Política

Filtraciones y goteras en Brasil

La filtración de los mensajes de texto durante la investigación del caso Lava Jato entre el juez Sérgio Moro, ahora ministro estrella de Jair Bolsonaro, y el fiscal Deltan Dallagnol dejó al descubierto una intencionalidad política reñida con la Constitución y el Código Penal de Brasil. La revelación de The Intercept, portal del periodista norteamericano Glenn Greenwald, echó un manto de duda sobre parte de la pesquisa que derivó en procesos judiciales en varios países de América latina y llevó a prisión a un centenar de personas. Entre ellas, Luiz Inácio Lula da Silva, condenado en tiempo récord antes de las presidenciales de 2018. Greenwald había ventilado en 2013 las intromisiones de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) en la petrolera estatal Petrobras por las cuales la presidenta Dilma Rousseff canceló una visita oficial a Barack Obama. Edward Snowden, cobijado en Moscú por el pedido de arresto de Estados Unidos después de haber trabajado en el Centro de Operaciones de Amenazas de la NSA en Hawai, la CIA y compañías privadas, le (leer más)

Sociedad

La guerra ciberfría

Por Jorge Elías Cada día, los ejércitos gastan millones de dólares en buques, armas y batallones. Son útiles para algunas guerras. No para todas. Los enemigos disparan misiles o ponen bombas, pero también amenazan en un ámbito más disimulado y, en ocasiones, más dañino: el ciberespacio. En él, según Ricardo Vanella, fundador de la Red Argentina-Americana para el Liderazgo (Real) y presidente de la Red Interamericana de Asociaciones de Alumni (IANAmericas), “es más barato atacar que defenderse”. La oportuna reflexión, referida a la gratuidad de las herramientas para atacar y el costo de los programas para defenderse, fue el prólogo del seminario Ciberdefensa y ciberseguridad, realizado en la Universidad de la Defensa Nacional, de Buenos Aires. A esas horas, Edward Snowden, prófugo de la justicia de los Estados Unidos por haber divulgado secretos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), especulaba desde Moscú, donde reside al cobijo de Vladimir Putin, sobre la posibilidad de que Rusia haya estado detrás de un ataque informático por el cual su antiguo empleador, la NSA, permaneció casi 24 fuera (leer más)

Economía

Desechada la ley, hecha la trampa

La filtración masiva de los Panamá Papers es un signo de los tiempos: coincide con el inminente final del secreto bancario en Suiza Un par de meses antes de la divulgación de los Panamá Papers, el fiscal general de Suiza había advertido a las compañías estatales de Malasia que corrían el riesgo de una malversación de fondos del orden de los 4.000 millones de dólares. No era usual que destapara la lata de gusanos, como suelen decir los investigadores, el país más reservado del planeta, últimamente salpicado por el caso Petrobras en Brasil; las tropelías de los dirigentes de la FIFA, empezando por su ex presidente suizo, Joseph Blatter; el procesamiento por fraude fiscal de Jérôme Cahuzac, ex ministro de Presupuesto de Francia, y la financiación irregular de partidos políticos en España. El aviso de Suiza sobre un fondo de inversión del gobierno malayo, conocido como 1MDB, provocó un escándalo. También dejó entrever un inminente y abrupto giro en un ámbito tan discreto y oscuro como el de las cuentas bancarias y las compañías offshore. (leer más)

Sociedad

Sé qué hiciste anoche

Bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo y contra otras plagas, la vigilancia clandestina de los gobiernos ha aumentado en forma desmedida en todo el mundo “Can you hear me now?”, tecleó Edward Snowden. Con esas cinco palabras, apenas tres en castellano (“¿Pueden oírme ahora?”), el hombre que ventiló las intimidades de la inteligencia de los Estados Unidos, refugiado en Rusia desde 2013, estrenó su cuenta de Twitter. El primer tuit de Snowden fue compartido por 25.000 personas en apenas una hora. En unos días superó el millón y medio de seguidores. Entre ellos, el ex vicepresidente norteamericano Al Gore y la actriz Whoopi Goldberg. En su biografía escribió: “Solía trabajar para el gobierno. Ahora trabajo para el público”. Sigue a una sola cuenta: la NSA (Agencia de Seguridad Nacional), su antiguo empleador. Héroe para algunos, traidor para otros, Snowden se había comprometido a no divulgar secretos de Estado, pero también juró defender la Constitución contra los enemigos extranjeros y nacionales. Con su denuncia, tras haber prestado servicios para la NSA, dejó al (leer más)

Política

La tragedia griega

El descontento global, abonado por la creciente xenofobia y por la precaria situación económica en Europa, se adereza con el desgaste de los pilares sobre los cuales descansaba el mundo posterior a la Guerra Fría François Hollande fue investido presidente de Francia con la premisa de rechazar la hoja de ruta trazada por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). No lo hizo. Después, en Italia, el primer ministro Matteo Renzi amenazaba con incumplir las exigencias de pago de la deuda, atizadas por la canciller de Alemania, Angela Merkel. Tampoco lo hizo. ¿Por qué la tercera intentona, coronada con la rotunda victoria de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) en Grecia, parece ser la vencida? Porque polarizó a Europa entre Berlín y Atenas o, frente a la ventanilla de los acreedores, entre la sumisión y la rebelión. La rebelión de los deudores, más allá del errático historial de pagos de cada país, encontró en el primer ministro griego, Alexis Tsipras, un puntal en la confrontación contra los intereses de la (leer más)

Política

La otra cara de la guerra

Los ataques informáticos contra gobiernos y compañías privadas, cada vez más frecuentes y preocupantes, entrañan el riesgo de una mayor intromisión estatal en la intimidad de las personas Antes de desembarcar en Irak, el Pentágono alertó a George W. Bush sobre la posibilidad de congelar las cuentas bancarias de Saddam Hussein en el exterior por medio de un sabotaje informático. Era un plan secreto. Los Estados Unidos podían ganar la guerra sin lanzar un solo misil. Hussein no iba tener dinero para pagarles a sus tropas ni para reponer suministros. El presidente norteamericano caviló un instante. El riesgo era la eventual réplica: un fenomenal ciberataque capaz de desatar una crisis financiera global. Ni su gobierno ni los de sus aliados estaban en condiciones de contrarrestar un golpe de esa magnitud. Lo desechó. Más de una década después, los atentados terroristas en Francia, cuyo gobierno se opuso entonces a la guerra contra Irak, desnudaron la otra cara de aquello que el papa Francisco insiste en llamar Tercera Guerra Mundial “por partes”. Lo hizo esta vez durante (leer más)