Política

La crisis del mojito italiano

Cuando Matteo Salvini dinamitó el gobierno italiano, el primer ministro Giuseppe Conte pidió pista en el Senado. Salvini, senador, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro del Interior, presentó una moción de censura contra Conte con el fin de tumbarlo, forzar elecciones anticipadas y sepultar la coalición entre su partido, la Liga, de ultraderecha, y el Movimiento 5 Estrellas, definido a sí mismo como una asociación de ciudadanos. Logró neutralizar a Salvini su socio gubernamental Luigi Di Maio, diputado, con un cargo parejo en la cúpula gubernamental y ministro de Desarrollo Económico, Trabajo y Políticas Sociales. Conte renunció en medio de una crisis. La crisis del mojito, el trago favorito en las playas durante el tórrido agosto italiano. La mezcla cubana de ron blanco seco, jugo de lima, soda, azúcar, hojas de hierbabuena y hielo picado no atenuó su impacto. El del final de un maridaje forzado entre dos vertientes disímiles que se habían propuesto “devolver Italia a los italianos” y “cambiar las cosas de los partidos de siempre”. Si el cóctel batido desde el (leer más)

Otras voces

La resurrección de Silvio Berlusconi

Por James Politi | Financial Times | El Cronista Con su cabello oscuro perfectamente teñido y sus dientes de color blanco marfil que resplandecen bajo las luces del estudio de televisión, Silvio Berlusconi -el octogenario que vuelve al ruedo de la política italiana- rememoraba el mes pasado su primera campaña electoral. En 1948, con apenas 12 años, el joven Silvio colocaba carteles para el partido de centroderecha Democracia Cristiana (DC) en su enfrentamiento finalmente victorioso con el Partido Comunista Italiano (PCI). Hubo una imagen que quedó para siempre grabada en su memoria. «Decía: En el secreto del cuarto oscuro Dios te ve y Stalin no», señaló Berlusconi, de 81 años, con una sonrisa y haciendo una pausa melodramática. «Fue realmente hermoso», agregó. El presentador, Massimo Giletti, rió, al mismo tiempo que la audiencia presente en el estudio, sentada a ambos lados de los dos hombres, aplaudía con entusiasmo. Y ni siquiera se trataba de uno de los canales de televisión de Berlusconi. En Italia, donde la celebración de las elecciones generales -la próxima gran prueba (leer más)