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Economía

Pan para hoy, dudas para mañana

El crecimiento de América Latina y el Caribe en la última década se tradujo en un descenso significativo de la marginalidad y en una virtual expansión de la clase media. Lo consignó el Banco Mundial en un informe reciente: la proporción de individuos que vive en la pobreza, alrededor de un 30 por ciento de la población, es casi igual a la de individuos de clase media. Esto, a su vez, se ve reflejado en el desempleo: en América del Sur, una de cada 20 personas no tiene trabajo; en Europa, más allá de casos críticos como España y Grecia, una de cada 10 atraviesa ese trance. ¿Es oportuno entonces brindar por el éxito de la región? Aún no. La expansión del continente se acelerará este año en coincidencia la recesión en Europa y los Estados Unidos. No será por inversiones, sino por el comercio de materias primas y el aumento del consumo. ¿Es una fórmula sostenible? Esa es la cuestión. La devaluación del bolívar en Venezuela, tras dos años de tipo de cambio fijo, (leer más)

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Política

Haití, a la buena de Dios

El terremoto de enero de 2010 mató a más de 300.000 personas y demolió medio millón de viviendas. Nueve meses después, el cólera, antes concentrado en el campo, comenzó a hacer estragos en la ruinosa capital de Haití, Puerto Príncipe. Sobre llovido, el huracán Thomas mató un mes después a una veintena de personas, destruyó más de 6.600 viviendas y, al provocar inundaciones, contribuyó a propagar la enfermedad. En ese momento, la comunidad internacional reclamó ayuda. Sesenta países prometieron aportar casi 10.000 millones de dólares. Poco más de la mitad de ese monto, destinado a la reconstrucción, ha sido invertida en comida. En tres años, Haití ha vuelto a la situación en la cual se encontraba antes del terremoto. En agosto de 2011, la tormenta tropical Emily encontró a 700.000 personas en los mismos campamentos de desplazados en los que vivían desde comienzos del año anterior. El actual presidente, Michel Martelly, más conocido como músico que como político, contendía en minoría en el Congreso contra la oposición, encabezada por el ex presidente René Preval. Organizaciones (leer más)

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Economía

El precio de la violencia

Cada día son asesinadas 98 personas con armas de fuego en Brasil. Eso significa que alguien muere por esa causa cada nueve minutos y medio. El espeluznante promedio, divulgado por el Ministerio de Salud brasileño sobre la base de un estudio de la oficina de las Naciones Unidas contra las drogas y los crímenes (Undoc), coloca al coloso de América del Sur al tope en los índices de violencia entre las diez mayores economías del mundo. Si bien la ley establece controles en la venta de armas y prohíbe portarlas en la vía pública, hay 15 millones de unidades en poder de ciudadanos comunes y organizaciones delictivas. Cuando un desquiciado liquida a mansalva a inocentes en un colegio de los Estados Unidos, como ha ocurrido en Newtown con 20 niños y ocho adultos, incluido el autor, todo el mundo se replantea el derecho de portar armas con fines defensivos, deportivos o de supervivencia que garantiza la Segunda Enmienda de la Constitución de ese país. Nadie repara en que esos episodios suelen ser aún peores en (leer más)

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Política

Poco espacio para la neutralidad

En 2004, el actual vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, reflexionó: “Queríamos cambiar al mundo y el mundo nos cambió a nosotros”. Cinco años después, José Mujica alcanzó la presidencia de su país y, en una entrevista, soltó otra frase memorable: “Antes queríamos cambiar el mundo; ahora queremos cambiar las veredas”. En 1995, el popular “Pepe” fue el primer diputado con pasado tupamaro (movimiento de izquierda radical en los sesenta y setenta incorporado al Frente Amplio en 1989). Al arribar al Palacio Legislativo, en una moto Vespa, un policía no lo reconoció: “¿Va a demorar mucho, don?”. Era por la moto, estacionada en el espacio de los legisladores. “Si no me echan, cinco años”, respondió. En América latina y el Caribe hay un cambio de actitud hacia la política, recuperada en los ochenta ante la inminente caída de las dictaduras militares como fichas de dominó, vilipendiada en los noventa en coincidencia con el vuelo propio que adquirió la globalización en todo el planeta y reivindicada en la década siguiente después de varias crisis en diferentes países. (leer más)