Política

Las dos vidas de Abraham

JERUSALEN – El rabino Abraham Sinai quería ser el jeque Ibrahim Yassin. La conversión de identidad, religión y país de residencia respondió a un punto de no retorno: “Rociaron con querosén a mi hijo de ocho meses y lo prendieron fuego frente a mis ojos mientras me torturaban en un sótano en el que permanecí once meses y dos semanas sin ver la luz del día”. Eso ocurrió en la aldea del este del Líbano en la cual nació y de la cual emigró con su familia al sur del país primero y a Israel después. El autor de esa atrocidad, dice, fue el jefe de la inteligencia política de Hezbollah, Imad Mugniyah, muerto por la explosión de un coche bomba en Damasco en 2008. Sinai señala a Mugniyah como autor intelectual del atentado contra la embajada de Israel en Argentina en 1992 y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) dos años después. Lo escucha con atención un grupo de periodistas argentinos. Mugniyah, dice, “era el encargado de la ejecución de los atentados terroristas (leer más)