Trump, en el ojo del huracán

Mientras Harvey provoca estragos en el sur de Estados Unidos, el presidente insiste en no asociar su intensidad con el cambio climático




Trump en el Centro de Operaciones de Emergencias de Austin, Texas | Foto de Andrea Hanks, White House
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Doce años después del huracán Katrina, causante de 1.833 muertes y enormes daños en Nueva Orleans, Harvey ha sacudido a un mundo que le teme con igual intensidad al ISIS y al cambio climático. Lo dice el Pew Research Center. La divulgación de su estudio, a comienzos de agosto, precedió a los atentados terroristas en Cataluña y al desastre en el sur de Estados Unidos. Más relegados quedaron, entre las preocupaciones de los consultados en 38 países, los ciberataques, así como la suerte de los refugiados de países en conflicto, como Siria e Irak, y el poder y la influencia de Estados Unidos, Rusia y China. En ese orden.

El calentamiento global no engendró el huracán Harvey, convertido en una de las peores tormentas de la historia de Estados Unidos. No lo engendró, pero su impacto no habría sido tan devastador de no haber aumentado la temperatura del planeta. Donald Trump estuvo en Texas. Vio la magnitud del desastre. La vio y la tuiteó: “Quiero que lo hagamos mejor que nunca. Quiero que esto se vea dentro de cinco o diez años como la forma de hacer las cosas. Esto ha sido de una proporción épica. Nadie ha visto nunca nada como esto”. La vio y la tuiteó, pero no admitió que el cambio climático, promotor de calores extremos, inundaciones y sequías, haya metido la cola.

La negación de la realidad llevó a Trump a apartarse del Acuerdo de París sobre el cambio climático, firmado en 2015 por 195 gobiernos que, bajo el ala de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se comprometieron a detener el aumento de la temperatura del planeta. El acuerdo suponía la eliminación progresiva de los gases de efecto invernadero, nocivos para el ambiente. La catástrofe y las muertes provocadas por Harvey no lograron conmover a Trump para replantearse su decisión ni para evaluar en casa el inoportuno recorte de fondos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), vital frente a catástrofes como la de Texas.

El ascenso de las temperaturas, correlato del calentamiento de la atmósfera por la actividad humana, pudo no ser la causa principal de Harvey, pero exacerbó su poder de destrucción. Cuanto más calor hace, más potentes son las tormentas antes de tocar tierra. Así como Houston y Nueva Orleans padecieron el impacto de esos fenómenos, ciudades de otros confines pueden quedar a su merced.

India experimenta su peor sequía en 140 años. Los suicidios de agricultores aumentaron en forma proporcional con la temperatura, según la Universidad de California en Berkeley.  En ese país, Bangladesh y Pakistán, 130 millones de personas podrían verse obligadas a abandonar sus hogares por el cambio climático, estima el Banco Asiático de Desarrollo. En África, el incremento de la temperatura en las últimas tres décadas coincidió con la multiplicación de guerras civiles. Harvey rugió ahora en Estados Unidos. La obcecación de Trump en negar su vínculo con el cambio climático sacude a todo el planeta.

Publicado en Télam

Jorge Elías
@JorgeEliasInter



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