Política

Mucho humano, poca humanidad

Por Jorge Elías ¿En qué se parecen Niza, Francia, y Orlando, Estados Unidos? Son ciudades turísticas. En ambas, con un mes y monedas de diferencia, dos trastornados mataron civiles a mansalva. Lo hicieron, en principio, por cuenta propia, más allá de sus presuntas simpatías o conexiones con grupos jihadistas. Fueron abatidos por las fuerzas de seguridad. Tras los atentados, tanto Barack Obama como François Hollande dejaron entrever que el terrorismo internacional pudo haber estado detrás, quizá con más fundamentos en Francia que en los Estados Unidos. El autor de la masacre de Niza, Mohamed Lahouaiej Bouhlel, tunecino radicado en Francia, había alquilado el camión con el cual embistió contra la multitud en el paseo marítimo. El de Orlando, Omar Mir Seddique Mateen, norteamericano de origen afgano, juró lealtad al Estado Islámico (EI) poco antes de irrumpir a tiros en la discoteca Pulse, concurrida por latinos y gays. Los orígenes y los nombres de ambos, de ascendencia árabe, despertaron todas las sospechas. En Francia, el atentado del 14 de julio, Día de la Bastilla, resultó ser (leer más)

Política

Nuevo mundo, viejos hábitos

La caída del precio del petróleo y de las materias primas coincide con vertiginosos movimientos geopolíticos en un mundo signado por la desesperación de los refugiados Por Jorge Elías RIAD, Arabia Saudita.– En la IV Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA), celebrada en este oasis en el desierto en noviembre de 2015, confluyeron dos realidades distantes y diferentes, aunque rigurosamente emparentadas: el parón económico sudamericano, con materias primas a precios en picada y escasas perspectivas de crecimiento, y el enfriamiento de las economías petroleras, desalentadas por la depreciación de su principal fuente de recursos. La caída del precio del barril, de más de 100 dólares en 2014 a menos de 40 en 2015, provoca grandes movimientos en el tablero geopolítico del planeta y supone, a su vez, una fenomenal transición en el modelo económico. El precio no se recuperará hasta 2020, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Entre 2005 y 2014, con el crudo en alza, la riqueza se trasladó a Estados poco democráticos como los de Medio Oriente, donde no por casualidad estalló (leer más)

Otras voces

La guerra de Afganistán: ¿cuál era realmente el sentido?

De CNN, Estados Unidos Nick Paton Walsh (CNN).- La situación ahora está peor en Afganistán que lo que alguna vez me pude haber imaginado. Y yo era un pesimista. El cansancio fue siempre el factor decisivo. El Occidente se cansó de los horrores que sus tropas vieron, y de la violencia causada diariamente sobre los mismos afganos. El cansancio del costo financiero, en donde una central eléctrica que apenas fue encendida alguna vez, le costó al Tío Sam decenas de millones de dólares. Y el otro cansancio –el que sintió el movimiento Talibán– el que se caracterizaba, en su mayoría, por su ausencia; ellos solo sintieron lo incansable de su causa. Algunas veces la sacudida ocasional le recuerda al mundo que la guerra está todavía en desarrollo. El conflicto, que comenzó inicialmente para derrocar a los talibanes que resguardaban al jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden, después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, ha cobrado la vida de más de 3.500 miembros de la Coalición y decenas de miles (leer más)

Política

Trump es un buen Marine

George W. Bush terminó su presidencia haciéndose una pregunta: ¿por qué nos odian? La formuló por primera vez en el Congreso el 21 de septiembre de 2001, diez días de los peores atentados en la historia de los Estados Unidos. E insistió en planteársela hasta el último día. Colin Powell, secretario de Estado durante su primer período, había intentado hallar una respuesta. Contrató a Charlotte Beers, ex presidenta de agencias de publicidad top de la avenida Madison, de Nueva York, como J. Walter Thompson y Ogilvy & Mather, Si ella había sido capaz de convencerlo de comprar el arroz marca Uncle Ben´s, también iba persuadir a aquellos que tenían una imagen negativa del país. Durante su primera misión, en El Cairo, Beers chocó con el primer obstáculo: no entienden, admitió, y no importa cuánto te esfuerces en hacerles entender. Después derrapó: renunció al cargo de subsecretaria de Estado en Asuntos Públicos y Diplomacia Pública aduciendo razones de salud. Powell concluyó entonces: la brecha entre quiénes somos, cómo queremos que nos vean y cómo somos vistos (leer más)

Política

La trama oculta de los atentados en Francia

La Liga Árabe propuso la creación de una fuerza militar unificada para luchar contra el Estado Islámico mientras Al-Qaeda coquetea con su antiguo socio para aliarse contra Rusia y Occidente RIAD, Arabia Saudita.– En marzo, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil el-Araby, daba por cerrado un acuerdo para crear una fuerza militar unificada que luchara contra el Estado Islámico (EI). Ocho meses después, más allá de las atrocidades cometidas por el grupo sunita en Siria, Irak y Libia y sus consecuencias, sobre todo la legión de refugiados que intenta arribar cada día a Europa, aquella iniciativa quedó en agua de borrajas, excepto los combates de Arabia Saudita y una decena países contra los rebeldes huthi, emparentados con Irán, en Yemen. En Siria, finalmente, han intervenido Rusia, los Estados Unidos y algunos países europeos, aunque estén enfrentados entre sí sobre el destino de Bahar al Assad. Los brutales atentados en París, con un saldo pavoroso de muertos, dejaron al descubierto la participación de Francia en los bombardeos contra el EI en Siria, rotulados con el (leer más)

Política

Plan de evasión

En un viernes sangriento de Ramadán, especial para los musulmanes, el Estado Islámico exhibe su escaso respeto por la vida en cuatro atentados sincronizados en tres continentes que agudizan el drama de los desplazados y de los refugiados En el mes del Ramadán, rito máximo de los musulmanes, el grupo radical Estado Islámico (EI) o ISIS, musulmán sunita, ingresó a sangre y fuego en la ciudad siria de Kobane y alentó a los suyos a liquidar enemigos. Eran personas de a pie que, durante el sangriento viernes 26 de junio de 2015, cayeron como muñecos en parques de diversiones durante atentados sincronizados en Francia, Túnez y Kuwait. Tanta crueldad, con su ristra de muertos y heridos, procuró escudarse en una cita de la revista Dabiq, órgano de propaganda del EI: “Nadie mejor que Alá maquina complots”. Al Shabab, filial de Al-Qaeda, también mató ese día a decenas de soldados en Somalia. Parte del mundo está pagando el desatino de haber declarado la guerra contra a Irak tras la voladura de las Torres Gemelas y, casi (leer más)

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La libertad es la esclavitud

¿Qué lleva en Occidente a hombres y, sobre todo, a mujeres a incorporarse a las filas del grupo radical Estado Islámico y de Al-Qaeda? Desde el 5 de julio de 2014, cuando Abu Bakr al Bagdadi se autoproclamó el primer califa en varias generaciones desde el gran púlpito de la mezquita de Al Nuri, de Mosul, Irak, el Estado Islámico (EI) no ha dejado de sumar voluntades. La mayoría son jóvenes que, de no ser confiscados sus pasaportes, emigran de Francia, Bélgica, el Reino Unido, Alemania, Holanda, Australia, Indonesia y los Estados Unidos, entre otros países, rumbo a los enclaves conquistados por el grupo sunita en Irak, Siria y Libia. Suelen dar el salto desde Turquía, cuyo gobierno vigila a 12.500 personas, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿Qué atractivo ejerce el EI, también llamado ISIS y Daesh, sobre los occidentales, especialmente sobre las mujeres, más allá de que sean musulmanes? No sólo el EI, en realidad. De más de la mitad de los países del mundo parten mujahidines (combatientes) para nutrir sus (leer más)

Política

Hombres de negro

Otra atrocidad ha sido difundida en un video por el Estado Islámico, esta vez contra presuntos etíopes cristianos en Libia, donde en febrero fueron ejecutados 20 egipcios coptos y un ghanés  Dos masacres en un instante componen el nuevo video del grupo sunita Estado Islámico (EI), titulado Clarividencia. Está grabado en Libia, sumida en un caos desde la caída y la ejecución de Muamar el Gadafi el 20 de octubre de 2011. Dos hileras de etíopes cristianos, unos 30 en total, machan en fila rumbo a la muerte. Serán decapitados unos y baleados los otros. Sin piedad. Por ser, según dice en inglés uno de los verdugos, viles “cruzados” cuyo único fin en este mundo es “asesinar musulmanes”. En Libia, con dos gobiernos, dos parlamentos y constantes combates que rozan la guerra civil, el EI ejecutó en febrero a 20 egipcios coptos y un ghanés, razón por la cual Egipto bombardeó su territorio. Es el tercer país que el EI pretende convertir en parte del califato. Entre el 10 de junio y el 23 de (leer más)

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El juego del miedo

Los vanos esfuerzos para detener las atrocidades del grupo Estado Islámico en Medio Oriente ponen en un aprieto a las potencias occidentales En 2014 murieron en Afganistán 3.699 civiles, un 25 por ciento más que en el año anterior, según la Misión de Asistencia de la Organización de las Naciones Unidas en ese país (Unama, en inglés). Resultaron heridos 6.849 civiles, un 21 por ciento más que en 2013. En promedio, el número de víctimas civiles aumentó en un año un 22 por ciento. Por primera vez, los combates mataron y lesionaron a más gente que las bombas en las carreteras y los atentados suicidas. Desde 2009, cuando comenzaron a contarse las bajas y los daños de la guerra contra el régimen talibán, iniciada en 2001, murieron 17.774 civiles y resultaron heridos 29.971. Frente a esos pavorosos guarismos, ¿cómo debe responder Occidente a las masacres rituales del grupo sunita Estado Islámico (EI) en Medio Oriente? En Afganistán, el despliegue de tropas de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) tras la voladura de las Torres Gemelas (leer más)

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La tragedia griega

El descontento global, abonado por la creciente xenofobia y por la precaria situación económica en Europa, se adereza con el desgaste de los pilares sobre los cuales descansaba el mundo posterior a la Guerra Fría François Hollande fue investido presidente de Francia con la premisa de rechazar la hoja de ruta trazada por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). No lo hizo. Después, en Italia, el primer ministro Matteo Renzi amenazaba con incumplir las exigencias de pago de la deuda, atizadas por la canciller de Alemania, Angela Merkel. Tampoco lo hizo. ¿Por qué la tercera intentona, coronada con la rotunda victoria de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) en Grecia, parece ser la vencida? Porque polarizó a Europa entre Berlín y Atenas o, frente a la ventanilla de los acreedores, entre la sumisión y la rebelión. La rebelión de los deudores, más allá del errático historial de pagos de cada país, encontró en el primer ministro griego, Alexis Tsipras, un puntal en la confrontación contra los intereses de la (leer más)

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La otra cara de la guerra

Los ataques informáticos contra gobiernos y compañías privadas, cada vez más frecuentes y preocupantes, entrañan el riesgo de una mayor intromisión estatal en la intimidad de las personas Antes de desembarcar en Irak, el Pentágono alertó a George W. Bush sobre la posibilidad de congelar las cuentas bancarias de Saddam Hussein en el exterior por medio de un sabotaje informático. Era un plan secreto. Los Estados Unidos podían ganar la guerra sin lanzar un solo misil. Hussein no iba tener dinero para pagarles a sus tropas ni para reponer suministros. El presidente norteamericano caviló un instante. El riesgo era la eventual réplica: un fenomenal ciberataque capaz de desatar una crisis financiera global. Ni su gobierno ni los de sus aliados estaban en condiciones de contrarrestar un golpe de esa magnitud. Lo desechó. Más de una década después, los atentados terroristas en Francia, cuyo gobierno se opuso entonces a la guerra contra Irak, desnudaron la otra cara de aquello que el papa Francisco insiste en llamar Tercera Guerra Mundial “por partes”. Lo hizo esta vez durante (leer más)

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Arde París

Los atentados en Francia responden al mandato terrorista de propagar la guerra santa contra aquellos que se burlen de Mahoma, pero también reflejan las diferencias entre Al-Qaeda y el grupo Estado Islámico Hasta el 11 de septiembre de 2001 nadie imaginaba que aviones comerciales, secuestrados y tripulados por terroristas suicidas, iban a estrellarse contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Hasta el 11 de marzo de 2004 nadie imaginaba que trenes repletos de gente iban a ser blanco de atentados cerca de Madrid. Hasta el 7 de julio de 2005 nadie imaginaba que el metro de Londres iba a convertirse en una trampa mortal para sus pasajeros. Hasta el 7 de enero de 2015 nadie imaginaba que París y sus suburbios iban a vivir tres días en vilo por la masacre en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo y la toma de rehenes en una tienda de comida judía. El grupo sunita Estado Islámico (EI), tristemente célebre por decapitar periodistas, cooperantes y ciudadanos occidentales, se apresuró a tildar de “héroes” a los hermanos Chérif (leer más)

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Matan a pobres corazones

El horror sacudió esta vez a Pakistán, donde los talibanes ingresaron en una escuela a la que concurren hijos de militares y mataron a más de un centenar de personas, en su mayoría estudiantes En la película Charlie Wilson’s War (La guerra de Charlie Wilson), distribuida con el título Juego de poder, el representante demócrata Charlie Wilson (Tom Hanks), alentado por una millonaria texana ultraconservadora y católica, Joanne Herring (Julia Roberts), y secundado por un agente secreto desencantado con la CIA, Gust Avrakotos (Philip Seymour Hoffman), acuerda repeler a las tropas soviéticas de Afganistán, regado de campos de refugiados, con el dictador paquistaní Mohamed Zia ul-Haq (Om Puri). Se trata de una historia real, basada en la biografía de Wilson escrita por George Crile. La condición del convenio era que las armas cedidas por Israel no tuvieran estrellas de David. Wilson empeñó su palabra. Era un rústico representante (diputado), de botas puntiagudas, de un distrito perdido de Texas. Se ufanaba de su anticomunismo y de su debilidad por el alcohol, las drogas, las juergas y (leer más)

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Luz, cámara, terror

El Estado Islámico, como antes Al-Qaeda, pone a occidentales contra occidentales en una guerra de imágenes y prédicas fríamente calculada En la película promocional “El sonido de las espadas”, un dron capta imágenes desde el cielo en la ciudad de Fallujah, Irak, y desciende a un infierno de sangre y fuego coronado por la cobardía, exhibida como valentía, de ejecutar con disparos en la nuca a enemigos desarmados, de rodillas y con las manos atadas, con el latiguillo “Dios es el más grande”. Los tildan de apóstatas. Mientras tanto, la bandera negra del Estado Islámico (EI) ondea en señal de victoria en el extremo superior izquierdo de la pantalla. Las escenas son espeluznantes. Procuran intimidar a los disidentes y reclutar mujahidines (combatientes) para la la jihad (guerra santa) en otros países. El terror y la mentira corren como pólvora en las redes sociales, utilizadas como vehículo de propaganda del EI. Los videos son editados como piezas de Hollywood. Están hablados en árabe con subtítulos en inglés o viceversa. En uno de ellos, la plegaria del (leer más)

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Pegar donde más duele

El Estado Islámico se vale de las técnicas de comunicación más modernas para amenazar sin escrúpulos a aquellos que no acepten su demencial interpretación del islam El Estado Islámico (EI) martilla donde más duele. La espeluznante decapitación del periodista Steven Sotloff, difundida por las redes sociales con más prudencia y respeto que la de su colega James Foley, retrotrajo a los norteamericanos a 1993. Entonces, la imagen del cadáver desmembrado de un soldado arrastrado por las calles de Mogadiscio, Somalia, llevó a demócratas y republicanos a jurar que nunca más iba a comandar sus tropas “un Boutros Boutros-Ghali”, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El helicóptero de los cascos azules había sido derribado por los rebeldes del general Mohamed Farah Aidid, luego presidente. Bill Clinton ordenó la vuelta a casa de los suyos. Somalia, desahuciada por la comunidad internacional, continuó desangrándose por el integrismo, la piratería y los señores de la guerra. Aquella derrota de los Estados Unidos, comparada una y mil veces con la sufrida en Vietnam, impidió que movieran (leer más)