Política

Trump 2020, modelo 2016

En síntesis, Donald Trump abusó de su poder con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, que “está en guerra con un adversario” de Estados Unidos, Rusia, para “hacer el trabajo político sucio”. El de embarrar la cancha del exvicepresidente Joe Biden, precandidato para las presidenciales de 2020, según la lectura demócrata. Pero, recalculando, según la lectura republicana, no lo amenazó con el bloqueo de un paquete de ayuda militar por 391 millones de dólares, algo así como la décima parte del presupuesto de defensa de ese país, ni quiso seducirlo con una invitación a todo trapo a la Casa Blanca. La virtual usurpación de la política exterior, a la luz del informe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes sobre el proceder de Trump en plan de someterlo a un juicio político, va más allá de la pose de víctima en una “caza de brujas” en la cual incluye a los medios de comunicación o de una suerte de complot universal después de haberse peleado hasta con sus vecinos más cercanos, México y (leer más)

Política

Los nuevos indignados

Un año después, los chalecos amarillos siguen movilizándose cada sábado en Francia. Las protestas contra el aumento del precio del combustible pasaron a ser contra las políticas del presidente Emmanuel Macron. Le torcieron el brazo. De menor a mayor, como ocurrió en otras latitudes, una crisis destapó la olla de otra. La de la gobernabilidad en un planeta que gira a varias velocidades al mismo tiempo en función del cabreo de las sociedades. No sólo por razones económicas, sino también en demanda de libertades y de reformas o en contra de la corrupción, del fraude y de la desigualdad. Los nuevos indignados brotan como hongos. La fisura social y política dista de aquella que comenzó en 2008. El gobierno británico vaticinaba un año antes de la crisis hipotecaria de los Estados Unidos una mayor “tensión e inestabilidad tanto en las sociedades como entre ellas”. Eso iba a dar “lugar a expresiones de malestar, como el desorden, la violencia, la criminalidad, el terrorismo y la insurgencia”. Acertó. En 2011 estalló la frustrada Primavera Árabe y aparecieron (leer más)

Política

El muro que no cayó

STEPANAKERT, Nagorno Karabaj – En la Línea de Control, la última frontera, la guerra continúa. No pasa un día sin una denuncia de violación del alto el fuego, dicen por separado en latitudes diferentes un militar armenio y un diplomático azerí. De las ruinas de los bombardeos entre ambos bandos de 1991 a 1994 brota musgo y desolación. Un cuarto de siglo después, 14 familias de agricultores se animan a retirar los escombros para aprovechar la tierra. Tierra de Armenia, la República de Artsaj, no reconocida por la comunidad internacional, y tierra de Azerbaiyán, que denuncia su usurpación. Rémora irresuelta de la desintegración de la Unión Soviética tras la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. La peor catástrofe geopolítica del siglo XX, como llama Vladimir Putin al final de la era soviética, derivó en más de 30.000 muertos y casi 700.000 desplazados durante los tres años de combates en Nagorno Karabaj y los siete distritos adyacentes que reclama Azerbaiyán. Los armenios de esta región montañosa, con el apoyo del ejército (leer más)

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El grito de Greta

La cara más visible de la cumbre del clima organizada por la ONU en Nueva York ha sido la de la activista sueca Greta Thunberg, de 16 años, con su discurso con tono de reproche frente a los mandatarios de varios países: “Están fallándonos a los jóvenes. No tendría que estar aquí, sino en el colegio, del otro lado del océano. Me han robado la infancia con sus palabras vacías”. Casi 70 países se han comprometido a revisar sus planes de recorte de emisiones de gases de efecto invernadero para poder cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Entre ellos no figuran los más contaminantes: China, Estados Unidos e India. Las emisiones están en aumento y los recortes son insuficientes Según el compromiso, todos los Estados deben reducir esas emisiones que sobrecalientan el planeta para cumplir un objetivo común: que el irreversible aumento de la temperatura se quede por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales y, de ser posible, por debajo de 1,5. Los planes de recorte son (leer más)

Economía

El crudo ataque contra Arabia Saudita

Los ataques con drones contra las refinerías de la compañía Aramco en Abqaiq y Khurais, Arabia Saudita, aparentemente perpetrados por rebeldes huthis de Yemen, despertaron la intranquilidad de Donald Trump no sólo por su impacto, la mayor suba del precio del petróleo en 28 años y el mayor corte repentino de la producción en la historia, sino también por la amenaza de Irán contra aquello que Franklin Roosevelt, uno de sus predecesores, creía que formaba parte del patrimonio norteamericano: las reservas de crudo sauditas. ¿Un correlato de la guerra de Yemen o una represalia del régimen de los ayatolás? Esa es la cuestión. Hubo una fecha clave: el 8 de agosto. No el de 1974, cuando por única vez renunció un presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, sino el de 1944, antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Ese día, el 8 de agosto de 1944, tres décadas antes de la consumación del caso Watergate, Roosevelt y Winston Churchill se repartieron las reservas de petróleo de Medio Oriente. Le iba a decir el mandatario (leer más)

Sociedad

Amazonía: ¿catástrofe brasileña o mundial?

Cuando Jair Bolsonaro se trenzó con Emmanuel Macron por la ayuda económica del G7 para aplacar los incendios y la deforestación de la Amazonía invocó la soberanía. La soberanía sobre una fuente imprescindible de oxígeno, colosal sumidero de dióxido de carbono, que impacta en las corrientes oceánicas y en el clima mundial. La selva amazónica, compartida por Brasil y otros ocho países, perdió más de un 20 por ciento de su terreno en las últimas seis décadas. Sólo en agosto hubo unos 31.000 focos de incendio, casi el triple que en el mismo mes de 2018. Arrasaron una superficie equivalente a 4,2 millones canchas de fútbol. Bolsonaro apeló al orgullo nacional frente a la alarma mundial. Culpó de los incendios a las organizaciones no gubernamentales, amonestó a su par de Francia por haber tratado a Brasil como “una colonia o una tierra de nadie” y, tras meses de humo, prohibió temporalmente las quemas a agricultores, ganaderos, madereros, mineros y petroleros. Nada nuevo, pues cada año arrasan miles de hectáreas. Las de 2019 superaron las previsiones (leer más)

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Bolsonaro está en llamas

La fuerte presión internacional, con protestas frente a las embajadas de Brasil en varias capitales, y las campañas en defensa del Amazonas llevaron al presidente Jair Bolsonaro a asumir su responsabilidad en los incendios que han devorado 20.000 hectáreas del gran pulmón del planeta. Su decisión tardía de enviar al ejército a atajar el fuego refleja una realidad: no se ha hecho lo suficiente para prevenir la catástrofe ambiental. Las llamas se esparcen y, además de los severos daños ambientales, han resquebrajado la relación transatlántica. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que en estas condiciones se opone a firmar el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. Igual postura adoptó Irlanda. El aumento de los incendios coincide con el arribo de Bolsonaro al gobierno Bolsonaro acusa a las ONG de haber causado los incendios y cree que Macron, con una “mentalidad colonialista”, pretende capitalizar una cuestión interna brasileña para «obtener réditos políticos personales». La cantidad de incendios activos en la selva se ha disparado en las últimas tres semanas. Han sido más de (leer más)

Catalejo

Groenlandia, ¿Estados Unidos?

Donald Trump nació en Queens, condado de Nueva York rodeado de islas. Su madre, Mary Anne MacLeod, vino al mundo en una isla. La de Lewis, en el norte de las Hébridas Exteriores, Escocia. No es extraño que Trump, después de haber amasado su fortuna en el negocio inmobiliario, pretenda comprar una isla. No cualquiera. La más grande del mundo: Groenlandia, territorio autónomo perteneciente al reino de Dinamarca. Era uno de los sueños de otro presidente de Estados Unidos, Harry Truman. Su oferta, 100 millones de dólares, no prosperó en 1946. Tampoco prosperó la de Trump, más cauto a la hora de ponerle precio. “Groenlandia no está en venta”, repuso su primer ministro, Kim Kielsen. Telón para la fugaz negociación entre un país enorme con islas de diversos tamaños y un país pequeño cuya capital, Copenhague, se encuentra en la isla de Selandia. Las otras islas, la inmensa Groenlandia y la diminuta Feroe, entre el Reino Unido, Noruega e Islandia, componen el reino. Trump puso el ojo en Groenlandia, peñasco helado con valor geoestratégico y (leer más)

Economía

Desacuerdo por el acuerdo

Era ahora o nunca “por el cambiante entorno político internacional, caracterizado por las crecientes tensiones proteccionistas”, concluyen Carlos Malamud y Federico Steinberg, investigadores principales del Real Instituto Elcano, de Madrid, en un análisis en el cual se preguntan quién gana y quién pierde con el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. ¿Qué ganan los europeos? Sus productos ingresarán en el Mercosur con ventajas sobre sus competidores. En especial, Estados Unidos y Japón. A su vez, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay se comprometen a respetar el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Ese era uno de los puntos de fricción con el gobierno de Jair Bolsonaro, decidido a imitar la ruptura de Donald Trump y, en su caso, poner en riesgo la Amazonía. Se trata de la selva tropical más grande del planeta. Un pulmón verde que absorbe cerca de 1.000 millones toneladas de dióxido de carbono por año, pero pierde por la deforestación una superficie similar a un campo de fútbol por minuto. La promesa de campaña de Bolsonaro era terminar con (leer más)

Política

¿Son verosímiles las amenazas de Trump?

De haber cumplido con sus amenazas, Donald Trump no hubiera cancelado 10 minutos antes un bombardeo contra Irán con aviones en el aire y buques en posición. Tampoco hubiera dado marcha atrás con la imposición de un arancel del cinco por ciento a todos los productos importados de México si no frenaba la migración de centroamericanos. Ni hubiera permitido más ensayos nucleares de Kim Jong-un. Ni hubiera descartado la “opción militar” ante la permanencia de régimen de Venezuela. Ni hubiera soslayado la interferencia de piratas informáticos de Rusia en las legislativas norteamericanas de 2018, revelada por él mismo, sospechoso de haberse beneficiado de ese artilugio en 2016. Así como Trump insiste en la guerra tecnológica y comercial contra China y fustiga a la Unión Europea con su apoyo al Brexit y su reclamo de mayores aportes económicos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), también aplica en la faz doméstica su táctica, la de la negociación empresarial, en campaña para ser reelegido en 2020 mientras una veintena de precandidatos demócratas procura curarse en (leer más)

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El nuevo tablero de Europa

Las elecciones del Parlamento Europeo, celebradas entre el 23 y el 26 de mayo, no se han traducido en un avance sin precedente de la ultraderecha, como algunos vaticinaban. Dieron como resultado una Eurocámara más fragmentada de lo habitual en la que, por primera vez, los conservadores y los socialdemócratas no suman una mayoría absoluta. Parte de la derecha euroescéptica intenta atraer a su órbita al Partido Popular Europeo (PPE) mientras socialdemócratas, liberales y verdes consideran su propia propuesta para presidir la Comisión Europea. El plan de la ultraderecha era regalarle a Europa un Caballo de Troya, de modo de asaltarla y, una vez dentro, dinamitarla El torbellino desatado por la dimisión de la primera ministra británica, Theresa May, a raíz de su insolvencia para concretar el Brexit, llevó a muchos a pensar dos veces el voto en las elecciones. El plan de la ultraderecha era regalarle a Europa un Caballo de Troya, de modo de asaltarla y, una vez dentro, dinamitarla. No prosperó. Excepto la Liga de Matteo Salvini en Italia, con su prédica (leer más)

Política

Europa: recalculando

El torbellino desatado por la dimisión de la primera ministra británica, Theresa May, a raíz de su insolvencia para concretar el Brexit, llevó a muchos a recalcular el voto en las elecciones del Parlamento Europeo. El plan de la ultraderecha era regalarle a Europa un Caballo de Troya, de modo de asaltarla y, una vez dentro, dinamitarla. No prosperó. Excepto la Liga de Matteo Salvini en Italia, con su prédica contra los inmigrantes y las minorías, pocos pudieron cantar victoria. Incluida Marie Le Pen, más allá del triunfo por la mínima en la Francia de los chalecos amarillos frente al partido del presidente Emmanuel Macron. Los conservadores y los socialdemócratas perdieron por primera vez la mayoría absoluta, no el control de la Unión Europea. Un experimento histórico, creado después de dos guerras mundiales para desalentar los nacionalismos, que se ve abrumado por tiranteces internas y externas. Las reflejadas en la eurofobia de Donald Trump y de Vladimir Putin. En estos comicios, celebrados en los 28 Estados, los ejes fueron la inmigración y el ambiente. Retos (leer más)

Política

¿Irán a la guerra?

Tanto Irán como Estados Unidos niegan la contingencia de una guerra, pero uno se prepara para lo peor y el otro refuerza su flota en el Golfo Pérsico. La comanda el portaaviones USS Abraham Lincoln. El del cartel de “misión cumplida” en Irak, con la presencia de George W. Bush, en 2003. Por si fuera poco, el Pentágono dejó trascender que alistaría 120.000 efectivos si el régimen teocrático efectúa un ataque o avanza en sus planes nucleares con fines bélicos. Irán abre el paraguas. Dice que no estuvo involucrado en el embate con drones de la insurgencia chiita de Yemen, que apadrina, contra uno de los mayores oleoductos de Arabia Saudita tras el sabotaje contra cuatro barcos, dos de los cuales eran petroleros sauditas, frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos. En Yemen, la coalición de Arabia Saudita, principal exportador de crudo del planeta, está en guerra desde 2015 contra los huthis, apoyados por Irán. Esa guerra por delegación, o proxy war, puede definir tanto el poder del reino sunita como el destino de (leer más)

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Arde Notre Dame, repunta Macron

El incendio de la catedral de Notre Dame de París ha creado un momento raro de comunión nacional en un país dividido por las clases sociales, los orígenes étnicos y las ideologías políticas. Macron fijó en cinco años el plazo para reconstruir la catedral de Notre Dame Notre Dame es mucho más que un vetusto templo gótico de un culto en retroceso. Con la tragedia, Francia pareció darse un respiro tras meses de resentimiento y desprecio, de un malestar crónico que estalló con la crisis de los chalecos amarillos. El presidente Emmanuel Macron fijó en cinco años el plazo para reconstruir la catedral, de modo que su reinauguración coincida con los Juegos Olímpicos de Verano de París en 2024. Además El expresidente peruano Alan García, de 69 años, se disparó en la sien cuando un fiscal arribó a su casa de Lima con una orden de detención a raíz de las investigaciones en su contra por presunto lavado de dinero y recepción de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Por sobornos y otros delitos, todos (leer más)

Política

La insoportable levedad del poder

El poder ha dejado de ser imperecedero, como muchos creían y como algunos aún creen. Cada vez dura menos. Es más fácil de alcanzar que en otros tiempos, pero también es más difícil de ejercer y, sobre todo, de preservar. El mundo observa con asombro al movimiento de los chalecos amarillos que apareció el 17 de noviembre en Francia. No sólo por los destrozos y los saqueos cometidos por su ala radical, sino por la tozudez en los reclamos. De menor a mayor: desde las protestas contra el aumento del impuesto a los combustibles y la pérdida del poder adquisitivo hasta la dimisión del presidente Emmanuel Macron. Son tiempos de volatilidad. Macron tiene otro problema: Argelia. Las protestas que desde el 22 de febrero han movilizado a los argelinos contra la candidatura a un quinto mandato del presidente Abdelaziz Buteflika, enfermo y postrado en una silla de ruedas desde 2013, han sido las primeras de esa magnitud desde su independencia de Francia en 1962. La desestabilización de la antigua colonia, con la que Francia comparte (leer más)