Política

El revés de la trama

El grupo radical Estado Islámico ha logrado lo impensable: unir en su contra a Siria e Irán con los Estados Unidos y la Unión Europea Irán, cuyo anterior presidente se empeñaba en desarrollar su programa nuclear y en proclamar que iba a “borrar del mapa a Israel”, ha sido el primer gobierno en enviarles armas a las fuerzas kurdas (peshmerga) para repeler al grupo radical Estado Islámico (EI) en Irak. En la misma dirección, el dictador sirio Bashar al Assad, en cuyo territorio la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha documentado la muerte de 191.369 personas en más de tres años de guerra civil, permite que aviones y drones de los Estados Unidos sobrevuelen su espacio aéreo para establecer las posiciones del EI mientras se arma una coalición para bombardearlo. ¿Es el mundo al revés? Estos gestos circunstanciales, impensables hace poco, coinciden con el cese de hostilidades entre Israel y Hamas. En 50 días de ofensiva contra la Franja de Gaza, nuevamente convertida en escombros, murieron casi 2.200 palestinos y 64 militares y cinco (leer más)

Política

A sangre fría

La decapitación frente a la cámara del periodista James Foley, secuestrado en noviembre de 2012 en Siria, refleja la cruzada cruel y demencial del Estado Islámico en el afán de imponer su ley medieval Lo decapitaron. No ha de haber peor acto de cobardía que obligar a un condenado a muerte a recitar una arenga política, por la represalia de los Estados Unidos contra el Estado Islámico (EI) en Irak, antes de ser ejecutado. Estaba arrodillado en el desierto, con las manos atadas en la espalda y un micrófono colgado en el uniforme naranja, como el de los presos de Guantánamo. Su verdugo, de acento británico, sostenía el cuchillo con la mano izquierda. Era el final del periodista norteamericano James Foley, corresponsal de GlobalPost, de Boston, y de la agencia de noticias France Presse (AFP). Lo habían secuestrado el 22 de noviembre de 2012 en el norte de Siria. Era, más allá de su nacionalidad, su credo y su profesión, un ser humano. La cruel ejecución de Foley, divulgada sin remordimiento en un video espeluznante (leer más)

Cultura

En son de paz

Mientras el grupo radical Estado Islámico se propone instaurar un califato regional, el Líbano quiere ser el epicentro del diálogo y de la paz Un fantasma recorre Europa, aguijonea el norte de África y perfora Asia. Es el Estado Islámico (EI), grupo radical que ha instaurado califatos en ciudades de Irak y Siria y, cual retorno al imperio que dominó parte del planeta durante casi ocho siglos, amenaza con imponer la sharia (ley islámica) en varios enclaves. De lograrlo, como en la ciudad iraquí de Mosul y la siria de Al Raqa, las mujeres deben llevar niqab (velo que les cubre todo el cuerpo, excepto los ojos) y no pueden salir a la calle si no van con un mehrem (varón de la familia).Tampoco pueden viajar con hombres o mezclarse con ellos en sitios públicos. Está prohibida la venta de alcohol y tabaco. En un temible mapa de la restauración del califato, difundido por el grupo radical EI, un manchón negro se extiende desde el Océano Atlántico hasta Asia Central. En él, España y Portugal (leer más)

Política

Siria esquina Irak

La Primavera Árabe, basada originalmente en ideales seculares, ha hecho resurgir en ambos países una guerra étnica y religiosa de raíces ancestrales capaz de fragmentarlos Lo llamó “perro” y, como un lanzador de las Grandes Ligas de Béisbol, probó puntería dos veces. No le arrojó pelotas, sino zapatos. George W. Bush, de rápidos reflejos, esquivó ambos tiros. Era su última visita a Bagdad, en diciembre de 2008. A su lado, el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, apenas atinó a alzar el brazo derecho para detener el segundo disparo. Falló. El agresor, Muntadar al Zeidi, reportero del canal satelital Al Baghdadia, estuvo preso durante nueve meses por haber proferido los peores insultos árabes contra el presidente de los Estados Unidos: llamarlo “perro” y arrojarle sus zapatos. Zeidi le había perdido el miedo a la autoridad, algo inusual entre los suyos. Un par de años después, en diciembre de 2010, una actitud similar, aunque más drástica por tratarse de la inmolación de un muchacho tunecino, iba a encender la mecha de las revueltas árabes. El (leer más)