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Política

En deuda con las mujeres

Decía Jacqueline Kennedy que el título de primera dama era un nombre más apropiado para para un caballo que para una mujer. Ella fue, a los 31 años, la esposa de un presidente de los Estados Unidos más joven de la historia. Participó de la campaña electoral de su marido en 1960, contra Richard Nixon, hasta con un anuncio pronunciado en fluido castellano. Con otro perfil, Michelle Obama también interviene en forma decisiva en la carrera del presidente, ahora relegido. En su caso, quizá como Hillary Clinton en sus tiempos, con un temperamento avasallador, sin inmiscuirse en los asuntos del Ala Oeste de la Casa Blanca. En general, todas las primeras damas norteamericanas han emprendido causas sociales: Nancy Reagan contra la drogadicción, Laura Bush por la lectura y Michelle Obama contra la obesidad infantil. Ese papel ha sido más discreto en América latina hasta que comenzaron a surgir presidentas con maridos o, como Michelle Bachelet, sin ellos. Ese sesgo debería traducirse en una mejora en los índices de igualdad entre sexos, cerrando la brecha. En (leer más)

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Política

América latina, ausente con aviso

En 2008, el final de la era Bush despertaba ansiedad en todo el mundo por un cambio histórico. Lo fue. Cuatro años después, disipada la novedad, Barack Obama ha rebajado esa cuota de optimismo. Su rival en las presidenciales, Mitt Romney, surgido de apuro en las primarias republicanas, lejos estuvo de hacerse conocer en el exterior. La campaña exhibió aquello que muchos latinoamericanos quisieran tener en casa: respeto a las instituciones y a la división de poderes y, aunque la tentación sea grande, ninguna posibilidad de alterar las reglas para favorecer al presidente de turno. Vistas desde América latina, las elecciones de los Estados Unidos no trascendieron fronteras: quedaron en casa sin despertar demasiado entusiasmo ni expectativas. Pocos mandatarios, más allá de la cercanía con Obama y la lejanía con Romney, se animaron a expresar su simpatía hacia uno o el otro. No es un síntoma de apatía, sino de madurez. Las intromisiones en la política de otros países suelen tener más costos que beneficios, sobre todo por la supina ignorancia de algunos sobre el (leer más)

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Política

Candidatos en sale

Me informa Rufus Gifford, director nacional de finanzas de la campaña Obama for America, que Mitt Romney tenía a comienzos de este mes 34 millones de dólares más que los demócratas y que, en una semana, gastó 57 millones en avisos televisivos “en contra de nosotros”. En el mismo correo electrónico, tras revisar sus registros, me reprocha no haber soltado un solo dólar en el año. Cierto. Para reparar mi error antes de que sea demasiado tarde, me ofrece donar cinco dólares mientras Barack y Michelle, identificados con sus nombres de pila, me piden en otros correos electrónicos que les transfiera esa cantidad o más. Cuanto más, mejor. Desde las antípodas, Romney me confiesa: “Amigo, me postulo para presidente porque quiero ayudar a crear un futuro más brillante y recuperar la fuerza de nuestra nación”. Es la introducción para invitarme a un mitin en Florida del senador Marco Rubio, el primero en la historia de origen cubano. Si dono cinco dólares, procura convencerme, puedo participar de un sorteo para asistir con alguien más a esa (leer más)

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Política

Obama, Romney y los Pieles Rojas

Créase o no, el resultado de 17 de las últimas 18 presidenciales de los Estados Unidos ha estado sujeto a la suerte de los Redskins (Pieles Rojas), equipo de fútbol americano de la ciudad de Washington. La Redskins Rule (Regla Redskins) rige desde 1937, cuando el club se trasladó de Boston a la capital del país. Parece infalible, sobre todo para los apostadores. De ganar los Redskins el domingo previo a las elecciones en condición de locales, gana el martes siguiente el candidato por el partido del presidente o, si lleva cuatro años de gobierno, resulta relegido. De perder, paciencia, gana el candidato por la oposición. La curiosa tradición comenzó en 1940 con la segunda relección de Franklin Delano Roosevelt, demócrata, frente a Wendell Willkie. Los Redskins les habían ganado dos días antes a los Pittsburgh Steelers por 37 a 10. En 2008, las últimas presidenciales, los Redskins cayeron frente al mismo rival, los Pittsburgh Steelers, por 23 a 6. Como presunta consecuencia de ello, o por demasiada coincidencia, el candidato opositor, Barack Obama, derrotó (leer más)

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Sociedad

Más jubilados que niños

En 2008, Kathleen Casey-Wilkens cumplió 62 años de edad y, con ellos, el inexorable destino de los baby boomers: se jubiló. Esa generación, nacida entre 1946 y 1964 en los Estados Unidos, está en vías de ser superada por las siguientes. No se trata de un fenómeno único. Cada segundo, según las Naciones Unidas, dos personas cumplen 60 años en el mundo. A este ritmo, hasta América latina dejará de estar poblada de rostros juveniles. En 2036 habrá más adultos que menores; en 2050, un cuarto de la población estará tramitando el retiro. Esa franja se triplicará e igualará en proporción a la de los países desarrollados. Por el descenso de la natalidad, los movimientos migratorios y la mayor esperanza de vida, los sexagenarios serán tres veces más que ahora a mediados del milenio, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (Unfpa). Los mayores de 80 años, dice el informe «Envejecer en el siglo XXI: una celebración y un reto», pasarán de un 1,6 por ciento de la población en la actualidad (leer más)

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Política

Durmiendo con el enemigo

Mientras camina por la playa, Joaquim Sassa encuentra una piedra “pesada, ancha como un disco, irregular”. La arroja al mar. “Como no llevaba bolsillos ni bolsa para guardar sus hallazgos, devolvía al agua los restos muertos cuando tenía las manos llenas, al mar lo que al mar pertenece, la tierra que se quede con la tierra”, relata José Saramago en su novela “La isla de piedra”. Luego, Sassa entra en pánico: teme haber provocado la separación de la Península Ibérica del continente europeo. La grieta se abre a la altura de los Pirineos, “convirtiendo ríos en cascadas y avanzando los mares unos kilómetros tierra adentro”. ¿Es culpa de Sassa o de la piedra? En este año crítico para España, el impacto de la piedra arrojada por Sassa quizá sea del tenor de la voluntad de miles de catalanes que, congregados en la fiesta oficial llamada Diada y en el último partido de fútbol del Barcelona contra el Real Madrid, reclamaron la independencia. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, intentó valerse del clamor de los (leer más)

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Política

1 + 99 = Estados Unidos

En Mitt Romney encontró su voz un sector de los Estados Unidos. Son los desencantados con las políticas sociales de Barack Obama, renuentes a pagar más impuestos para atenuar la desigualdad y la pobreza. Esa minoría no responde necesariamente al Tea Party, bien representado ahora por el candidato republicano a la vicepresidencia, Paul Ryan, como en 2008 por Sarah Palin, sino a sus impulsos: siente que el gobierno a secas, como prefieren llamar los norteamericanos al denostado Estado federal, está quitándole derechos en beneficio de otros que no han hecho el mismo esfuerzo. No temen perder el empleo, la casa o el seguro médico, sino determinados privilegios. En medio de los debates presidenciales, the wail of the one percent (el gemido del uno por ciento) ha cobrado eco en la defensa de las rebajas impositivas para los más ricos y el aumento del gasto militar que hizo Romney en el primer cara a cara con Obama. En el segundo, el presidente se mostró menos cortés: le recordó que paga apenas el 14 por ciento de (leer más)

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Política

Por qué ganó Chávez

Ni el clientelismo ni la inseguridad ni la inflación ni la corrupción ni la egolatría ni la enfermedad pudieron contra la voluntad de la mayoría de los venezolanos: Hugo Chávez tiene mandato hasta 2019. ¿Veinte años no es nada, como dice tango? En los estándares europeos y norteamericanos, sin contar a México después de la rutinaria saga de siete décadas de presidentes del PRI, no cabe una democracia sin alternancia. En Venezuela, con una participación récord de casi el 81 por ciento del electorado, Henrique Capriles despertó mucha expectativa, pero no pudo contra una realidad: la mayoría prefirió lo conocido, sea bueno o malo. Antes de preguntarle a Chávez qué llevaba en los bolsillos, broche de mis entrevistas con más de 50 mandatarios de diversas latitudes, se me ocurrió plantearle si era de derecha o de izquierda. En su confortable despacho del Palacio de Miraflores, muy suelto de cuerpo, el presidente bolivariano respondió: “Soy de los dos. Creo que hubo un muro ideológico y que se derribó. Hablamos aquí, en Venezuela, de Simón Bolívar, Simón (leer más)

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Política

Brotes de nostalgia

De pronto, Mitt Romney se ufana de su “convicción y pasión arrolladoras” y dice, convencido, que el siglo XXI se perfila como el punto de inflexión en el cual “el mundo libre lidere el mundo entero”. Pierde el tiempo, como cuando intenta vanamente abrir la ventanilla del avión. Quizás algunos norteamericanos se sientan identificados con sus palabras, pero otros, algo más del 47 por ciento (en su léxico, aprovechados «que creen que el gobierno tiene la responsabilidad de cuidarlos»), se preguntan si estará dirigiéndose al electorado de China o de la India, con mayores posibilidades que los alicaídos Estados Unidos de meter baza en este mundo multipolar. No es un problema de Romney, serio rival de George W. Bush en la disputa por el récord de disparates por minuto. Hasta Barack Obama se despachó con una expresión de decibeles parecidos, acaso creyéndose Bill Clinton en los noventa: “Si alguien trata de decirles que nuestra grandeza quedó atrás, que los Estados Unidos están en decadencia, díganles: igual que el siglo XX, el siglo XXI será otro (leer más)

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Política

El bochorno es un viaje de ida

Unos años después de la estrepitosa caída de su gobierno, el ex presidente argentino Fernando de la Rúa acusó a Marcelo Tinelli, conductor de un popular programa de televisión, de haber sido el causante de su desgracia y, en cierto modo, de la consecuente crisis económica y social del país. Era una forma absurda de resarcirse de haber perdido la oportunidad de “poner término a ese espectáculo lamentable de la mofa», como definió la emulación de un mandatario lento y torpe que hacía el humorista Fredy Villarreal. Al final de su presentación, desorientado, el entonces mandatario confundió la salida y terminó siendo más gracioso que su imitador. Más allá de achacarles sus desaciertos a los demás, algo usual en algunos presidentes, De la Rúa admitió que había cometido el error de haber ido al programa para terminar con la parodia de sí mismo. La misma autocrítica podrían hacerse ahora la presidenta argentina, Cristina Kirchner, incómoda y molesta con las preguntas de estudiantes universitarios de Georgetown y Harvard, y su virtual reverso en el conflicto por (leer más)

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Política

Espías honorables

Si “la primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira», como postula Jean-François Revel en su libro “El conocimiento inútil”, ¿por qué no dar por sentados los rumores recurrentes sobre la necesidad del gobierno de los Estados Unidos de apuntalar a Felipe Calderón cuando asumió la presidencia de México, en diciembre de 2006, en vísperas de declarar la guerra contra el narcotráfico; los flirteos con el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva para persuadirlo de espiar a su par venezolano Hugo Chávez y de evitar a su par iraní Mahmoud Ahmadinejad, o la inquietud por la salud mental de la presidenta argentina, Cristina Kirchner? Pudieron ser viles mentiras hasta que Julian Assange, australiano, fundador de WikiLeaks, liquidó la confidencialidad de los despachos diplomáticos. Tarde, el gobierno norteamericano clausuró el Secret Internet Protocol Router Network (SIPRNet). Era el sistema de Internet que utilizaba el Ejército desde el 11 de septiembre de 2001 y a través del cual el soldado Bradley Manning, preso en una cárcel de máxima seguridad, descargó mientras estaba (leer más)

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Política

No bombardeen Buenos Aires

En la película Starship Troopers, estrenada en 1997, no queda piedra sobre piedra en una ciudad cuyas espaldas dan a pura llanura y montaña. Es Buenos Aires, versión Hollywood. En la ciudad real, con su avenida más ancha del mundo coronada por el Obelisco, la montaña más alta suele ser de basura cuando los recolectores deciden hacer huelga en demanda de mejoras salariales. Los protagonistas de la película, Johnny Rico y Carmen, argentinos que hablan inglés, juran vengarse de unos insectos gigantescos que pretenden destruir la Tierra. Ya no existen Washington ni Nueva York ni Los Ángeles, arrasadas en Independence Day y Mars Attacks! En esas ciudades, como en Moscú, caló hondo el discurso bélico de Mitt Romney, aparentemente más interesado que Barack Obama, denostado premio Nobel de la Paz, en ser el comandante en jefe de las fuerzas armadas norteamericanas. El candidato republicano exaltó el escudo antimisiles que, con vista de lince y olfato de sabueso, advierta en las alturas un misil lanzado contra su territorio, o contra el área que proteja desde Polonia, (leer más)

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Política

Igualmente desiguales

A un campesino mexicano se le atribuye haber dicho que la independencia de su país era, en realidad, “otro cura en una mula diferente”. En su léxico, el cura representaba a la clase dirigente y la mula, en sus variadas acepciones, al sistema político, adaptable según las circunstancias. La presunta reflexión del campesino mexicano, coronada el 16 de septiembre de 1821 después de once años de luchas, excede las fronteras de Chiapas. Va más allá, quizás hasta la provincia argentina de Tierra del Fuego, el fin del mundo. Desde entonces, la desigualdad ha dejado su huella en América latina, así como la pobreza en África. En tiempos de prosperidad, tanto el actual como los pretéritos, ese déficit no ha dejado de hacer mella. El continente se ha convertido en los últimos años en el más urbanizado del planeta, pero, en forma simultánea, tiene las mayores tasas de desigualdad, según el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat). ¿Qué significa esto? Que algo así como 468 millones de personas (ocho de cada diez) (leer más)

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Economía

Brasil sobrevive al éxito

Sin anteojeras ideológicas ni recelos vecinales, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha lanzado un millonario plan de concesiones para construir carreteras y mejorar ferrocarriles y aeropuertos en los próximos años. La audaz iniciativa, frente a una marcada caída del crecimiento en medio de la crisis global, recibió la bendición del sector privado y de la opinión pública, harta de lidiar con infraestructura propia del tercer mundo, y la reprobación de los empleados públicos y de la base del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), al cual pertenece ella misma. En otros países de América latina, el Estado ha vuelto a monopolizar ese tipo de obras. Rousseff, como su antecesor, no comulga con los denostados Chicago boys de décadas pretéritas ni con las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero tampoco se siente atada al discurso político anclado en los años setenta, ahora remozado por otros líderes regionales, por el cual es bueno aquello que sea público y es malo aquello que sea privado. Se trata de una ex guerrillera que, como su par de (leer más)

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Política

Una campaña insalubre

En 1995, la madre de Barack Obama murió de cáncer después de lidiar con la aseguradora por el pago de sus medicamentos. Tenía 53 años. El presidente de los Estados Unidos lo recordó cuando firmó, con 20 bolígrafos diferentes, su ley más preciada y cuestionada: la reforma del sistema de salud. Cada promotor de la reforma recibió uno de esos bolígrafos, incluido Marcellas Owens, pequeño de 11 años que perdió casi en las mismas circunstancias a su madre, dejada a la buena de Dios por la compañía que, en principio, debía velar por su vida. Si gana las presidenciales, Mitt Romney se propone vetarla, por más que el vilipendiado plan de Obama, llamado Obamacare, se parezca al que impulsó cuando era gobernador de Massachusetts. Mucho pesa en esa decisión la elección de su ladero, el candidato a vicepresidente Paul Ryan, representante por Wisconsin y miembro del Tea Party. Los republicanos prometen mantener sin cambios el programa para los mayores de 55 años y lanzar una opción de bonos para los menores, pero, según Obama, “no (leer más)