Sociedad

La mano dura en Iberoamérica

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, encarna con su lucha sin cuartel contra las pandillas aquello que, en el ideario popular, representaba el dictador chileno Augusto Pinochet en 1973. Pasó medio siglo. La mano dura, más allá de los excesos, se ha convertido en una moneda de cambio en Iberoamérica. Dos de cada diez jóvenes de 16 a 25 años que no vivieron los años de plomo están de acuerdo y un 13 por ciento de los mayores de 61 años también. Son porcentajes bajos, pero ambas generaciones se dan la mano en la encuesta anual de Latinobarómetro, que ausculta el pulso de la región desde 1995. Bukele, en el gobierno desde 2019, anunció en julio que pretende ser reelegido en 2024. No puede. En teoría. La letra constitucional de su país solo permite la reelección no consecutiva. Dice el informe: “La gran diferencia con la ola de recesión democrática de los años sesenta del siglo XX es que no hay militares. Esta vez, todos los dictadores son primero civiles elegidos en comicios libres (leer más)

Política

La muerte cruzada como método de supervivencia

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decidió disolver la Asamblea Nacional antes de vérselas con un juicio político. Quizás haya serenado por un rato los ánimos, pero no resolvió el problema de fondo de las democracias latinoamericanas y caribeñas. Lasso, acusado de haber malversado fondos en un contrato entre la empresa pública de transporte de petróleo, Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec), y la compañía Amazonas Tanker, que le costó al Estado al menos seis millones de dólares, dio un paso al costado. Apeló a un recurso constitucional de nombre apocalíptico, la muerte cruzada. Nunca había sido aplicado. Nada que ver con el autogolpe fallido de su excolega peruano Pedro Castillo, destituido y detenido después de haber intentado disolver el Congreso al estilo Alberto Fujimori. Una crisis sin fin la del Perú. La de Ecuador o la de Lasso después del gobierno de Lenín Moreno, expresidente de Rafael Correa desligado de su liderazgo, exhibe el desmadre de una región signada por la polarización y el desencanto. Lasso gobierna por decreto hasta que se celebren elecciones, algo que (leer más)

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La crisis sin fin del Perú

A Katya Salazar, directora ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF), no le caben dudas: “Lo que hizo Pedro Castillo fue un autogolpe, un acto inconstitucional”, afirma en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV, desde Washington. Salazar, abogada por la Pontifica Universidad Católica del Perú con estudios de maestría en la Universidad de Heidelberg, Alemania, y amplios antecedentes en la investigación de los derechos humanos en su país y en la región, conviene en que la salida intempestiva del expresidente peruano, el 7 de diciembre, y su detención tras el intento de disolver el Congreso e instaurar un gobierno de excepción “prendió fuego la pradera”. Las multitudinarias protestas que inundan el Perú desde hace casi dos meses no han logrado forzar la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. “El Congreso se ha convertido en un espacio para intereses personales”, señala Salazar El gobierno se mantiene pese a las demandas de los manifestantes: desde la disolución del Congreso, la institución más desprestigiada, hasta la dimisión de Boluarte, el adelanto de las elecciones (leer más)

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El autoritarismo competitivo

El asalto de los tres poderes de Brasil refleja una crisis. La de la democracia, lastrada en todo el mundo por las dificultades económicas, la caída de las expectativas sociales, la virtual extinción de los partidos políticos tradicionales y la irrupción de líderes autoritarios al frente de coaliciones o movimientos populistas. Un fenómeno que Ignacio Labaqui, consejero académico de CADAL, llama “autoritarismo competitivo” en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. La fisura de Brasil remite a la de Estados Unidos. En ambos casos, con la negación de la derrota en las elecciones de Jair Bolsonaro y de Donald Trump, respectivamente. Tanto uno como el otro conservan mayorías de número de legisladores, lo cual lleva a minorías radicalizadas, como la de los republicanos en la Cámara de Representantes, a imponer la agenda. Labaqui, profesor de Política Latinoamericana y Teoría de las Relaciones Internacionales en la Universidad Católica Argentina (UCA) y de Gobernanza Regional Comparada en el Máster de Estudios Internacionales en la Universidad del CEMA, advierte que las crisis “representan un riesgo para la (leer más)

Actualidad

La ficción, la realidad y el Perú

Cuenta el filósofo esloveno Slavoj Žižek que circula un dicho entre los corresponsales en América Latina que demuestra su veracidad en cada ciclo electoral: en la región conviven la ficción, la realidad y, cual categoría en sí mismo, el Perú. Caja de resonancia de una incesante sucesión de presidentes depuestos y de una fenomenal impopularidad de los políticos. El país de Mario Vargas Llosa tiene por primera vez una presidenta, Dina Boluarte, después de la destitución de Pedro Castillo por permanente incapacidad moral. Era un sinónimo de locura. Pasó a ser la metáfora de un flagelo que no respeta fronteras: la corrupción. Castillo batió un récord. En un año, cuatro meses y siete días de gestión, entre el 28 de julio de 2021 y el 7 de diciembre de 2022, hizo más de 17 cambios de gabinete. En números redondos: juraron más de 70 ministros. Ninguno le dio resultado. Y, al final, fracasó en su intento de disolver el Congreso, al estilo de Alberto Fujimori en 1992, para evitar la tercera moción de vacancia (juicio (leer más)

Política

El suicidio de Perú

Cuando terminó su labor como presidente de Perú en 1878, Manuel Justo Pardo y Lavalle viajó a Chile. Regresó al ser elegido senador. Mientras ingresaba en el recinto, Melchor Montoya, sargento de la guardia del Congreso, desenfundó y le disparó a quemarropa. El historiador italiano Tomás Caivano concluyó: “Fue algo más que el asesinato de un hombre: fue el asesinato de Perú”. ¿Fue el suicidio del expresidente Alan García el suicidio de Perú? El suicidio de un país del cual Mario Vargas Llosa no sabe, desde que escribió la novela Conversación en la Catedral a finales de los sesenta, en qué momento se jodió. No hubo un momento preciso. Desde la independencia en 1821, en medio de una guerra devastadora, la construcción de vías férreas y la explotación del guano de sus islas derivó en las primeras sospechas de corrupción. En casi dos siglos, el único presidente preso había sido Augusto Leguía, muerto en 1932 en el Panóptico, cárcel de Lima. La corrupción llevó a prisión al jefe de los servicios secretos de Alberto Fujimori, (leer más)

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Hoy por Kuczynski, mañana por Fujimori

El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, otorgó el 24 de diciembre el indulto al ex mandatario Alberto Fujimori. Sustentó su decisión en razones humanitarias al considerar que padece una serie de enfermedades y que su salud podía agravarse en prisión. Fujimori cumplía una condena 25 años de prisión como autor mediato del asesinato de 25 personas en las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), perpetradas por el grupo militar encubierto Colina, y por el secuestro de un periodista y de un empresario en 1992. PPK, como llaman al actual presidente, indultó a Fujimori tres días después de haberse salvado de ser destituido en el Congreso por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht gracias a una facción parlamentaria del fujimorismo. La oposición tilda al perdón de Nochebuena de “pacto infame” y de “vil traición a la patria”. Entrevista con el periodista Marcelo Falak. Además: El presidente de Rusia, Vladimir Putin, recibió luz verde para participar en las elecciones presidenciales del 18 de marzo de 2018 en medio de un nuevo cortocircuito (leer más)

Política

Te digo que no

La mayoría de los bolivianos ha rechazado la pretensión de su presidente, Evo Morales, de ser candidato por cuarta vez consecutiva   Por primera vez en diez años el presidente de Bolivia, Evo Morales, tiene mandato a plazo fijo: su gobierno concluirá en enero de 2020. De haberse impuesto el sí en el referéndum para la reforma constitucional que iba a permitirle postularse para un cuarto período consecutivo, Morales podría haber gobernado hasta 2025. ¿Qué lleva a un presidente a intentar perpetuarse en el poder? «Cuando un político piensa que es imprescindible, nace un dictadorzinho», se excusó en su momento de impulsar una reforma con ese fin el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, bendecido por la popularidad en el final de su gestión. Del mismo modo concluyeron sus mandatos otros presidentes latinoamericanos, como Michelle Bachelet, de Chile, y Tabaré Vázquez, de Uruguay, reincidentes tras el período de espera que establecen sus respectivas constituciones. El afán de la reelección indefinida, reverso de ambos, no responde a una ideología en particular. En 1994, el (leer más)

No Picture
Política

Clubes de presidentes

Todos los presidentes vivos de los Estados Unidos asistieron a la inauguración de la biblioteca de George W. Bush en Dallas, Texas. La impactante imagen de los Bush, republicanos, con Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter, demócratas, a la misma hora y en el mismo sitio, es inusual en otras latitudes, acaso como el virtual epígrafe: la presidencia está más allá de las diferencias políticas. En América latina, Evo Morales reunió a la mayoría de los presidentes bolivianos pretéritos con el fin de reclamar a Chile la salida al mar; el de Uruguay, José Mujica, estuvo con sus predecesores al cumplirse 25 años del retorno de la democracia en la sede del opositor Partido Colorado, y no mucho más. Ese trato frío y despectivo hacia los presidentes anteriores, causantes de casi todos los males contemporáneos y algunos más, se vio reflejado en la jura de los nuevos senadores argentinos en 2005. El entonces presidente, Néstor Kirchner, evitó saludar a uno de ellos, el ex presidente Carlos Menem, enrolado en el mismo partido aunque militaran (leer más)