Catalejo

Gracias a Dios es viernes

Lunes viene de Luna y quizá por ello uno suela estar ese día alunado, casi cabreado con uno mismo por haber abierto los ojos. Tanta mala fama tiene el maldito lunes o, como dicen los norteamericanos, Blue Monday (lunes miserable o triste), que el martes, llamado así en honor al dios romano de la guerra, Marte, siempre pareció un poco mejor, pero no tanto. Es mentira, en realidad: una medulosa investigación científica publicada por la Revista de Psicología Positiva (The Journal of Positive Psychology) revela que el lunes, el martes, el miércoles y el jueves son odiados por igual por la mayoría de los mortales. Sólo se salva el viernes, víspera del fin de semana, que también sale ileso, aunque el domingo por la tarde comience la angustia. Esa sensación de malestar, principio de hondas depresiones, tiene una sola razón: el trabajo. El viernes retorna el buen humor con la perspectiva inigualable de dos días libres por delante sin despertador ni trámites ni obligaciones, excepto que uno deba comer con la suegra, arreglar algo que (leer más)