La crisis de Brasil não tem fim
Michel Temer ha decidido prolongar el suspenso: “Não renunciarei”. Lo dijo dos veces. Una para los demás. La otra para sí mismo. Para convencerlos y convencerse, quizá. Su gestión parece ajustarse al guion de las telenovelas de romance y de comedia de la tarde y de melodrama de la noche. Un clásico de Brasil desde los años cincuenta capaz de mover los horarios de la misa y del fútbol. La telenovela de Temer debía encontrar su desenlace en la dimisión del cargo y la convocatoria a presidenciales, previstas oficialmente para octubre de 2018. Prefirió extenderla un par de capítulos más a pesar de las aparentes pruebas en su contra por obstrucción de la justicia. Su desmentida va a contramano de las imágenes difundidas por O Globo en las cuales avala la compra del silencio de un político encarcelado. Las grabó en secreto un empresario de la industria de la carne. Los hermanos Joesley y Wesley Batista, dueños del frigorífico JBS, habían arribado a un pacto con la fiscalía como parte de la investigación de la (leer más)