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Sociedad

No pasarán

La Comisión Europea le da la razón a Francia por bloquear el acceso de inmigrantes En una de sus encendidas e insultantes arengas contra los llamados rebeldes libios y contra la intervención de la alianza atlántica (OTAN) en defensa de ellos, Muammar Khadafy insinuó que no iba a mover un dedo para evitar que “millones de negros” arribaran a Italia y Francia. Dicho y hecho. Silvio Berlusconi, azorado después de haberlo recibido 11 veces, dudó en condenar la saña del régimen contra su pueblo quizá para “no molestar” a un amante como él de las fiestas “bunga bunga” con chicas de corta edad o para conciliar posiciones con el más estrafalario de los dictadores árabes. Desde el comienzo del año, la isla italiana de Lampedusa, en el Mediterráneo, comenzó a acusar recibo de las revueltas en el norte de África con el súbito desembarco de miles de refugiados. Iban a caer casi en estéreo las autocracias de Túnez y Egipto. Khadafy era hasta ese momento algo así como un garante contra el éxodo hacia Europa. (leer más)

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Política

Pertenecer tiene sus privilegios

En la novela La balsa de piedra, de José Saramago, un tal Joaquim Sassa teme haber provocado la separación de la Península Ibérica del continente europeo. La convierte en una isla, supone, tras arrojar al mar una piedra “pesada, ancha como un disco, irregular” que, a su juicio, no estaba en su lugar. “Como no llevaba bolsillos ni bolsa para guardar sus hallazgos, devolvía al agua los restos muertos cuando tenía las manos llenas, al mar lo que al mar pertenece, la tierra que se quede con la tierra”, se excusa. La grieta se abre en forma espontánea a la altura de los Pirineos, no por su culpa, “convirtiendo ríos en cascadas y avanzando los mares unos kilómetros tierra adentro”. Desde la isla, aparentemente creada sólo porque el tal Joaquim no tenía dónde poner aquello que encontraba, nada se ve igual que antes. Ni Portugal, ni España, ni Andorra, ni el territorio de Gibraltar son los mismos. El aislamiento dinamita las impresiones del mundo conocido. Todo parece lejano ahora: desde la crisis económica hasta los (leer más)

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Política

Hasta que la política nos separe

El artículo 186 de la Constitución de Guatemala pretende ser un seguro contra el nepotismo: prohíbe que los familiares del presidente de la república de hasta el cuarto grado de consanguinidad y el segundo de afinidad puedan aspirar a sucederlo. A su vez, Álvaro Colom, presidente desde 2008, está impedido de ser reelegido y, a diferencia de pares latinoamericanos de sesgos tan diferentes como Álvaro Uribe, Hugo Chávez, Carlos Menem y Alberto Fujimoni, no tiene margen para alterar la letra constitucional. ¿Entonces? Fácil: la primera dama tramitó el divorcio exprés, autorizado el viernes por la jueza Mildred Roca. “Me estoy divorciando del presidente para casarme con el pueblo, con la gente de Guatemala”, proclamó Sandra Torres, imitando con su presunto “sacrificio personal y familiar” a Evita y, de ser elegida en septiembre, coronando la rehabilitación del “dedazo”, aparentemente abolido tras las siete décadas en el poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Hasta 2000, el presidente de México designaba de ese modo a su sucesor. Esa treta tuvo un precedente reciente en la Argentina: la decisión (leer más)

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Sociedad

Peleados con el espejo

La gente desconfía tanto de los gobiernos como de los partidos políticos opositores. Una encuesta realizada en 22 países concluye que la felicidad de la gente depende más de las relaciones personales que de los bienes materiales De tomar el pulso de la calle tras las mayores marchas contra el gobierno británico desde el rechazo a la guerra contra Irak en 2003, David Cameron debería pensar dos veces cuán oportuno es medir el estado de ánimo de la población. Desde este mes, por decisión suya, la Oficina Nacional de Estadísticas deberá auscultar el “bienestar general’’ sobre la base de estudios centrados en la felicidad. El cálculo coincide con el peor ajuste del gasto en generaciones. Las medidas de austeridad contemplan el congelamiento de los salarios de los empleados públicos y la eliminación de 300.000 puestos de trabajo para borrar el déficit en 2015. En Europa, en general, la gente  desconfía de los gobiernos y los partidos políticos opositores por igual, según una encuesta de The Guardian. En Italia temen una invasión de inmigrantes a raíz (leer más)