Política

El miedo y la ira se dieron la mano

En las primeras horas del 9 de noviembre, apenas los periodistas olfateamos el fiasco de Hillary Clinton en las presidenciales de los Estados Unidos, giramos sobre nuestros talones y, en un pispás, enfilamos hacia el hotel en el cual Donald Trump festejaba su victoria. Era una noche plomiza, lluviosa, sobre una ciudad, Nueva York, más habituada al frenesí del mediodía que a los sacudones nocturnos. Las lágrimas de los demócratas eran elocuentes. Ese día, aún incipiente, se cumplía un nuevo aniversario de la caída del Muro de Berlín o, en palabras de Francis Fukuyama, de “la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final del gobierno humano”. El final de la historia, un diagnóstico apresurado, pasó a ser el prólogo de una nueva era en un año, 2016, signado por el Brexit y coronado por Trump como paradigmas de la demolición del orden anterior, en repudio al statu quo, y por el afianzamiento de liderazgos de sesgos autoritarios. Ganaron el miedo y la ira. Lejos de 1989. La desilusión generalizada con la globalización, (leer más)