Política

Bolsillos vacíos y manos blancas

El nuevo presidente del Partido Popular (PP) de España, Pablo Casado, se impuso dos premisas: “Manos blancas y bolsillos vacíos”. O viceversa. Nada nuevo bajo el sol, más allá de haber derrotado en el XIX Congreso Extraordinario del PP a la exvicepresidenta del último gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Fue el desenlace de la bofetada que les propinó la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy. El presidente depuesto se aferró a su libreto. La trama de corrupción Gürtel no contaminó a su gobierno. El PP sólo resultó sancionado civilmente por obtener beneficios ilícitos de la actividad punible de otros. En resumen, manos blancas y bolsillos vacíos, como si nada hubiera pasado. En cierta ocasión, Adolfo López Mateos, presidente de México entre 1958 y 1964, recibió un aviso inquietante de un colaborador: “No son pocos, señor, quienes se aprovechan de la generosidad de usted y están hincándole el diente al presupuesto”. Lejos de perder la calma, López Mateos meditó un instante, hurgó en sus bolsillos y extrajo un atado de cigarrillos Delicados. Encendió uno, (leer más)