con (leer más)

Economía

China muestra músculo

En el día a día de la guerra tecnológica y comercial entre Estados Unidos y China, todo parece fríamente calculado. Quizá Donald Trump no quiso admitir que Xi Jinping tenía un par de ases en la manga: la suspensión de la compra de productos agrícolas norteamericanos y la devaluación al mínimo en 11 años de su moneda, el yuan, cual contrapeso frente a la imposición de nuevos aranceles a sus productos. O quizá prefirió que ocurriera para denunciar la manipulación de divisas que desató una tormenta en el mercado financiero global y avanzar otro casillero en el tablero de la confrontación. El juego que mejor juega y que más le gusta. Trump hizo saltar por los aires la tregua alcanzada en la cumbre del G20 de Osaka, Japón. Estados Unidos había acusado a China de devaluar en forma artificial el yuan, pero no había formalizado la denuncia. Por primera vez en un cuarto de siglo, Estados Unidos recurrió al Fondo Monetario Internacional. La debilidad del yuan encareció los productos norteamericanos en el mercado chino. ¿Era (leer más)

Otras voces

¿Es el fin del orden mundial que conocíamos?

Por Peter S. Goodman | The New York Times LONDRES — Se suponía que la historia no tomaría este rumbo. Después de la Segunda Guerra Mundial, los victoriosos países de Occidente forjaron instituciones —la OTAN, la Unión Europea y la Organización Mundial del Comercio— que tenían como objetivo mantener la paz por medio del poderío militar colectivo y la prosperidad compartida. Promovieron los ideales democráticos y el comercio internacional al mismo tiempo que invirtieron en la noción de que las coaliciones eran el antídoto para el nacionalismo destructivo. Sin embargo, en la actualidad, el modelo que ha dominado las relaciones geopolíticas durante más de setenta años parece ser cada vez más frágil. Un arrebato nacionalista está desafiando sus principios y algunas de las mismas potencias que lo construyeron lo están atacando —en particular, Estados Unidos bajo el mandato del presidente Donald Trump—. En lugar de tener estrategias comunes para resolver problemas sociales —desde disputas comerciales, pasando por la seguridad, hasta el cambio climático—, los intereses nacionales se han vuelto una prioridad. El idioma de la (leer más)