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Política

Cambio de hábito en América latina

El amor eterno dura tres meses. No es broma. Lo comprobó Barack Obama después de asumir su cargo en enero de 2009. En la V Cumbre de las Américas, realizada en Trinidad y Tobago en abril de ese año, planteó el respeto, la responsabilidad y la asociación entre iguales como ejes en la relación con el continente. Era una versión mejorada del enfoque artificialmente amistoso de George W. Bush tras el fiasco del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). La impronta de un presidente de otro partido y otra apariencia infundía esperanza de cambio en una región no ajena a un mundo sacudido por crisis y guerras. Ningún país recupera en los primeros cien días de un gobierno aquello que perdió en ocho años o más. En los setenta, los latinoamericanos creían que los Estados Unidos habían elegido a un presidente afín a ellos: John F. Kennedy era católico. Poco y nada compartieron con otros, excepto el origen mexicano de Columba, esposa de Jeb Bush, hermano del ex presidente. Logró seducirlos Bill Clinton (leer más)

Política

La rebelión de los indignados

Sábado 11 de octubre de 2008. Hördur Torfason decide apostarse con su guitarra frente al Parlamento de Islandia y preguntarles a los transeúntes qué está ocurriendo y qué pueden hacer. En medio del caos económico, la gente expresa con un micrófono su desencanto con los políticos y los banqueros. Comienza a gestarse el movimiento Voces del Pueblo. La concurrencia aumenta cada semana. En unos meses, el Parlamento se disuelve. Hay elecciones generales. En un referéndum, los islandeses resuelven no pagarles a Gran Bretaña y Holanda una deuda de 4.000 millones de dólares. Es la piedra de toque del modelo de protesta contemporánea, pero necesita un escenario mayor para globalizarse. Domingo 15 de mayo de 2011. Es San Isidro, patrono de Madrid. Falta una semana para las elecciones municipales y autonómicas. El desempleo y la crispación baten récords. Los indignados hacen suya la calle, sortean las prohibiciones y prometen quedarse en la Puerta del Sol, de Madrid, “hasta que ganéis 600 euros como nosotros”, según me dice uno de ellos. Cumplen con su palabra blandiendo un (leer más)